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3/10/22

Dossier Extractivismo

¿Qué es el extractivismo?

El extractivismo puede ser definido como una modalidad de acumulación basada en la explotación a gran escala de recursos naturales con fines de exportación, sin preocurse respecto a la sostenibilidad o a los impactos de sus prácticas.

En plena globalización, como resultado de la demanda incesante de materias primas y de la disposición de nuevas tecnologías y mejores medios de transporte, las actividades extractivistas se han ampliado hasta englobar proyectos de minería o explotación de petróleo, actividades del agronegocio, plantación industrial de árboles, pesca predatoria, construcción de grandes proyectos de infraestructura e incluso turismo de lujo a gran escala.

En el caso de América Latina y Caribe, el extractivismo es el modelo histórico que estructura las economías de la región. Desde la colonización, la inserción periférica de los países latinoamericanos en la economía capitalista se dio de forma dependiente respecto a las economías centrales, mediante la explotación y exportación de materias primas.

En este contexto, los países del centro determinaban la producción y volumen de los productos exportables, al tiempo que industrializaban sus economías y utilizaban a los países latinoamericanos como mercados para sus productos manufacturados. El modelo primario exportador se consolidó después de los procesos de independencia y, a pesar de los esfuerzos nacionales y de la apuesta por la estrategia regional de Industrialización por Sustitución de Importaciones, se mantuvo a lo largo del siglo XX.

Con el boom de las commodities, a comienzos del siglo XXI, este modelo experimentó un fuerte crecimiento determinando la reprimarización de las economías regionales. Como muestran las contribuciones de la teoría del sistema mundo formuladas especialmente por Immanuel Wallerstein, las relaciones económicas constituyen un sistema global en el que la división internacional del trabajo beneficia a las naciones del centro que explotan la mano de obra y los recursos de los países periféricos.

En otros términos, la dinámica del mercado del capitalismo global institucionaliza las desigualdades entre centro y periferia, impidiendo el desarrollo de los países pobres, al tiempo que garantiza que los países ricos sean los principales beneficiarios de las cadenas globales de materias primas y de la riqueza generada por el capitalismo global.

El extractivismo es hoy el modelo de producción y desarrollo dominante en la región y su avance, además de contaminar y destruir ecosistemas, acabar con formas tradicionales de vida y desplazar a la población, genera numerosos conflictos socioambientales.

Quienes se ven directamente afectados por las actividades extractivas -individual, pero sobre todo colectivamente- no permanecen pasivos frente a sus prácticas, sino que son protagonistas de procesos de resistencia y lucha a favor de otras formas de desarrollo. Los discursos y prácticas del desarrollo son, por lo tanto, objeto de disputa en la región y ante los mismos se formulan no únicamente estrategias de resistencia, sino también propuestas alternativas.

Principales características

- Extracción intensiva: El extractivismo implica la extracción a gran escala de recursos naturales, a menudo de manera intensiva y rápida, lo que puede agotar rápidamente los recursos disponibles en una región.
- Orientación hacia la exportación: Los recursos extraídos suelen destinarse principalmente a la exportación, lo que significa que gran parte de los beneficios económicos se genera fuera de la región o el país de origen.
- Dependencia económica: Las economías basadas en el extractivismo a menudo son altamente dependientes de los ingresos y empleos generados por la explotación de recursos naturales, lo que puede llevar a una vulnerabilidad económica cuando los precios de estos recursos son volátiles en los mercados internacionales.
- Impactos ambientales: La extracción intensiva de recursos naturales suele tener graves impactos ambientales, como la degradación del suelo, la deforestación, la contaminación del agua y la emisión de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
- Conflictos sociales: El extractivismo a menudo genera conflictos sociales, ya que las comunidades locales pueden oponerse a la extracción debido a los impactos ambientales, la falta de beneficios económicos equitativos o la violación de los derechos de las comunidades indígenas.
- Ciclos económicos volátiles: Debido a la dependencia de los recursos naturales y a la volatilidad de los precios en los mercados globales, las economías basadas en el extractivismo tienden a experimentar ciclos económicos marcados por auge y caída.
- Renta económica: En algunos casos, la explotación de recursos naturales puede generar una "renta económica", es decir, ingresos significativos que pueden ser utilizados para el desarrollo económico y social, pero a menudo hay desafíos en la gestión adecuada de estos ingresos para evitar la corrupción y la desigualdad.
- Agotamiento de recursos: El extractivismo sin una gestión adecuada puede llevar al agotamiento de los recursos naturales, lo que pone en peligro la sostenibilidad a largo plazo de la economía y la sociedad.

https://www.opendemocracy.net/es/democraciaabierta-es/luchas-resistencias-y-alternativas-al-extractivismo-en-am%C3%A9rica-latina-y-caribe/

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¿Qué son los commodities?

Un commodity es un material tangible que se puede comerciar, comprar o vender. Al encontrarse sin procesar, no posee ningún valor añadido o diferencial más allá de su proveniencia, por eso se suele usar como materia prima para fabricar productos más refinados.

Los commodities son un elemento productivo básico, lo cual los convierte en un activo muy interesante para el comercio. De hecho, en la actualidad existen dos tipos de mercados donde se compran y venden commodities. En el mercado al contado se vende la materia prima en tiempo real, de manera que el pago se realiza inmediatamente y el producto se entrega en ese mismo momento.

En cambio, en el mercado de futuros o bolsas de commodities se negocian las materias primas mediante contratos de futuros en los que se fijan por adelantado la cantidad y el precio para una venta posterior. Esa negociación es similar a la compraventa de acciones, de manera que existen brokers de futuros que adquieren contratos que pueden ser revendidos o recomprados.

Tipos de commodities

En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de commodities que se clasifican en función de las materias primas para facilitar su comercialización:

- Granos. Es la categoría de commodities más antigua que se negocia en los mercados financieros actuales e incluye cereales como la soja, el trigo, el maíz, el arroz o la avena, entre otros. Las oscilaciones en su precio dependen en gran parte del clima y del consumo de los diferentes países.
- Ganadería. En esta categoría de commodities se encuentran todos los productos de origen animal destinados al consumo general, como la carne porcina o bovina, así como los derivados de estos, ya sea leche, manteca o piel.
- Energético. Esta clasificación se refiere a productos con una gran demanda a nivel mundial, como el petróleo, etanol, carbón y gas natural, por lo que se trata de un mercado particularmente expuesto a los cambios en la situación política y económica de los países, así como a las variaciones en la demanda energética según la estación del año.
- Metales. El oro, la plata, el cobre, el níquel, el platino, el zinc y el aluminio son algunos de los commodities más conocidos que se comercian en esta categoría y se destinan a diferentes procesos industriales. La variación en su precio depende en gran medida del crecimiento industrial de los principales países consumidores.
- Softs. Dentro de los commodities “suaves” se encuentran fundamentalmente aquellos productos agrícolas que no son cereales, como el azúcar, el café, el algodón, el cacao y el zumo de naranja. Su precio depende en gran medida del clima y las oscilaciones de la demanda a nivel mundial.

https://universidadeuropea.com/blog/que-son-los-commodities/

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¿Cómo se relacionan el precio de las commodities con el extractivismo?

