18/2/20

Dossier Afrodescendientes

¿Quiénes son los afrodescendientes?

La comunidad afrodescendiente en la Argentina está compuesta por argentinos de origen afrodescendiente, inmigrantes latinoamericanos afrodescendientes e inmigrantes africanos. Los argentinos de origen afro han vivido en toda su historia un proceso creciente de invisibilización sociocultural, que instaló y sostiene hasta la actualidad el imaginario hegemónico “en Argentina no hay negros”. En un muestreo que realizó el Censo del Bicentenario de 2010, al menos 150 mil personas se autoreconocieron afrodescendientes. 

La comunidad estima que alrededor de 1.500.000 de argentinos e inmigrantes en el país son de origen afro. En el 2014, Naciones Unidas declaró el Decenio Internacional Afrodescendiente (2015-2024) instando a los países miembros a llevar adelante políticas públicas y programas de visibilización de las comunidades afrodescendientes, como así también programas de promoción y protección de sus derechos.

https://www.argentina.gob.ar/derechoshumanos/promocion/pluralismo/afrodescendientes

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Los negros-africanos en la historia argentina

La presencia negro-africana en la República Argentina es y ha sido, históricamente, un dato insoslayable de la realidad nacional, desde sus orígenes como Nación e incluso varios siglos antes. Aquí se transcribe un original trabajo sobre el que, como afirma la autora, “no es legítimo hablar de 'desaparición de los negros' como lo vienen haciendo las clases dirigentes y la sociedad argentina en general desde fines del siglo pasado y durante el presente”.

El mecanismo a través del cual la población africana ingresó en masa en Latinoamérica fue el infamante tráfico de esclavos en las rutas del océano Atlántico. No obstante vale aclarar que hay pruebas suficientes de la presencia africana en el hemisferio occidental varias centurias antes de la llegada de Cristóbal Colón: así lo prueban los hallazgos arqueológicos y otros artefactos culturales en las regiones de Tuscla y Veracruz, en México, que datan del período Olmeca; en la región de la actual ciudad de La Plata, en la Argentina; el Darien, al norte de Brasil; en Venezuela y en Florida.

Sin embargo, la dispersión a escala masiva de poblaciones africanas enteras en las tres Américas se produjo, de manera inusitada hasta ese momento, durante el comercio de esclavos entre los siglos XV y XIX.

La razón de esta vergonzante y forzada migración fue servir a las necesidades de mano de obra de los colonos europeos: hasta el siglo XIX la plantación agrícola y la minería constituyeron las bases de la economía iberoamericana y, a través de éstas, el sustento para las coronas española y portuguesa. Trabajar con sus propias manos era la última posibilidad prevista por los colonizadores para sí mismos. Éstos se volcaron a los africanos por su experiencia milenaria tanto en la minería y el trabajo artesanal con metales como en la plantación agrícola. Por otro lado, a diferencia de los amerindios, los africanos ya habían estado expuestos a las “zonas” epidemiológicas del “Viejo Mundo”, adquiriendo inmunidad a enfermedades tropicales tales como la fiebre amarilla y la malaria, y a enfermedades comunes en Europa, como la viruela.

Además, al no estar protegidos por las tradiciones legales comunes a los europeos –que se consideraban a sí mismos seres humanos pero no al resto– los africanos podían ser reducidos sin apelación moral a una disciplina brutal y sanguinaria.

La América hispánica y portuguesa arrebató y esclavizó seres humanos principalmente de África Occidental, constituyendo las Islas de Cabo Verde el entrepuesto de tráfico más importante de aquellos siglos. Los individuos provenientes de Guinea Septentrional y Meridional eran mayoría en el Caribe y América Central; los Yoruba y los Ewe (Nigeria y Togo) en Brasil. Los angoleños y congoleños (pertenecientes a la familia étnica y lingüística Bantú) eran los grupos mayoritarios en Chile, Perú, Uruguay y Argentina.

En síntesis, alrededor de 12.000.000 de africanos desembarcaron en Latinoamérica. Buenos Aires y Montevideo se constituyeron en los puertos más importantes del Atlántico Sur y surtieron todo el interior de Sudamérica mediante puertos de transferencia en Valparaíso y Río de Janeiro. Si efectuamos el cálculo de que por cada africano que llegaba vivo a estas costas cinco perecían por inanición, diarreas, deshidratación, suicidios o castigos diversos, hallamos que el tráfico de esclavos le provocó a África, una sangría de más de 60.000.000 de personas y a Europa su extraordinaria expansión industrial y económica.

En el caso de la República Argentina los esclavos negros fueron utilizados en las tareas rurales, la ganadería, las labores artesanales, el trabajo doméstico. Las familias propietarias de esclavos los hacían trabajar como talabarteros, plateros, pasteleros, lavanderas, peones o maestros de música, fuera de la casa y con lo que éstos percibían se mantenía el tren de vida de la oligarquía.

Durante la gobernación de Juan Manuel de Rosas pareció verificarse un cierto auge de la comunidad negra de Buenos Aires, alcanzando alrededor de un 30 por ciento de la población total. El Gobernador asistía regularmente con su familia a los candombes negros. Ésta era una de las escasas formas culturales que les era permitido manifestar a los afro-argentinos lo que revestía al mismo tiempo una manera de control, mediante la folklorización. Por otro lado, servía para soslayar la condición de esclavos, mientras que los actos de resistencia eran cruelmente castigados.

Censo en la época colonial

Datos del período colonial revelan lo siguiente: en el censo de 1778 se consigna que en el noroeste argentino, en la zona de Tucumán, el 42 % de la población era negra; en Santiago del Estero la proporción era del 54 %; en Catamarca, para esa misma época el porcentaje de la población negra era del 52 %; en Salta, el 46 %; en Córdoba, el 44 %; en Mendoza, el 24 %; en La Rioja, el 20 %; en San Juan, el 16 %; en Jujuy, el 13 %; en San Luis, el 9 %.

A lo largo del siglo XIX se verifica un decrecimiento sostenido de los africanos, hasta que hacia fines de ese mismo siglo, el ingreso masivo de la inmigración blanca europea hará bajar drásticamente, en términos relativos, la proporción de población negra e india en todo el país. Así, en los documentos oficiales la gama de la población anteriormente denominada negra, parda, morena, “de color”, pasó a determinarse como “trigueña”, vocablo ambiguo que puede aplicarse a diferentes grupos étnicos o a ninguno.

El período que va de 1838 a 1887 es crucial en este proceso que nosotros definimos como de “desaparición artificial”, ya que para fines de 1887 el porcentaje oficial de negros es de 1,8 %. A partir de ese período ya no se informa sobre este dato en los censos.

Es sumamente importante señalar que, si bien la disminución de la población negra es un hecho real y obedece a múltiples causas, no es legítimo hablar de “desaparición de los negros” como lo vienen haciendo las clases dirigentes y la sociedad argentina en general desde fines del siglo pasado y durante el presente. Ya en 1845, en su libro “Conflictos y armonías de las razas en América”, Domingo F. Sarmiento se apresuraba a festejar el “bajísimo” número de miembros de este grupo en la Argentina.

Esta tendencia se patentiza y se asume como misión de Estado con la Generación del 80 (integrada por Bartolomé Mitre y Julio A. Roca, entre otros): la idea era la de “blanquear” a la población como requisito para el desarrollo y el progreso del territorio, recurriendo al fomento, desde la Constitución, de la población blanca y europea, a la restricción de la inmigración africana o asiática y además a la negación de la propia realidad negra dentro del país.

Contribuciones de los descendientes de africanos

El hombre negro participó en todas las acciones bélicas de la Argentina: llegó a ellas ya sea compulsivamente por la “Ley de rescate”, ya sea por la promesa de la libertad si prestaba cinco años de servicio militar. Su incorporación fue paulatina, en tropas regulares o irregulares, pero siempre ocupando los puestos más peligrosos en el campo de batalla, desempeñando las tareas más desagradables en el mantenimiento y sufriendo a menudo la humillación y el escarnio por su condición de esclavizado.

En 1801 se reglamentan las formaciones milicianas con negros, a las que se denomina Compañías de Granaderos de Pardos y Morenos. Cuando en 1806 se produce la primera Invasión Inglesa a Buenos Aires encontramos la participación del negro en la defensa de la ciudad.

Cuando San Martín regresó de España para servir a su patria, en 1812, su primera misión fue la organización del Regimiento de Granaderos a Caballo.

A fines de ese año, se hizo cargo del Ejército del Norte: sus tropas se componían de 1.200 hombres, de los cuales 800 eran negros libertos, es decir, esclavos rescatados por el Estado para el servicio de las armas.

La frase de San Martín, luego de recorrer el campo de batalla de Chacabuco —“¡Pobres negros!”— da cuenta de los innumerables cadáveres de quienes habían pertenecido al Batallón N° 8 compuesto por los libertos “rescatados” de Cuyo.

La muerte masiva de africanos y afro-americanos reclutados para el Ejército de Los Andes fue un hecho reiterado durante la campaña de Chile, Perú y Ecuador, entre 1816 y 1823: de los 2500 soldados negros que iniciaron el cruce de Los Andes fueron repatriados con vida 143.

Pasada la gesta de la campaña libertadora, se continuó con la costumbre de complementar regimientos de blancos con regimientos de negros, aunque siempre separados de los blancos e incorporados a cuerpos de negros ya existentes.

Los sobrevivientes de la Guerra de la Independencia –y otras tantas– no fueron dejados libres a pesar de la promesa de libertad si cumplían cuatro años de servicio militar.

Casi inmediatamente integraron filas en la guerra contra Brasil (1825 a 1828). Los sobrevivientes fueron absorbidos por las guerras civiles entre unitarios y federales. El Brigadier General y Gobernador de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rosas los convocó para formar el Batallón Provincial y el Batallón Restaurador.

Años después, las batallas de Caseros, Cepeda y Pavón los tuvieron enfrentados en uno y otro bando. Con el fin de la Guerra de la Triple Alianza, contra Paraguay (1865-1870), pareció concluir el calvario del hombre negro en las Fuerzas Armadas.

Años después, con la Nación ya pacificada, era una situación común encontrar en las calles de Buenos Aires o de otras ciudades del país a los negros viejos, antiguos combatientes, pidiendo limosna para sobrevivir. Muchos de ellos presentaban miembros mutilados, cicatrices o graves impedimentos locomotrices.

Sus mujeres, nuestras mujeres negras, vendían mazamorra, pan casero o pasteles; eran también lavanderas. Las nuevas corrientes migratorias, de origen europeo, propiciadas por la Constitución y estimuladas por el Estado, desplazaron lentamente a nuestros negros, quienes fueron replegándose hacia áreas alejadas de los grandes centros urbanos, olvidados por la sociedad a la que habían contribuido a formar.

Si el hecho de haber participado en las confrontaciones bélicas provocó un gran decrecimiento de la población afro-argentina y si a principios de este siglo se veían muy pocos integrantes de ésta en los centros urbanos, no es lícito hablar de “desaparición de los negros en la Argentina”, como lo hacen muchos propagadores de ideas, de manera superficial y sin rigor científico.

A pesar de tanta adversidad, los africanos dejaron una indeleble impronta en todos los aspectos y estamentos de la sociedad argentina. Estuvieron en el origen de formas artísticas populares como la payada (recordar al talentosísimo Gabino Ezeiza), el tango, la milonga y la chacarera.

Aportaron infinidad de palabras al castellano del Río de la Plata, enriqueciéndolo: bombo, batuque, bujía, conga, cafúa (lunfardo), candombe, dengue, malambo, mandinga, mucama, tarimba o tarima, etc.

En la época de la Colonia, actuaban frecuentemente en el teatro y en el circo. Fueron además destacados pianistas como el maestro Navarro y grandes compositores como Rosendo Mendizábal, autor del tango “El entrerriano”. Horacio Mendizábal, poeta del período romántico y reivindicador de los derechos de su comunidad. Los nombres son muchísimos.