Los precios de las commodities y el extractivismo están estrechamente relacionados, ya que el extractivismo se refiere a la explotación y extracción de recursos naturales, como minerales, petróleo, gas, agricultura y productos forestales, que a menudo se comercializan como commodities en los mercados internacionales. Aquí hay algunas formas en que se relacionan:

- Oferta y demanda: Los precios de las commodities suelen estar influenciados por la ley de oferta y demanda. Cuando la demanda de una commodity específica supera su oferta, los precios tienden a subir. El extractivismo puede aumentar la oferta de estas commodities, lo que puede influir en sus precios. Por ejemplo, si hay una alta demanda de petróleo, la extracción de petróleo crudo a través de actividades extractivas afectará los precios del petróleo en los mercados internacionales.
- Ciclos de precios: Las commodities tienden a experimentar ciclos de precios debido a factores como las condiciones climáticas, cambios en la demanda global y la capacidad de producción. Durante los auge de las commodities, los precios suelen aumentar, lo que puede estimular un mayor extractivismo para aprovechar las ganancias. Por otro lado, en tiempos de precios bajos, las actividades extractivas pueden disminuir debido a la falta de rentabilidad.
- Inversión en infraestructura: El extractivismo a menudo implica la construcción de infraestructura, como minas, pozos de petróleo o plantaciones agrícolas a gran escala. Estas inversiones pueden aumentar la producción de commodities y, en consecuencia, influir en los precios. Por ejemplo, la construcción de nuevas minas puede llevar a un aumento en la producción de minerales como el hierro o el cobre, lo que puede afectar los precios en los mercados internacionales.
- Fluctuaciones monetarias: Las fluctuaciones en los tipos de cambio también pueden influir en los precios de las commodities, ya que la mayoría de las transacciones se realizan en moneda extranjera. Los países que dependen en gran medida del extractivismo pueden verse afectados por las fluctuaciones en el valor de su moneda nacional, lo que a su vez puede influir en la rentabilidad de sus actividades extractivas.
- Impacto ambiental y regulaciones: Las actividades extractivas a menudo están sujetas a regulaciones ambientales y sociales. Cambios en las regulaciones pueden afectar la viabilidad y los costos de la extracción de commodities. Por ejemplo, regulaciones más estrictas pueden aumentar los costos de cumplimiento, lo que podría afectar los precios.

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¿Qué son las zonas de sacrificio?

Se entiende como zonas o áreas de sacrificio a todos aquellos territorios habitados que sufren impactos negativos socioambientales como consecuencia de algún tipo de actividad industrial contaminante. Este concepto fue popularizado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Radica en una priorización de las zonas industriales por sobre los derechos de las personas y el ambiente. 

Estas zonas de sacrificio, originalmente funcionaron como una promesa para las comunidades. Mejorar las condiciones económicas de la localidad y promover el desarrollo productivo son algunas de ellas. Sin embargo, la realidad es que estas zonas se convierten en fuentes de contaminación y conflicto social. Son territorios que deben ser regulados por los estados para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y ambientales.  

Las zonas de sacrificio generalmente presentan más de un factor contaminante ya que se entienden como una zona propicia para el desarrollo industrial o la explotación de los recursos humanos, que implican varios tipos de negocio. 

https://cambio.com.co/articulo/que-son-las-zonas-de-sacrificio-y-por-que-representan-un-riesgo-para-la-poblacion/

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¿Que son agroquímicos y para que se utilizan?

Los agroquímicos, comúnmente conocidos como agrotoxicos o pesticidas, son productos químicos utilizados en la agricultura para proteger los cultivos de plagas y enfermedades. Aquí tienes cinco características de los agroquímicos y para qué sirven:

- Función principal: Los agroquímicos están diseñados para combatir y controlar plagas, enfermedades, malezas y otros organismos que pueden dañar los cultivos. Su función principal es proteger las plantas y mejorar la producción agrícola.
- Diversidad de tipos: Existen diversos tipos de agroquímicos, incluyendo insecticidas (para controlar insectos), herbicidas (para controlar malezas), fungicidas (para combatir hongos y enfermedades), y rodenticidas (para controlar roedores), entre otros.
- Modos de aplicación: Los agroquímicos pueden aplicarse de varias maneras, incluyendo pulverización, fumigación, riego, inyección en el suelo y aplicación foliar, dependiendo del tipo de plagas o enfermedades que se desean controlar y de las características del cultivo.
- Regulación y seguridad: En muchos países, los agroquímicos están sujetos a regulaciones estrictas para garantizar su seguridad y minimizar los riesgos asociados. Se requiere la capacitación y la obtención de licencias para su aplicación, y se deben seguir las medidas de seguridad adecuadas para proteger a los agricultores y al medio ambiente.
- Riesgos y beneficios: Si bien los agroquímicos pueden ser efectivos para proteger los cultivos y aumentar la producción agrícola, su uso indebido o excesivo puede tener efectos negativos en el medio ambiente y la salud humana. Por lo tanto, es importante utilizarlos de manera responsable y siguiendo las recomendaciones de uso adecuado.

¿Qué es el glifosato?

El glifosato es un herbicida ampliamente utilizado en la agricultura para controlar malezas. A pesar de su eficacia en el control de malezas, su uso ha generado preocupaciones debido a sus posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente.

¿Cuáles son los riesgos para la salud humana que conlleva el uso de glifosato?

- Posible carcinogenicidad: La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al glifosato como "probablemente carcinogénico para los humanos" en 2015. Sin embargo, otras agencias reguladoras, como la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), han llegado a conclusiones diferentes sobre su potencial carcinogénico.
- Efectos en la salud reproductiva: Algunos estudios han sugerido que la exposición al glifosato podría tener efectos negativos en la salud reproductiva, como la reducción de la calidad del esperma.
- Posibles efectos en la salud a largo plazo: Se han planteado preocupaciones sobre la exposición crónica al glifosato y su relación con enfermedades crónicas, como el cáncer, la enfermedad de Parkinson y problemas de salud renal.

¿Cuáles son los riesgos para el medio ambiente que conlleva el uso de glifosato?

- Toxicidad para la vida acuática: El glifosato puede contaminar cuerpos de agua y ser tóxico para la vida acuática, lo que puede afectar los ecosistemas acuáticos.
- Desarrollo de resistencia en malezas: El uso excesivo y continuo de glifosato ha llevado al desarrollo de malezas resistentes a este herbicida, lo que puede aumentar la necesidad de usar productos químicos adicionales en la agricultura.
- Impacto en la biodiversidad: La aplicación de glifosato puede dañar la biodiversidad al eliminar plantas no deseadas que sirven de alimento o refugio a la fauna silvestre.

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¿Que es la minería a cielo abierto?

La minería a cielo abierto es una forma de extracción de minerales que implica la eliminación de grandes cantidades de tierra para acceder a los recursos minerales subyacentes. 

- Extracción en superficie: En la minería a cielo abierto, la extracción de minerales se realiza en la superficie de la tierra, en contraste con la minería subterránea, donde se excavan galerías bajo tierra. Se remueve una gran cantidad de material de sobrecarga (roca, suelo, etc.) para acceder a los minerales.
- Maquinaria pesada: La minería a cielo abierto requiere una maquinaria pesada, como excavadoras, camiones de volteo y perforadoras, para llevar a cabo la remoción de tierra y la extracción de minerales. Estos equipos son fundamentales para la eficiencia del proceso.
- Tamaño de las operaciones: Las minas a cielo abierto suelen ser de gran escala y pueden abarcar áreas extensas de terreno. Esto puede implicar la reubicación de comunidades locales y la alteración significativa del paisaje.
- Impacto ambiental: La minería a cielo abierto a menudo genera impactos ambientales significativos, como la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y la emisión de polvo y gases tóxicos. Estos impactos pueden tener efectos a largo plazo en el entorno circundante.
- Economía y empleo: A pesar de los impactos ambientales, la minería a cielo abierto puede tener un impacto positivo en la economía local al crear empleos y generar ingresos para las comunidades y los gobiernos. Sin embargo, la sostenibilidad de estas actividades a menudo es un tema de debate debido a los impactos negativos a largo plazo.


¿Cuáles son los riesgos para la salud humana que conlleva la minería a cielo abierto?

- Exposición a sustancias tóxicas: Los trabajadores de la minería a cielo abierto y las comunidades cercanas pueden estar expuestos a sustancias químicas tóxicas utilizadas en el proceso de minería, lo que puede tener efectos negativos en la salud.
- Riesgos de seguridad: La operación de maquinaria pesada y la presencia de equipos de gran envergadura pueden aumentar los riesgos de accidentes graves en las minas a cielo abierto, tanto para los trabajadores como para la comunidad.
- Reasentamiento de comunidades: La expansión de las operaciones mineras a menudo requiere el desplazamiento de comunidades locales, lo que puede tener un impacto significativo en la vida de las personas, sus medios de vida y su bienestar.
- Conflictos sociales: La minería a cielo abierto a menudo genera conflictos entre las empresas mineras y las comunidades locales debido a preocupaciones sobre la propiedad de la tierra, la distribución de beneficios y los impactos en la calidad de vida.
- Cierre de minas y rehabilitación: El cierre de minas a cielo abierto presenta desafíos adicionales, ya que puede dejar atrás áreas degradadas que requieren rehabilitación y restauración para evitar impactos a largo plazo.

¿Cuáles son los riesgos para el medio ambiente que conlleva la minería a cielo abierto?

La minería a cielo abierto puede plantear una serie de riesgos y preocupaciones, tanto para el medio ambiente como para las comunidades locales. A continuación se mencionan algunos de los riesgos asociados con la minería a cielo abierto:

- Degradación del suelo: La eliminación de grandes cantidades de tierra y roca puede dar lugar a la degradación del suelo, afectando su capacidad de soportar la vegetación y los ecosistemas.
- Pérdida de biodiversidad: La destrucción de hábitats naturales y la alteración del paisaje pueden tener un impacto negativo en la biodiversidad local, incluyendo la extinción de especies y la interrupción de ciclos ecológicos.
- Contaminación del agua: La minería a cielo abierto puede liberar contaminantes tóxicos en las fuentes de agua cercanas, lo que puede afectar la calidad del agua y la vida acuática.

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¿Qué es el fracking y para que se utiliza?

El fracking, también conocido como fracturación hidráulica, es una técnica utilizada para la extracción de gas natural y petróleo de esquistos y otras formaciones rocosas. Aquí tienes cinco características del fracking:

- Inyección de fluido a alta presión: En el fracking, se perfora un pozo vertical y luego se perfora horizontalmente a través de una formación rocosa rica en gas o petróleo. Se inyecta un fluido a alta presión compuesto principalmente de agua, arena y productos químicos en el pozo para fracturar la roca y liberar los hidrocarburos atrapados en ella.
- Liberación de hidrocarburos atrapados: La fracturación hidráulica rompe la roca subterránea, creando fisuras que permiten que los hidrocarburos fluyan hacia el pozo y sean recuperados en la superficie. Este proceso es fundamental para la extracción de gas natural y petróleo en formaciones de difícil acceso.
- Uso de productos químicos: Además del agua y la arena, se utilizan productos químicos en el fluido de fracturación para facilitar la fracturación de la roca, prevenir la corrosión y controlar el crecimiento de bacterias en el pozo. La composición exacta de estos productos químicos suele ser una información protegida por derechos de autor y puede ser motivo de preocupación ambiental.
- Aguas residuales: El agua utilizada en el proceso de fracturación se convierte en agua de flujo de retorno que contiene contaminantes químicos y puede ser perjudicial para el medio ambiente. La gestión adecuada de estas aguas residuales es un desafío importante en la industria del fracking.


¿Cuáles son los riesgos para el la salud humana y el medio ambiente que conlleva el fracking?