En otros aspectos de la cultura popular como la culinaria, encontramos la incorporación de las achuras y el mondongo a la alimentación, la mazamorra, el locro, etc.

En la religiosidad, la veneración de San Baltasar y San Benito.

La Nación Argentina se debe a sí misma una revisión profunda y honesta de su historia y un análisis rigurosamente crítico de los fundamentos ideológicos que dieron forma a su idea del “país deseado”.

La Nación Argentina debe también una reparación histórica, moral, social y económica a todos aquellos negros y a los millares de descendientes de aquellos.

En el Archivo General de la Nación pueden consultarse los miles de expedientes de la Comisión liquidadora de las deudas de las guerras de la Independencia y la emprendida posteriormente contra el Imperio del Brasil.

Hasta el último centímetro cuadrado de las telas para los uniformes fue meticulosamente abonado a los comerciantes porteños y a los importadores.

Los esclavos, en la mayor parte de los casos, pagados en el momento. Por otra parte todos, o casi todos, los descendientes de los oficiales, y aún aquellos que en su vida tomaron un fusil, recibieron pensiones graciables del Congreso... Mientras tanto los soldados negros sobrevivientes arrastraban sus muñones y sus miserias por las calles de Buenos Aires, Mendoza y otras ciudades.

[Por Miriam Victoria Gomes, Integrante de la Sociedad Caboverdiana; de la Cátedra Abierta de Estudios Americanistas (UBA) y de la Unión de Mujeres Afro descendientes de la República Argentina. Este artículo fue publicada en Bibliopress, boletín del Congreso Nacional]

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Pablo Cirio, antropólogo: "En este país de ausencias, podemos considerar a los negros como los primeros desaparecidos"

Los descendientes de africanos en Buenos Aires sufrieron un mecanismo consciente de invisibilización. Lo cierto es que los negros están y existen. Pablo Cirio se ocupa de estudiar a y con los afroporteños, que cuentan entre sus filas a ciertos famosos que reniegan de su estirpe y que influyeron decisivamente, quiérase o no, en muchas de las más ponderadas creaciones nacionales.

–Usted es antropólogo, pero trabaja con la música.
–Efectivamente. Mi especialización es la música en contextos socioculturales, concretamente, ahora, en la población afroargentina (es decir, los descendientes de negros africanos esclavizados en la época colonial hasta 1861, que fue el año real de abolición de la esclavitud en nuestro país).

–¿Por qué fue el año real?
–Generalmente se cita la libertad en 1813, pero ésa fue una libertad formal. La esclavitud, de hecho, siguió funcionando; los esclavos siguieron estando bajo condiciones de servidumbre en las casas de sus amos. En 1861, Buenos Aires suscribe a la Constitución Nacional, y es en esa Constitución donde realmente queda abolida la esclavitud.

–¿Era una población de cuánta gente?
–Las cifras son muy endebles. Uno a veces piensa que los censos son abstracciones matemáticas puras y duras pero, desde las formas de diseñar un censo hasta las maneras de contar a las personas, hay mucha incidencia de factores culturales. Tal es así que en 1887 es el último censo nacional en el que se cuenta a la población negra de manera diferencial. Después de 1887 los censos no incluyen la categoría “negro” y crean otra categoría que es la categoría de “trigueño”, que formó parte de un mecanismo de invisibilización de la negritud. Lo que los censos reflejan no es la realidad como una fotografía de la época, sino cuestiones ideológicas. En 1887, en Buenos Aires dan como población negra un 1,8 por ciento (que parece mínima). Para ese período, sin embargo, la comunidad negra tenía una prolífica actividad social y cultural: entre ellos funcionaban 20 periódicos, había cerca de 100 entidades afroporteñas (entre sociedades carnavalescas, de ayuda mutua, etc.), había centros políticos, artísticos, culturales...

–Y el mito de que los negros fueron barridos por la fiebre amarilla y la guerra del Paraguay, ¿es realmente un mito?
–No, eso es verdad. Hay varios supuestos que cualquier argentino podría enumerar si se le pregunta por qué no hay población negra en la Argentina. La primera argumentación es que acá hubo algunos hechos históricos y sociales en los que murieron masivamente: las guerras de la Independencia, la guerra del Paraguay. Como quedaban muchas más mujeres negras que hombres, comenzaron a casarse con blancos y la descendencia comenzó a decaer. Esas razones existieron, pero no explican por qué hoy, en 2009, una parte significativa de la población argentina se reconoce descendiente de esclavos negros y mantiene su cultura vigente.