- Contaminación del agua potable: La contaminación del agua subterránea es una de las principales preocupaciones. Los productos químicos utilizados en el proceso de fracturación y las sustancias liberadas de las formaciones rocosas pueden infiltrarse en los acuíferos y contaminar el suministro de agua potable. Esto puede exponer a las personas a compuestos químicos tóxicos y potencialmente carcinógenos.
- Aguas residuales y disposición de residuos: La gestión de las aguas residuales producidas por el fracking puede ser problemática. El tratamiento y disposición inadecuados de estas aguas pueden dar lugar a la liberación de contaminantes en el medio ambiente y, en última instancia, afectar la calidad del agua y la salud de las comunidades locales.
- Emisión de contaminantes del aire: Las operaciones de fracking pueden liberar contaminantes atmosféricos, como partículas finas, compuestos orgánicos volátiles y metano. La exposición a estos contaminantes puede tener efectos perjudiciales en la salud respiratoria y aumentar el riesgo de enfermedades pulmonares, cardiovasculares y otros problemas de salud.
- Riesgo de accidentes y fugas: Las fugas de gas o petróleo, así como los derrames de productos químicos en el sitio de perforación, pueden resultar en la exposición aguda a sustancias peligrosas para los trabajadores y las comunidades cercanas.
- Impacto psicológico y social: La actividad del fracking puede tener un impacto psicológico y social en las comunidades locales. El ruido constante, el tráfico pesado y la preocupación por la salud y la seguridad pueden causar estrés y ansiedad en las personas que viven cerca de las operaciones de fracking.
- Riesgo de terremotos inducidos: En algunos casos, el fracking se ha relacionado con la actividad sísmica inducida. Los terremotos inducidos por la inyección de aguas residuales en pozos de eliminación profunda son una preocupación creciente en ciertas áreas.

1/3/19

Dossier Glifosato y Agrotóxicos

Un modelo agropecuario tóxico

La Red de Acción en Plaguicidas (Rapal) denunció 108 presentaciones de herbicidas e insecticidas de muy alta toxicidad

Por Darío Aranda

Agrotóxicos prohibidos en Europa y de uso libre en Argentina. Herbicidas e insecticidas a los que solo se les mide su toxicidad aguda (en el corto plazo) y no crónica (sostenida en el tiempo). Y 108 formulaciones “altamente peligrosas” que empresas multinacionales promocionan y comercializan en el país. Son algunos de los aspectos destacados en una investigación de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina (Rapal). Además del famoso glifosato, denuncia el uso de los agrotóxicos atrazina, clorpirifos, paraquat, fipronil e imidacloprid, entre otros. Las empresas responsables: Syngenta, Bayer-Monsanto, Dow Agrosciences y Atanor.

“Informe sobre los plaguicidas altamente peligrosos en la Argentina”, es el título de la investigación de Rapal y de la Red Internacional de Eliminación de los Contaminantes (IPEN, por sus siglas en inglés). Son 170 páginas donde detallan Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) utilizados en la Argentina. Se define como PAP a los plaguicidas que presentan niveles elevados de peligrosidad aguda o crónica para la salud o el ambiente. Según la Red Internacional de Acción en Plaguicidas (PAN) se precisa como PAP a los químicos que son perturbadores endócrinos, bioacumulables, muy persistentes en el agua, en el suelo o en los sedimentos, y tóxicos para los organismos acuáticos y para las abejas.

El trabajo alerta que, además de cultivos extensivos como la soja y el maíz, muchos plaguicidas se utilizan en actividades como la fruticultura y horticultura, lo que implica una gran exposición no solo de los productores y trabajadores sino también de los consumidores de frutas y verduras.

El informe toma como referencia a la Red Internacional de Acción en Plaguicidas (PAN), que tiene registro de al menos 299 químicos peligrosos. El 42 por ciento de ellos (126 de esos productos) se utilizan en Argentina. Casi la totalidad (123) se utilizan en actividades agrarias y en “línea jardín” (uso domiciliario). Estos productos se expenden bajo diferentes nombres comerciales, que varían la forma de presentación y la empresa fabricante.

Si se contrapone el listado de agroquímicos con alguna prohibición y los que se utilizan en Argentina queda en evidencia la permisiva política nacional: en las provincias argentinas se usan 108 productos que cuenta con restricciones en el exterior. En la página 43 del informe de Rapal se detallan los herbicidas atrazina y paraquat, prohibidos en más de treinta países, entre ellos todos los de la Unión Europea. Syngenta (empresa de origen Suiza, adquirida por ChemChina en 2017) no comercializa atrazina en Suiza, pero sí en Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay.

“Hay una ‘doble vara’ de las empresas. Están prohibidos en los países de origen y aquí se utilizan dado la baja información, la poca presión de los consumidores y la escasa acción de los organismos estatales que deben evaluar, registrar y categorizar a los plaguicidas en la Argentina”, afirmó Javier Souza Casadinho, coordinador de Rapal y autor de la investigación.

Los agrotóxicos más utilizados y peligrosos son los herbicidas glifosato, atrazina y paraquat (utilizados en cultivos de soja, maíz, tabaco, entre otros). Los insecticidas cipermetrina, clorpirifos, fipronil e imidacloprid (utilizados en hortalizas, frutales, maíz). Y los fungicidas benomil y carbenzazin (fundamentalmente en hortalizas).

“Benomil y carbenzazin son alteradores de la reproducción y se utilizan mucho en horticultura, y es muy posible que lleguen a los consumidores”, explicó Souza Casadinho, que también es docente de la Facultad de Agronomía de la UBA. Destacó que el fipronil y el imidacloprid, utilizados en hortalizas, frutales , soja y aún en mascotas, están prohibidos en Europa y son muy cuestionados por afectar a las abejas (polinizadores esenciales para la humanidad).

En la página 34 del informe se destacan las empresas productoras de plaguicidas altamente peligrosos en Argentina: Bayer/Monsanto (productoras de glifosato, inidacloprid, cipermetria, fipronil), Syngenta (atrazina, paraquat), Nufarm (imidacloprid), Atanor (glifosato, atrazina), Dow Agrosciences (clorpirifos) y Basf (Carbendazin), entre otras.

El trabajo denuncia la forma de autorización de los plaguicidas en Argentina. El Estado, a través del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), categoriza la peligrosidad de los agrotóxicos según la clasificación denominada “Dosis Letal (DL) 50”, que solo mide la toxicidad aguda de un producto en base a la dosis con la que muere el 50 por ciento de una población de animales de laboratorio. Nada establece sobre las intoxicaciones crónicas, por ejemplo cuando las personas de una comunidad están expuestas a dosis pequeñas por largos periodos de tiempo o sometidas a distintos tipos de plaguicidas que se aplican durante meses o años.

El Senasa no tiene en cuenta, por ejemplo, los efectos endócrinos de los agroquímicos (alteración del equilibrio hormonal) ni las enfermedades epigenéticas (expresiones incorrectas del ADN). El Senasa, que basa sus aprobaciones en informes de las propias empresas, tampoco tiene en cuenta la afectación y acumulación de los agroquímicos en agua y suelos.

Es un histórico reclamo de los pueblos afectados por las fumigaciones con agrotóxicos: que se incluyan estudios de toxicidad crónica y afectaciones en el ambiente.

https://www.pagina12.com.ar/249247-un-modelo-agropecuario-toxico

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Glifosato: 3 preguntas sobre el herbicida por el que Bayer tendrá que pagar casi US$11.000 millones en demandas

La empresa químico-farmacéutica alemana Bayer deberá pagar hasta US$10.900 millones tras alcanzar un acuerdo en una demanda sobre un producto en su herbicida marca Roundup que podría causar cáncer.

El producto en cuestión es glifosato, que ha sido objeto de unas 125.000 demandas por los supuestos efectos cancerígenos.

El bufete de abogados de Nueva York Weitz & Luxenberg dijo haber alcanzado el acuerdo en representación de casi 100.000 personas.

Bayer niega cualquier delito pero dijo que pagaría la suma para acabar con la "incertidumbre". Como parte del acuerdo, la empresa declaró que pagaría hasta US$9.600 millones a los demandantes y pondría en reserva otros US$1.250 millones para cubrir cualquier demanda futura.

Las empresas que ganan millones vendiendo pesticidas peligrosos al mundo en desarrollo (y qué país de América Latina es líder mundial en su uso)

El herbicida Roundup fue originalmente lanzado por la firma estadounidense Monsanto, que Bayer compró en 2018.

Desde su introducción, hace más de cuatro décadas, se ha vuelto uno de los herbicidas más populares del mundo, pero su sustancia activa, el glifosato, ha sido uno de los más polémicos, particularmente por su uso en América Latina.

1. ¿Qué es el glifosato?

Como en muchos herbicidas de otras marcas, el glifosato es uno de los ingredientes activos de Roundup.

La compañía que lo introdujo al mercado en 1974 fue Monsanto, que tuvo la patente que hasta 2000. A partir de entonces, el producto pasó a ser vendido por otros fabricantes.

El glifosato se usa en agricultura y silvicultura para el control de la maleza en áreas industriales, pero también se empela en céspedes y jardines.

Su efecto sobre las plantas no es selectivo, lo que significa que mata a la mayoría de ellas cuando se aplica.

Los agricultores lo rocían en los campos antes de que sus cultivos broten en primavera. Así no tienen que competir con las malezas de los alrededores.

Algunos también lo usan como un tratamiento previo a la cosecha, pues seca los cultivos y facilita la recolección.

Hay cultivos, como la soja, que han sido genéticamente modificados para resistir al glifosato.

2. ¿Qué efectos puede tener sobre la salud?

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud concluyó en 2015 que la substancia es "probablemente carcinógena para los humanos" .

Pero la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) considera que el glifosato es seguro cuando se usa con precaución.

Un estudio de 2016 de los Servicios del Medioambiente de Europa notó una creciente preocupación por el uso intensivo de glifosato

En 2016, un informe conjunto de la OMS y la ONU determinó que, si bien algunas investigaciones sugerían "alguna evidencia de una asociación positiva entre la exposición al glifosato y el riesgo de linfoma no Hodgkin", el único estudio grande de alta calidad encontrado "no mostró evidencia de una asociación en cualquier nivel de exposición".

Éste llegó a la conclusión de que "es poco probable que represente un riesgo carcinogénico para los humanos debido a la exposición a través de la dieta".

Cómo encontraron en cereales restos de glifosato, un herbicida cancerígeno para la OMS
Un estudio de 2016 de los Servicios del Medioambiente de Europa notó una creciente preocupación por el uso intensivo de glifosato, pues algunas plantas han desarrollado resistencia a él, lo que significa que los agricultores tienden a usar aún más.

La evidencia científica sigue estando lejos de ser concluyente, sin embargo, en 2018 un tribunal en California emitió el primer fallo vinculando Roundup al cáncer, otorgando a los demandantes una sustancial compensación.

Entre los litigantes se encontraba Dewayne Johnson, quien padecía un cáncer terminal diagnosticado en 2014. El jardinero utilizó decenas de veces herbicidas con glifosato de las marcas RangerPro y Roundup, comercializadas por Monsanto en EE.UU.

El jurado de California determinó que los herbicidas de Monsanto contribuyeron "sustancialmente" a la enfermedad terminal de Johnson.

Bayer, que compró Monsanto hace dos años por US$63.000 millones, niega que el glifosato sea cancerígeno.

3. ¿Por qué es tan polémico en América Latina?

El glifosato se encuentra dentro de los herbicidas y pesticidas altamente peligrosos para las personas, animales y ecosistemas (HHP, por sus siglas en inglés), según las investigaciones de varias ONG y de autoridades reguladoras independientes.

La OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) definen los HHP como "plaguicidas reconocidos por presentar niveles particularmente altos de peligros agudos o crónicos para la salud humana o el medio ambiente según los sistemas de clasificación internacionalmente aceptados".

Estos peligros ambientales incluyen problemas como la contaminación de fuentes de agua o la "interrupción de las funciones del ecosistema", como la polinización.

La mayor parte de los pesticidas y herbicidas perjudiciales para la salud y el medio ambiente se venden en países en desarrollo con miras a mejorar el rendimiento de cultivos en alta demanda, como la soja, o con el propósito de erradicación de cultivos ilícitos, como la coca.

Muchos países en América Latina tienen un largo historial de aplicación de herbicidas que contienen glifosato. Aunque algunos los han prohibido, varios otros continúan usándolos.

Argentina lideraba en 2018 "el ranking mundial por la cantidad de glifosato que usa en el campo", según un estudio de la Universidad Nacional de La Plata realizado ese año.

Según el mismo estudio, la concentración del glifosato ha aumentado y los argentinos tienen "una exposición continua y sostenida a este compuesto".

Profesionales de la salud han abogado desde hace varios años el veto a ese químico. Aunque no se ha prohibido a nivel nacional ya hay más de 400 ciudades y pueblos que no lo permiten, según la firma internacional de abogados litigantes Baum Hedlund Aristei Goldman.

Por otra parte, en Brasil, el mayor exportador de soja del mundo, hubo un fallo que no permitía que productos que contuvieran glifosato pudieran ser registrados en el país.

Pero el fallo se desestimó y una reevaluación oficial sobre los efectos del compuesto realizada en febrero de 2019 no prevé que se prohíba a nivel nacional.

En contraste, en Colombia, donde el glifosato se utilizó durante años para fumigar los cultivos ilegales de coca, está vetado desde 2015.