–¿Y dónde están?
–Bueno, ahí está el segundo mecanismo de negación de la negritud. A cualquier argentino que se le pregunte sobre los negros en la Argentina va a contestar: “Bueno, pero yo no los veo por la calle”. Lo que pasa es que habría que ver por cuáles calles camina nuestro interlocutor: Buenos Aires es una ciudad muy grande y el resto del país ni hablemos. Hay muchas calles, muchos barrios, muchas geografías sociales y culturales. Lo que yo le puedo decir es que ellos están y viven. Así como los censos son un recorte cultural e ideológico, nuestra mirada es también un recorte cultural e ideológico. Uno no mira naturalmente, mira condicionado por la educación, por factores históricos, por intereses y por silencios. Cuando uno tiene el ojo entrenado, puede ver cosas que otra persona no ve. El argentino, en su ideario identitario, no está preparado para ver a los negros. Pero... ¿por qué no podemos verlos? Ahí hay una cuestión delicada. Yo le voy a hablar de los afroporteños, cuya situación es distinta a la de los afroargentinos del interior del país (en cuanto a estrategias de preservación y divulgación de su cultura). Los afroporteños han elegido conscientemente no mostrar su cultura puertas afuera de sus casas. Esa fue una estrategia de preservación y defensa frente a algunos avasallamientos que se vinieron dando en las últimas décadas del siglo XIX. Hay que tener en cuenta siempre que en 1861 es la abolición de la esclavitud y ya en 1863 se empezó (con una nota publicada en los almanaques de la época) a hablar de la inminente desaparición biológica y cultural de los negros. De 1863 hasta el presente, ese tópico se viene repitiendo periódicamente en la prensa, en los académicos, en los políticos, en los intelectuales. “No quedan más negros, ya no hay más tradiciones negras”, se dice. Eso también fue responsabilidad de la propia comunidad negra, que decidió mantener su cultura puertas adentro para evitar ser objeto de burla o de humillación pública (en los carnavales, por ejemplo). Esa estrategia se mantuvo vigente hasta hace dos o tres años. Puertas afuera se mezclaban con los ciudadanos comunes y corrientes, y trataban de mimetizarse con la blanquedad. Eso hizo un engranaje nefasto con el pensamiento blanco que, o bien no los veía (no los quería ver) o bien los extranjerizaba. Es muy común que, cuando uno ve un negro en la calle, piense automáticamente que es brasileño o africano. Si bien es probable que muchos sean de ese tronco, muchos de ellos pueden ser tranquilamente afroargentinos y nosotros ni siquiera lo pensamos. Otra cuestión delicada es la del mestizaje cultural y biológico. Los negros se han mezclado con población blanca y con población aborigen. Ese mestizaje nosotros no podemos verlo. Nosotros vemos en términos absolutos: se es absolutamente negro o blanco. No podemos ver el producto de la mezcla cultural. Y América es eso, en realidad: una mezcla de culturas. Eso derivó, sumado a los grandes índices de pobreza que hay entre la población negra, en la migración del concepto de negritud al concepto de pobreza. Se empezó a hablar de negro no en términos étnicos, culturales e históricos sino en términos de pobreza. Cuando hoy uno habla de negros, eso tiene un sentido socialmente despectivo. Se está racionalizando una cuestión económica y social.

–¿Qué relación hay entre los “cabecitas negras” y los afroargentinos?
–Yo me atrevería a decir que son lo mismo. Cuando se habla del negro, del cabecita negra, estamos pensando en la mezcla de criollos con aborígenes, pero no tenemos en cuenta la tercera raíz de la Argentina. La española es una, la aborigen es otra, pero falta la negra. Esa es la otra pata del mestizaje, que falta en nuestra historia. Esa otra pata fue diluida, fue solapada, fue acallada. Y fue una estrategia consciente por parte de la generación del ’80 en su afán de construir una moderna Nación Argentina. Para eso era clave el ideario blanco (que se mantiene virtualmente intacto). Y, como nadie habló con los afroargentinos a nivel de investigación (siempre se habló sobre ellos, de ellos, en contra de ellos), se me ocurrió que era interesante hablarles. Y lo que dicen es muy interesante.

–¿Qué dicen?
–En este país de ausencias, ellos se consideran los primeros desaparecidos. La pregunta es por qué: si ellos están, si ellos viven, ¿cómo se pueden considerar desaparecidos? La respuesta es que son desaparecidos de Africa: sus ancestros fueron secuestrados de su continente y traídos compulsivamente, esclavizados, a esta tierra.

–Los que viven ahora, ¿son afroporteños puros?
–No existe el concepto de pureza, en ningún aspecto. Ese concepto se toma de la biología o de la culinaria, pero en términos culturales eso no existe (porque uno trata de ponerle valor a eso). Acá fueron traídos muchos grupos diversos del Africa negra, de cuyos nombres no se acuerdan ni los propios descendientes. Porque ellos también quisieron olvidar ese pasado. La mayoría son del tronco bantú, del centro-sur de Africa. Hablar de ese tronco es hablar de medio continente africano. Esos grupos, a su vez, se mezclaron entre sí, y se mezclaron con los blancos, y se mezclaron con indígenas, y de ahí provinieron todos los descendientes. Yo, antes de pensar en términos de pureza o impureza, prefiero pensar en los afroporteños como aquellos que se reconocen descendientes de esclavizados y que mantienen valores de su cultura.

–¿Cómo cuáles?
–La música, la religión, el idioma, la culinaria.

–¿Y qué idioma conservan?
–Bueno, lo que pasa es que el idioma no está disociado de la variación cultural. Se conservan, por ejemplo, cantos arcaicos (posiblemente originarios de Africa) que están en lenguas arcaicas del tronco bantú. Yo he podido traducir una de esas canciones, que ni siquiera ellos saben qué significan, dado que las cantan por fonética. Eso, a su vez, se fue deformando con los siglos, lo cual lo hace aún más complicado. Pero se mantiene, más o menos, el vocabulario. Y mucho de ese vocabulario permeó al lunfardo: mucama, quilombo, catinga. Mucho quedó igual. Y mucho fue variando por las circunstancias históricas del país, por ejemplo, “chongo”. En la comunidad negra, eso significa persona blanca. Fuera de esa comunidad, eso significa otra cosa. Ellos, también, preservaron palabras que no pasaron al lunfardo: mundele (un tipo de carne de vaca) o calunga (cementerio) o tute (caliente). En su habla coloquial, ellos usan esas palabras, que por cuestiones históricas no pasaron a nuestro idioma general.

–¿Y dónde se los encuentra?
–Bueno, la ciudad de Buenos Aires es muy grande, y a eso hay que sumarle el continuum poblacional que es el Gran Buenos Aires. Estamos hablando de un área de más de 10 millones de habitantes. Por cuestiones de pobreza, a través de las sucesivas crisis que fue atravesando el país, la pobreza actuó como fuerza centrífuga y los fue alejando del centro. A fines del siglo XIX, ellos vivían en los históricos barrios de Montserrat, San Telmo y San Cristóbal. Con diferentes crisis, ellos fueron yéndose hacia Flores. En la primera mitad del siglo XX, ellos vivían allí. De hecho funcionó un club llamado La Armonía, en el que se bailaba su música. Hoy, en su mayoría, viven en Merlo, en Ituzaingó, en Paso del Rey, en La Tablada, en La Matanza, en Valentín Alsina, en Lomas de Zamora. Una pequeña población queda en Buenos Aires, pero muy pequeña. Ahí habría que hacer una aclaración. Ellos son todos afroporteños, pero internamente se dividen en dos subcategorías. Los negros usted y los negros che. Los negros usted, que son una minoría, son los pocos que lograron una posición de elite económica e intelectual, a fuerza de deshacerse de su lastre étnico y de no comprometerse con su cultura ancestral (y, por lo tanto, de abrazar el ideario blanco de ciudadano). A algunas de esas personas negro usted las conocemos muy bien, porque son personas de la farándula, o de la política, y, por una cuestión cultural, nosotros no los podemos ver como negros (y ellos tampoco se reconocen como negros).