Hubo intentos del gobierno del presidente, Iván Duque, para reanudar las fumigaciones aéreas, un tribunal sostuvo el fallo original declarando que el gobierno tenía que probar que el glifosato no es perjudicial para la salud humana no para el medio ambiente, antes de levantar la restricción.

En México, el Ministerio del Medio Ambiente prohibió la importación del producto y otros países de la región han adoptado leyes limitando su uso. Costa Rica lo prohibió para sus 11 reservas naturales protegidas y El Salvador aprobó una legislación en ese sentido pendiente de ser aprobada.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-53180741

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El Costo Humano de los Agrotóxicos

El fotógrafo argentino Pablo Ernesto Piovano recorrió zonas rurales de Entre Ríos, Chaco y Misiones para retratar a las personas más afectadas por los agrotóxicos y concientizar sobre una tragedia que afecta a nuestro país.

Por Matilde Moyano

Durante noviembre y diciembre de 2014 el fotógrafo argentino Pablo Ernesto Piovano recorrió zonas rurales de las provincias de Entre Ríos, Chaco y Misiones para retratar a las familias afectadas por las fumigaciones con agroquímicos. La serie de fotografías ‘El Costo Humano de los Agrotóxicos’ ya ganó dos premios internacionales y puede visitarse hasta el 17 de agosto en el Palais de Glace, en la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino que organiza todos los años la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA).

Las constantes fumigaciones con agroquímicos como el glifosato y el 2.4D, no sólo generan un efecto en los cultivos, si no que también multiplican de dos a cuatro veces el promedio nacional de las tasas de cáncer y otras enfermedades graves en trabajadores agrarios y pobladores, quienes sufren de malformaciones o afecciones en la piel.

Argentina es el tercer productor mundial de soja, después de Estados Unidos y Brasil, y hoy un tercio de la población de nuestro país se encuentra afectada directa o indirectamente por el glifosato, mientras en el resto del mundo se encuentra prohibido en 74 países.

Pablo es fotógrafo de Página 12, pero realizó este trabajo de manera independiente con el apoyo de la Fundación Manuel Rivera-Ortiz, una organización sin fines de lucro con sede en Rochester, Nueva York. Así, documentó la vida de los pueblos que conviven en contacto con las fumigaciones. En diálogo con El Federal, Pablo nos contó sobre la experiencia de este trabajo fotográfico:

- ¿Cómo decidiste viajar para sacar estas fotos?
- Me tomé vacaciones y financié el viaje de manera independiente porque es un tema que ningún medio concentrado está dando a conocer. Hice dos viajes de un mes y medio, y luego otro de veinte días. Con ese trabajo me postulé en la Fundación Manuel Rivera Ortiz, que reconoció mi trabajo y me brindó el apoyo para continuarlo. Estoy muy agradecido porque este tipo de fundaciones nos da la dignidad de poder trabajar de manera independiente.

- Viajaste por Entre Ríos, Chaco y Misiones. ¿Qué pueblo recordás más?
- Fueron muchos pueblos. En San Salvador, Entre Ríos, trabajé bastante. Es ‘la capital del arroz’, se destila todo el tiempo un humo tóxico y a eso se le suma la gran cantidad de soja que tienen alrededor que fumigan de manera aérea y terrestre, y que llega por todos los rincones a la población, y hay una medida de cáncer que está por encima de lo normal.

- ¿Qué pensás y qué sentís como fotógrafo, con respecto al poder de la fotografía para transmitir este tipo de situaciones que de otra manera pareciera que no llegan?
- He recibido agradecimientos de algunos académicos que me dijeron que con imágenes podían parar discusiones en las que todavía hay quienes dicen que el glifosato no hace mal aunque estemos viendo cifras aterradoras.

- ¿Cómo fue la relación con las personas afectadas por estas enfermedades a la hora de retratarlas? ¿Querían ser fotografiadas?
- Todas las casas en las que entré me brindaron el mejor trato y fue muy fluido. Estaban dispuestos a hablar, a contar su problemática, a ser retratados, simplemente porque están en un estado de infección muy alto. Tienen la necesidad de ser narrados, porque están invisibilizados, no tienen quien los apoye ni perspectivas de que dejen de ser fumigados. La recepción fue siempre buena, el trato abierto. Quizás en colonias donde yo llegaba por primera vez, donde no suelen recibir visitas, era un poco raro, pero entendían que había una causa que iba más allá de una persona afectada, si no de un grado altísimo. Los datos que nos están dando de la Red de Médicos de pueblos afectados hablan de 13 millones de afectados.

- ¿Ellos tienen conocimiento de lo que está pasando a nivel general, más allá de sus propios casos?
- Se dan cuenta. En la salita del pueblo a donde van se encuentran a muchas madres con sus hijos reiteradas veces, cada vez que fumigan, con problemas de bronco espasmos, con problemas en la piel, en los casos menos graves, y en los casos más graves con malformaciones, entre otras cosas.

- ¿Conocés alguna familia que además de acudir al médico haya intentado buscar otro tipo de ayuda?
- Además de la red de médicos hay abogados trabajando para reunir casos y ser escuchados.

- ¿Fuiste solo a recorrer estos pueblos?
- Al primer viaje me acompañó un amigo, un militante medioambiental que quiso venir conmigo y me acompañó durante quince días, pero al ver todo el tiempo la problemática era algo muy fuerte, muy pesado.

- ¿Y vos cómo te sentías?
- A mí también me pasaba eso, pero tenía la responsabilidad de contar la historia, de llegar a Misiones y no quebrarme en el camino, llegar a un lugar.

- ¿Qué te pasa al ver el resultado de tu trabajo, un trabajo tan bueno y que a la vez trata sobre una tragedia?
- Me siento agradecido de haber podido hacerlo y de ser un instrumento más en una causa que ayude a restablecer la memoria ancestral con la tierra, el respeto a la tierra, el respeto al agua, el respeto a los seres humanos, a la vida, a la continuidad de la vida. Eso es lo que está en juego. La tierra, que son nuestros alimentos, nuestra mesa cotidiana, y el agua, que es un ser dador de vida, que ha creado a la humanidad. El hecho de que en este momento estemos contaminándola y haciendo esta catástrofe es doloroso, pero a la vez siento que me dignifica mi tarea como comunicador. Siento que hay una utilidad, entonces agradezco haber podido recorrer esos kilómetros y que la gente haya querido aportar a ser ‘contada’.