–¿Por ejemplo quiénes?
–Vamos a dar nombres. La escritora Griselda Gambaro (afrodescendiente del tronco colonial). El pianista Horacio Salgán. El peluquero Roberto Giordano. La actriz o conductora Carmen Barbieri (cuyo abuelo era guitarrista de Gardel). Todas esas son personas que, para nosotros, son blancas (y que se esfuerzan por ser blancas), pero tienen una raigambre negra. El tema de la negritud, entre ellos, no se habla. Esos son los negros usted. La gran mayoría, sin embargo, son los negros che.

–¿Y la música?
–Bueno, lo que estructura la cultura negra porteña es el candombe, y lo que marca el ritmo del candombe es el tambor. Y el toque del tambor para los afroporteños es su conexión sonora con sus ancestros: reviven a sus ancestros a través de la danza y el baile. O sea que toda música es vivida como una danza lúdica pero, a la vez, religiosa.

–¿Y la comida?
–Mucha de ella la comemos a diario, y no tenemos memoria de ese patrimonio negro. Por ejemplo, el dulce de leche. Cuando se dice que nació de un descuido en la provincia de Buenos Aires, luego de que la cocinera de Rosas se olvidara la leche en el fuego, nadie dice que esa cocinera era negra. Por ejemplo, las achuras: las comidas de las vísceras son típicamente negras. No por nada el barrio de Montserrat se llamaba el “Barrio del Mondongo”. Los criollos no comían esa carne, la tiraban. Y las negras achuradoras (esto lo dice Echeverría en El matadero) iban a recoger esa carne para hacer su comida.

–¿Eso es de raíz africana?
–Afroamericano, en realidad. Hay una anécdota de Borges muy interesante. El volvió a su casa, en la década del ’20, y le contó a su madre, enfervorizado, que había estado con compadritos, y que lo habían invitado a comer. La madre, entonces, le pregunta: “¿No habrás comido asado, esa porquería que comen los esclavos?”. Otra comida, que no ha pasado a la tradición culinaria nuestra, es una en la que se hierven huesos de pata de vaca hasta que se deshacen; eso se mezcla con cebolla rehogada y ajo y se pone en una fuente, como si fuera queso. Esa era una comida de negros muy pobres. Por tradición historiográfica se sabe que los negros siempre estaban recogiendo huesos de vaca en los mataderos.

–¿Cuántos son, aproximadamente?
–Aproximadamente, de acuerdo con varios estudios realizados, serían un cuatro por ciento de la población del país, es decir, unos dos millones de personas. Pareciera un disparate, pero ahí hay que tener en cuenta muchas cosas. Cuando nosotros decimos “negro”, en líneas generales, nos estamos refiriendo a algo muy visible: al color de piel. Pero hay que aclarar que no todos los negros son negros. Fíjese en Horacio Salgán, o en Carmen Barbieri. Por eso se usa una categoría más amplia, que es la de afrodescendientes. Nosotros podríamos tranquilamente ser afrodescendientes y no lo sabemos. Los afrodescendientes, para darse cuenta de quiénes son sus pares, no se fijan en la piel sino en el pelo. El pelo enrulado o tipo mota es copyright africano.

Página/12, 27/07/09

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Dossier Hiroshima y Nagasaki

¿Qué es la energía nuclear?

La energía nuclear o energía atómica es la resultante de las reacciones que ocurren en los núcleos atómicos o entre ellos, es decir, es la energía liberada en las reacciones nucleares. Estas reacciones pueden ocurrir de manera espontánea o artificial.

Las reacciones nucleares son procesos de combinación o fragmentación de los núcleos de los átomos y partículas subatómicas. Los núcleos atómicos pueden combinarse o fragmentarse, de manera que liberan o absorben grandes cantidades de energía en el proceso. Cuando los núcleos se fragmentan, el proceso se conoce como fisión nuclear, y cuando se combinan se denomina fusión nuclear.

La fisión nuclear ocurre cuando un núcleo atómico pesado es fragmentado en varios núcleos de menor peso, pudiendo también producir neutrones libres, fotones y fragmentos del núcleo. La fusión nuclear ocurre cuando varios núcleos atómicos con cargas similares se combinan para formar un nuevo núcleo de mayor peso. Estas reacciones ocurren en los núcleos de los átomos de ciertos isótopos de elementos químicos como el uranio (U) o el hidrógeno (H).

La energía liberada en las reacciones nucleares puede ser empleada para la generación de electricidad en las centrales termonucleares, en medicina nuclear, en la industria, en la minería, en la arqueología y en muchas otras aplicaciones.

Su principal utilización está en la generación de energía eléctrica, donde la energía nuclear se usa para calentar grandes volúmenes de agua o para generar gases, cuya energía calórica se utiliza luego para mover grandes turbinas que producen electricidad.

El uso controlado de la energía nuclear se emplea con fines benéficos. Es una fuente de energía muy importante pero también, lamentablemente, se usa con fines bélicos para la producción de armas nucleares de destrucción masiva.

https://concepto.de/energia-nuclear/

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El recuerdo de los tripulantes que arrojaron la bomba atómica

¿Y si "la" bomba no hubiera explotado sobre Hiroshima? ¿Sería distinta la historia? "Ah, no lo sé, pero cuando conté hasta 43 y no explotó, sí que me preocupé", cuenta a LA NACION Morris Jeppson, el artillero que activó la primera bomba atómica, a bordo del ya mítico bombardero B-29, bautizado Enola Gay, 30 minutos antes de lanzarla sobre la ciudad japonesa. Hoy, hace 60 años.