- El Costo Humano de los Agrotóxicos sigue en proceso ¿Cuáles son los siguientes pasos?
- El acuerdo que tengo con la Fundación es poder continuarlo, todavía hay muchos lugares del país en donde está pasando lo mismo, a los que todavía no fui, como Córdoba y Santa Fe. También me interesa fotografiar la tala de bosques nativos, el desplazamiento que está sucediendo de los pueblos originarios. La intención es ser un instrumento, porque el problema es grave y hace falta que todos sepamos lo que está pasando y que se tomen cartas en el asunto, que haya una resolución que ayude a que cuidemos nuestra tierra y protejamos a nuestros hermanos.

Alicia baja, Colonia Aurora, Misiones: Andrea Gotin tiene 16 años. Era una niña saludable a sus 8 años, hasta que una tarde en la chacra de sus padres aspiró bromuro de metilo, lo cual afectó la parte motora de su cerebro. Su hermano Ademir de 20 años padece un severo retraso mental.

Fracrán, San Vicente, Misiones: Fabián Piris tiene ocho años y padece hidrocefalia y un retraso mental irreversible. Durante el embarazo su mamá manipuló Roundup junto a su marido en las plantaciones de tabaco. Donde vive esta familia fueron detectadas 1200 personas con labio leporino, hidrocefalia y otras discapacidades que serían consecuencia de los venenos que se usan en las plantaciones de tabaco y yerba mate.

Basavilbaso, Entre Ríos: Fabián Tomasi trabajó durante años en una empresa de aplicación aérea con agroquímicos. Fabián sufre polineuropatía tóxica severa y atrofia muscular generalizada.

San Vicente, Misiones: Talía Belén Soroco de 14 años tiene una malformación congénita, fue operada del corazón y padece severos problemas motores. Su padre, Juan, y su madre, Anita, trabajaron desde niños en los campos de tabaco manipulando insecticidas prohibidos, como Furadan y bromuro de metilo.

Roque Sáenz Peña, Chaco: Los gemelos Aldo y Maximiliano Barrios padecen una grave afección por microcefalia congénita, una de las dolencias asociadas al empleo de neurotóxicos en la agricultura transgénica.

Alicia baja, Colonia Aurora, Misiones: Lucas Techeira tiene tres años y nació con ictiosis, una afección que resquebraja la piel. Su padre tuvo que abandonar su trabajo en las plantaciones de tabaco cuando nació su hijo. Su madre manipuló sin protección glifosato en su huerta durante el embarazo.

Glifosato

El glifosato es el principio activo del herbicida RoundUp de la firma multinacional Monsanto. La utilización de este agroquímico brinda a los agricultores la posibilidad de controlar las malezas de forma total, porque no afecta los cultivos genéticamente modificados como la soja. El 20 de marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer un estudio que revela que el glifosato causó daño al ADN y a los cromosomas en las células humanas analizadas.

La Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos (CNIA) creada en 2009 en nuestro país tiene la misión de investigar, prevenir, y brindar asistencia y tratamiento a las personas expuestas a sustancias agroquímicas y promover la salud pública y la integridad del ambiente en todo el territorio nacional. En su informe concluye en que ‘si bien se ha señalado un aumento en la incidencia de aparición de defectos de nacimiento y de anormalidades en el desarrollo de hijos de aplicadores de glifosato, es difícil establecer una relación causa-efecto, debido a interacciones con agentes ambientales y factores genéticos’.

A través de su arte, Pablo Piovano busca servir como instrumento para concientizar sobre esta tragedia. Ojalá sus fotografías sean contempladas por las autoridades que todavía sostienen que no hay evidencia suficiente.

https://www.elfederal.com.ar/el-costo-humano-de-los-agrotoxicos/

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Andrés Carrasco: "Con mi trabajo sobre el glifosato contribuí a un debate que debieron liderar otros"

Su investigación, divulgada por la prensa especializada mundial, adquiere otro status. Denuncia los intereses que operan en el ámbito científico y propone otro paradigma. El glifosato produce malformaciones neuronales...

San Jorge.— El estudio de Andrés Carrasco, profesor de embriología, investigador principal del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular que versa sobre el efecto letal del glifosato en embriones, fue publicado por la revista especializada estadounidense Chemical Research in Toxicology (Investigación Química en Toxicología). Esa difusión le otorga verosimilitud y reconocimiento en el ámbito científico internacional y refuta los argumentos de los defensores del modelo agroeconómico instalado en Argentina, que cuestionaron los resultados de su investigación. Ahora, con sus resultados en al mano, dice: “Lo mío fue una contribución a un debate que no lideraron quienes debieron hacerlo”.

Según su trabajo, el glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas en embriones, aun en dosis mucho más bajas que las utilizadas en la agricultura. “Lo que sucede en la Argentina es casi un experimento masivo porque en ningún lugar del mundo hay tantas plantaciones concentradas de soja como en el país”, dejo este investigador, y aclaró que si su trabajo no concuerda con las recomendaciones de la Secretaría de Agricultura “es un claro problema de esta dependencia”, que clasifica al glifosato como de baja toxicidad. “Todo lo contrario de lo que afirman estudios diversos, que confirman la alteración de mecanismos celulares y, sobre todo, contrario a lo que padecen familias de decenas de provincias”, argumentó.

Por inmiscuirse en el centro de un modelo que se difundió a partir de los 90 desde La Pampa hasta las provincias del norte del país y que, con el acompañamiento de una política agroexportadora favorable terminó con la crisis que afectaba a los productores agropecuarios y los volvió a una etapa de esplendor, el científico pagó las consecuencias. Una campaña de desprestigio, amenazas, presiones políticas y hasta agresiones físicas pasaron a formar parte de su vida.

Con determinación por difundir su descubrimiento recorre el país para explicar los motivos que despertaron su interés y cómo fue la investigación. Sus resultados dispararon una de las señales de alerta más importantes en la Argentina, desde la instauración del monocultivo de soja genéticamente modificada. En una extensa charla con La Capital, reflexionó sobre su trabajo, el papel de los organismos de investigación y su mimetización con intereses extracientíficos.

— ¿Cómo explica el resultado de sus estudios sobre un producto que desde diversos ámbitos se promueve?
— En realidad exponemos en justa medida lo que hicimos en el laboratorio. Esto es nada más que un aporte desde la ciencia. A algunos les molesta que demos malas noticias pero no creo que nuestros experimentos sean el elemento fundamental en toda esta discusión. En realidad, gatillamos algo que estaba contenido, que mucha gente observaba pero no se podía sistematizar.