"Quizás eché una maldición, la verdad que no lo recuerdo. Pero entonces todos comenzaron a gritar que veían un flash increíble y segundos después nos golpeó la onda expansiva. Entonces supe que había detonado y habíamos cumplido con nuestro trabajo", recuerda Jeppson, ahora de 82 años, desde su casa en las afueras de Las Vegas.

El "trabajo" los hizo ingresar a la historia como los responsables de haber lanzado la primera bomba atómica sobre una población civil durante una guerra. "De inmediato supe que muchos miles estaban muriendo allí abajo. Pero también que probablemente habíamos terminado con la guerra", dice, sin soberbia, sin dolor.

Jeppson y los otros once tripulantes de aquel B-29 se convirtieron en héroes de inmediato, junto a sus colegas del Bockscar, el avión que lanzó la otra bomba atómica sobre Nagasaki. Luego fueron criticados y, por último, casi olvidados. Hasta que llega un nuevo aniversario, se reavivan los recuerdos y reaparecen las llamadas.

"Uy, usted no se imagina la cantidad de llamadas que recibe mi marido cada vez que se acerca el 6 de agosto", explica a LA NACION la esposa de Theo Van Kirk, el navegante del Enola Gay.

"El Danés" Van Kirk tiene ahora 84 años y el rostro y la panza de un abuelo ideal para una publicidad televisiva. Junto con Jeppson y el comandante y piloto Paul Tibbets son los únicos tres de aquel vuelo que siguen vivos. "Pero Paul está harto. Cumplió 90 en febrero, le duele la espalda y llegó al punto en que no quiere hablar más de esto", dice Van Kirk. Sin embargo, Tibbets declaró ayer que "no dudaría en volver a hacerlo" (lanzar la bomba). En una declaración conjunta, Tibbets, Jeppson y Van Kirk dijeron que "el presidente Harry Truman no tenía más opción que utilizar la bomba".

Jeppson, anteojos, mandíbula firme y más parco que su compañero, tampoco quiere recordar demasiado, pero se suelta con el correr de los minutos.

"Durante las 12 horas que duró el vuelo entre Tinian (en las islas Marianas) y Hiroshima estábamos muy nerviosos. Theo (Van Kirk) nos iba dirigiendo hasta que el bombardero (el mayor Tom Ferebee) decidió que veía lo suficiente para tirar la bomba. Y mi responsabilidad era chequear los instrumentos de la bomba y tenerla lista para que Tom pudiera tirarla cuando quisiera. En teoría debía explotar 43 segundos después de ser arrojada. Por eso me asusté cuando llegué a 43 y no pasó nada, pero de los nervios me había apurado al contar", recuerda.

Veterano de 58 misiones sobre Alemania e Italia, Van Kirk no durmió la noche previa. "¿Cómo iba a dormir después de que me contaron lo que íbamos a hacer? No sabíamos si nos iba a volar en pedazos a nosotros en cualquier momento o si iba a funcionar cuando la arrojáramos", razona.

Pero funcionó. A las 8.15 y a una altura de unos 580 metros sobre Hiroshima se produjo la fisión nuclear.

Unas 66.000 personas murieron en cuestión de segundos y se estima que otras 74.000 murieron con el correr de los días, meses o años por efectos de la radiación. El 9 de agosto, la bomba Fat-Boy sumó otros 40.000 muertos inmediatos en Nagasaki y otros muchos después. Era el final de la Segunda Guerra Mundial y del mundo como se conoció hasta entonces. Comenzaba la escalada atómica y la Guerra Fría.

Pese a las críticas que han afrontado con el correr de las décadas, los tripulantes del Enola Gay, nombre de soltera de la madre de Tibbets, recuerdan que la visión era muy distinta entonces, en particular para quienes estaban en los frentes de combate.

"Llevábamos cuatro años en guerra sin parar, a mi lado murieron 4 compañeros e hirieron a otros 3. Y cuando volvimos a nuestra base luego de lanzar aquella bomba yo estaba feliz: nos íbamos a casa", dice Van Kirk, quien se había enlistado en 1940, a los 19 años.

Al igual que Tibbets y Jeppson, Van Kirk también se perturba al recordar la ola antibelicista que envuelve desde hace décadas aquella misión y cómo es equiparada, ahora, al ejemplo máximo de la estupidez y la locura humana.

"Las imbecilidades que han circulado para fortalecer esos argumentos son increíbles. Ninguno de nosotros terminó loco, ni se hizo monje de clausura, como se rumoreó. Vivimos vidas normales. Estoy casado, tengo 4 hijos y 7 nietos", dice desde Georgia.

Tibbets ascendió a general y, tras dos décadas más en la fuerza aérea, se retiró; Van Kirk llegó hasta mayor antes de retornar a la vida civil con 17 medallas y condecoraciones. Pero sólo Jeppson siguió vinculado con la dimensión nuclear que ellos ayudaron a abrir. Tras la guerra, trabajó en el Laboratorio Lawrence Livermore, del gobierno estadounidense, en un equipo que desarrolló armas termonucleares.

"Volvimos agotados de aquella misión. Pero no recuerdo que aquella noche haya tenido problemas para dormir -afirma-. Y para que le quede claro: ni aquella noche, ni desde entonces."

La Nación, 06/08/05.

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"Estados Unidos arruinó mi juventud, la de mis amigos y a mi familia"

A partir de 1945, las fechas 6 y 9 de agosto adoptarían el rótulo de días trágicos y referenciales para la historia mundial. En la mañana del lunes 6, el bombardero estadounidense "Enola Gay" inauguraba, en guerra, la primera detonación de una bomba atómica, que fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Se estima que la explosión dejó una cifra inicial de 140 mil muertos, y todavía hoy continúa muriendo gente por las consecuencias de la radiación que liberó Little Boy, el nombre que los militares norteamericanos eligieron para su bomba. Sólo tres días pasaron para que ocurriera nuevamente, también en territorio japonés. Fat Man, la segunda bomba atómica fue lanzada sobre Nagasaki, aunque su destino era Kokura. Inmediatamente se contabilizaron más de 70 mil muertos. En tanto, otros cientos de miles fallecieron en meses y años sucesivos.

Esta semana se cumplen 62 años de las tragedias. Clarín.com logró reunir a dos sobrevivientes, que hoy asentados en la Argentina, recuerdan cómo fueron los momentos previos y posteriores a sus 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente.

Daisuk Miura vivió casi 17 años en Nagasaki. Al momento de la explosión, aún no había cumplido un año. Todos los detalles que contó fueron comentarios que recolectó de su familia. Ahora tiene 62 y a pesar de su reservada personalidad se puso a recordar.

- ¿Qué sabe del momento previo a la bomba?
- Todo lo que puedo decir lo sé por lo que me contaron mis hermanas. Nosotros vivíamos a tres kilómetros del centro de Nagasaki, en la casa de mi abuelo materno. La bomba explotó en el centro de la ciudad, a las once de la mañana, justo antes de que empezáramos a almorzar.

- ¿Y luego del estallido?
- En ese momento se escuchó una explosión estruendosa. Hubo varios destellos y se rompieron todos los vidrios de la casa. Nadie se imaginaba qué era lo que estaba ocurriendo. Después, comenzó a soplar el viento muy fuerte, apareció en el cielo un hongo de humo, se nubló y empezó a llover agua contaminada.

- ¿Cómo resultó afectada su familia?
- Como la ciudad tiene muchas montañas, y estábamos bastante alejados del centro, la energía y el calor de la bomba no afectaron. La fuerza de la bomba y la radiación no nos provocaron daños físicos importantes. No obstante, tuvimos muchos amigos y conocidos que murieron evaporados instantáneamente o luego de sufrir quemaduras terribles.

- Tras la explosión, usted continuó viviendo en Nagasaki. ¿Cómo recuerda ese período?
- Había mucha pobreza. Yo era muy chiquito y no llegué a pasar hambre, pero mi familia sí. No había vestimenta, y el principal problema era que la comida escaseaba. En la escuela primaria todos mis compañeros estaban en una situación complicada. Me acuerdo que allí, durante los almuerzos, nos daban leche que paradójicamente era donada por el gobierno norteamericano. Y, para adquirir comida, cada familia tenía una libreta alimenticia, que permitía adquirir un poco de arroz.

- ¿Por qué decidió venirse a vivir a Argentina?
- Nos vinimos con toda la familia en 1962, justo cuando el país comenzaba a reactivarse. Mi papá quería vivir en un país más grande que Japón. Nosotros teníamos un tío en Paraguay, y él nos hizo el contacto para que pudiéramos llegar. En un principio, el destino fue Misiones. Allí nos dedicamos al cultivo del tabaco. Pero de a poquito nos fuimos mudando hacia Buenos Aires.

Yoshie Kamioke tenía 18 años cuando sobrevivió al estallido de la bomba de Hiroshima. Hoy, a los 81, todavía sólo habla japonés. "Estados Unidos arruinó mi juventud, la de mis amigos y a mi familia", asegura con bronca. Y los detalles de los momentos previos y posteriores a la detonación son secuencias imposibles de olvidar.

-¿Qué recuerdos tiene del lunes 6 de agosto de 1945?
- Faltaban cuatro días para que cumpla los 19 años. Estaba yendo a trabajar. Me encontraba en la estación de tranvías "Hiroshima", a veinte cuadras de la explosión. Eran las 8.10 de la mañana. A esa hora debía pasar el tren que me llevaría al centro, la zona en que minutos después cayó la bomba. Por casualidad, sucedió que el tranvía se retrasó y no alcancé a tomarlo. Creo que a las 8.15 se produjo la explosión. Yo todavía seguía en el andarivel y me salvé de milagro.

- ¿Luego qué ocurrió?
- Apenas explotó la bomba vi una luz muy fuerte. Posteriormente perdí el conocimiento. Cuando me desperté estaba tirada en el piso, a unos cuántos metros desde donde estaba antes de la detonación. El cielo se mostraba oscuro, y de a poco se aclaraba. No entendía muy bien qué era lo que pasaba. Por al lado mío pasaba mucha gente gritando y pidiendo médicos. Recuerdo ver personas que tenían toda la ropa quemada, con los ojos ensangrentados y el pelo blanco.

- ¿Qué hizo en ese momento?
- Con mucho esfuerzo me pude levantar. Me acordé de mi familia y me volví para mi casa. Era un trayecto que me demandaba veinte minutos. No me olvido que toda la ciudad ardía y que tardé tres horas en llegar. Cuando lo hice, pude constatar que mi familia estaba bien. En casa todos los vidrios estaban rotos. Yo me sentía sin fuerzas y me tiré en el suelo a dormir.

- ¿Qué heridas sufrió?
- Estaba toda hinchada, tenía muchas quemaduras y secreciones. Mi madre consiguió un médico que, por única vez, me dio una pomada que me alivió. Pero no había insumos, y tuvimos que arreglarnos con lo que podíamos. Aún me acuerdo del dolor de las lesiones. Era terrible, porque tenía carne viva en todo el cuerpo.

- Después de la explosión, ¿cómo recuerda la ciudad?
- Estaba destruida por completo. No había comida en ninguna parte. Nosotras subsistíamos con una "huertita" que teníamos en el fondo de casa, pero la principal comida era el arroz, y no había. Sólo se podía conseguir en el mercado negro o comprándole, a bajo precio, al Estado. Había mucha gente que para comer robaba o recurría a los trueques.

- Usted también se quedó. ¿Cómo intentó normalizar su vida en Hiroshima?
- Tres años después comenzó la construcción de la ciudad. Los hombres que habían ido a la guerra volvieron. En ese lapso volví a trabajar para el gobierno. Ya estaba casi curada de las quemaduras, pero la gente me veía y me señalaba las cicatrices. Eso fue difícil. Me daba mucha vergüenza.

- ¿Por eso se vino a la Argentina?
- Luego de la bomba ya no quise saber nada con la ciudad y me había hecho a la idea de irme. Tenía una tía que ya vivía aquí, en Munro. Mi madre no quería que me fuera. Pero bueno, la convencí y a los 29 años salí de Japón. Aunque al principio me costó, ahora estoy bien, en paz.