— ¿Tomó real dimensión de la convulsión que provocó la publicación de esos resultados?
— No magnifico la importancia de nuestros estudios. En Santa Fe se realizaron experiencias similares. En mi caso pude aplicar otra visión con nuevas tecnologías y un conocimiento más profundo en el desarrollo embrionario. Las razones más poderosas de todo este problema están en la conciencia y en la observación cotidiana de la gente. Respeto mucho los saberes que provienen de la observación directa y no científica. Hay saberes y saberes, la ciencia es uno de ellos. Hay pueblos que poseen otras maneras de conocer, epistemologías alternativas y no solamente inglesa, francesa, alemana o centroeuropea. Existen otras formas de analizar la realidad y nunca hay que descartarlas. Cuando los gobiernos, sus funcionarios o las sociedades ignoran esas formas de conocer se meten en problemas. Aprendí que uno no debe ser autorreferencial o autocelebratorio de lo que hace. Mi intención es que esto sirva de punto de partida para un debate un poco más profundo que va más allá del uso de un plaguicida, sino de un modelo tecnológico de producción que exige su utilización.

— ¿Entonces los cuestionamientos no de deben recaer sobre un producto, sino sobre el sistema de producción?
— Decir que el problema es el glifosato es achicar el discurso. Uno debe hacer un esfuerzo intelectual y analizar que el glifosato es un emergente. Es una consecuencia indeseada. Una forma de ver el desarrollo de un país. No es que aparece el paquete tecnológico y después alguien empieza a producir en función de eso, sino que hay una decisión primaria, una forma de ver el progreso, el desarrollo de las sociedades, la distribución de la riqueza y la explotación de los recursos. La tecnología y la ciencia no son neutrales. A veces son objetivas pero nunca neutrales. Y siempre las disciplinas tecnológicas como las científicas se construyeron sobre marcos históricos, ideológicos y culturales determinados.

Ciencia y autocrítica. La reflexión avanza en ese sentido. “Nosotros no tenemos estos problemas por una casualidad, los tenemos porque estamos inmersos en un mundo con un determinado sentido del desarrollo y con una ciencia que tiene una función determinada”, afirma Carrasco. “El científico que no haga una reflexión sobre eso se equivoca porque está matando lo único que tiene la ciencia de permanente: la capacidad crítica sobre sí misma. La ciencia es autocrítica pero además puede ser subordinada o independiente, servir a pocos o muchos. También puede ser «buena» cuando trae beneficios para muchos y puede ser «mala» cuando enriquece a pocos”, insiste.

— ¿La tarea de disparar el alerta está cumplida?
— Lo mío es sólo la contribución a un debate que, quienes tendrían que liderarlo, no lo hacen. Entonces, que se instale, y que a partir de sus problemas concretos, la gente les exija a sus gobernantes el camino a seguir. Es importante que los vecinos se interesen por estos problemas complejos, que no son sólo de la Argentina. En Bolivia los dirigentes llevan adelante la construcción de un relato que incluye la tecnología, el progreso, el desarrollo, la política, la economía y la visión de para qué se erige una sociedad. Son intelectuales como los nuestros pero están mirando un poco más allá, tratando de romper barreras étnicas y contemplando la incorporación de elementos nuevos que no provienen sólo de la racionalidad científica positivista de la Europa de los siglos XVIII o XIX, sino de todas las cosas propias. Y esto pasa en otros países.

— ¿No así en Argentina?
— En nuestro país, tanto universidades e instituciones de divulgación científica están penetradas, por los grandes cruzados. Esos son los fondos de Bajo la Alumbrera, del paquete tecnológico de desarrollo agrario y tantos otros ejemplos que vienen circulando como casos particulares o generales. En ellos se ve cómo los juegos de intereses entran en aquellas cosas que percuden y erosionan la capacidad de decisión nacional. Se meten en lugares que de alguna manera son cooptados a través de distintos mecanismos para satisfacer sus intenciones. Uno diría vulgarmente que son la expansión de espacios de privatización. No es poca cosa, porque la Universidad es el lugar del intelecto, del pensamiento crítico y debe estar al servicio de la sociedad y nunca al de demandas o intereses de algunos sectores en particular.

— ¿Qué lo llevó a anticipar los resultados de sus estudios?
— Cuando concreté la divulgación de mis estudios lo hice convencido de que los resultados eran de interés público. A partir de allí comenzaron a convocarme de diversos sectores de la sociedad: ambientalistas, vecinos, movimientos colectivos que quieren saber de qué se trata. Necesitan debatir el problema y adquirir elementos para su propia discusión. No soy el actor principal de esta problemática. Los protagonistas son aquellos que detectaron, se sensibilizaron, denunciaron y se lanzaron a confrontar ideas y saberes para defender sus derechos. Desde lo intelectual, uno tiene que acompañar estos movimientos. A mi me sirvió para pensar sobre otras cosas que no tienen mucho que ver con la biología molecular.

— ¿Cómo se identifican los objetivos a alcanzar?
— No se puede parcializar como comúnmente hace el científico. Hay que montar un mecanismo de interrelación, no al estilo académico, sino real. Cada pueblo tiene su cultura que supo preservar o no de acuerdo a su historia. Eso también interviene en estas discusiones porque es lo que otorga la fortaleza o debilidad para defender algunas cosas. Esto es muy complejo y difícil de resolver. Lo que podemos hacer es mantener el debate arriba de la mesa. Me conformo con eso. El Estado no puede hacerse el dueño de este debate que sí debe desarrollarse en la sociedad en función de sus necesidades y nunca exclusivamente desde una mirada sobre la renta. Es mentira que una sociedad con más ingreso económico será más justa o tendrá mayor bienestar.

— ¿Qué opina sobre el informe del Conicet encargado por la presidenta?
— Está plagado de inexactitudes. No guarda las normas elementales académicas. Cuando uno hace un trabajo de esa naturaleza debe usar bibliografía independiente y en cambio menciona en 19 fragmentos informes no publicados de la principal productora de Glifosato y en 35 párrafos refiere a trabajos de especialistas reconocidamente pagados por la misma firma. Además, con el mismo informe yo hubiera llegado a la conclusión opuesta: hubiera aplicado el principio precautorio. En primer lugar, porque soy médico y convencido de que antes que curar hay que prevenir. Pero además, y esto es lo segundo, si tengo datos que me dicen que algo está ocurriendo, no puedo afirmar que no hay suficientes pruebas. Eso es grave porque hay una forma de ver las cosas evidentemente sesgada cuando surge de una comisión que representa la institucionalidad del Estado para que emita un juicio.

https://www.lacapital.com.ar/andreacutes-carrasco-con-mi-trabajo-el-glifosato-contribuiacute-un-debate-que-debieron-liderar-otros-n357687.html

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