Clarín, 09/08/07.

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¿Fue el escritor H. G. Wells el primero en pensar en una bomba atómica?

Por Samira Ahmed

Imagínate que eres el más grande escritor de ciencia ficción de tu época y un día se te ocurre la idea de crear una bomba de poder infinito, llamándola "bomba atómica".

En su novela de 1914 "El Mundo Liberado", el escritor británico H. G. Wells se imaginó precisamente una granada de mano de uranio que "seguiría explotando indefinidamente".

El escritor británico incluso pensó que sería arrojada desde aviones.

Lo que no pudo predecir fue cómo la extraña conjunción de sus amigos y conocidos – particularmente Winston Churchill y el físico Leo Szilard – convertirían esa fantasiosa idea en realidad.

Y fue una invención que terminó dejándolos profundamente atormentados por la escala de destrucción que desencadenó.

El mundo del átomo

La historia de la bomba atómica comienza en la época Eduardiana, cuando científicos como Ernest Rutherford comenzaron a abordar una nueva forma de concebir el mundo físico.

La idea era que los elementos sólidos podrían estar hechos de mínimas partículas, de átomos.

"Cuando se hizo evidente que el átomo de Rutherford tenía un núcleo denso, hubo un consenso en que era como un resorte de acero", señala Andrew Nahum, curador de la exposición "Los Científicos de Churchill", del Museo de Ciencias de Londres.

Wells, quien quedó fascinado por los nuevos descubrimientos, ya tenía una trayectoria pronosticando innovaciones tecnológicas.

De hecho, Churchill le dio el crédito de concebir la idea de usar aeroplanos y tanques antes de la Primera Guerra Mundial.

Los dos hombres se reunieron y discutieron ideas durante décadas.

Churchill comprendió el peligro de que la tecnología avanzara más rápido que la madurez humana.

En 1924 escribió un artículo titulado "¿Cometeremos todos un suicidio?", en el que se preguntaba si una bomba, no más grande que una naranja, podría tener un poder secreto que destruyera una cuadra de edificios o que concentrara suficiente potencia para acabar con todo un municipio de un solo golpe.

Graham Farmelo, autor del libro "La Bomba de Churchill", vincula directamente la idea de la bomba del tamaño de una naranja al imaginario de "El Mundo Liberado".

Reacción en cadena

Para 1932, científicos británicos habían logrado dividir el átomo por primera vez por medios artificiales, aunque algunos cuestionaban que pudiera producir enormes cantidades de energía.

Pero ese mismo año, el físico Leo Szilard, inmigrante de origen húngaro, leyó la obra de Wells.

Szilard consideraba que la división del átomo podría producir una gran cantidad de energía.

Posteriormente, dijo que Wells le enseñó "lo que significaría la liberación de la energía atómica a gran escala".

A Szilard se le ocurrió la idea de la reacción en cadena en 1933, mientras observaba el cambio de luces de un semáforo londinense.

"De repente pensé que si encontraba un elemento que se dividiera por neutrones y que emitiera dos neutrones cuando absorbiera uno, tal elemento, si se ensamblase en una masa suficientemente grande, podría sostener una reacción nuclear en cadena".

En ese momento de inspiración, Szilard también sintió un gran temor de pensar cómo una ciudad como Londres y sus habitantes pudiera ser destruida en un instante.

"Sabiendo lo que significaría, y lo sabía porque había leído a H. G. Wells, no quería que esta patente se hiciera pública".

Proyecto Manhattan

Los nazis estaban en ascenso y Szilard estaba muy ansioso por saber quién más estaba trabajando en la teoría de la reacción en cadena y la construcción de una bomba atómica.

La novela de Wells "La forma de las cosas que vendrán", que luego fue adaptada al cine, pronosticó con precisión los bombardeos aéreos y la inminente devastación de un guerra mundial.

En 1939 Szilard escribió el borrador de la carta que Albert Einstein le envió al presidente Roosevelt advirtiéndole a EE.UU. que Alemania estaba almacenando uranio. El Proyecto Manhattan había nacido.

Szilard y varios científicos británicos participaron en el programa con un enorme respaldo financiero militar estadounidense.

Británicos y estadounidenses trabajaron por separado sin saber cómo sus investigaciones se complementaban entre sí.

Al final pasaron del método original de un "arma" de uranio enriquecido, que había sido concebida en el Reino Unido, a la creación de otra por implosión de plutonio.

Szilard hizo campaña para hacer una demostración de la bomba frente al embajador japonés para darle la oportunidad de rendirse. Luego quedaríahorrorizado cuando terminó siendo arrojada sobre una ciudad.

Bomba británica

En 1945 Churchill resultó derrotado en las elecciones generales británicas y, al año siguiente, el gobierno de EE.UU. aprobó la Ley McMahon de 1946, quitándole, de hecho, al Reino Unido el acceso a la tecnología que había ayudado a crear.

Luego William Penney, uno de los físicos británicos que regresó de Los Álamos, encabezó el equipo, encargado por el nuevo primer ministro Clement Atlee, de crear una bomba británica con una pequeña fracción del presupuesto estadounidense.

"Fue de un enorme mérito intelectual", apunta Andrew Nahum. "Volvieron a trabajar en los cálculos que habían hecho en Los Álamos. Contaron con los servicios de Klaus Fuchs, quien terminó siendo un espía atómico que le pasaba información a la Unión Soviética, pero que tenía una memoria prodigiosa".

Otro físico británico, Patrick Blackett, quien discutió la fabricación de la bomba con científicos alemanes cautivos, resaltó que no había verdaderos secretos.

Según Nahum, Blackett dijo que "es como hacer una tortilla; no todo el mundo puede hacerla bien".

Nahum agrega que cuando Churchill fue reelecto en 1951 encontró un arma casi completamente lista para ser probada.

"Tenía un conflicto sobre si seguir adelante con la prueba y escribió sobre si deberíamos tener 'el arte y no el artículo'. Es decir, si sería suficiente con tener la capacidad... en vez de tener un arma peligrosa en el arsenal".

A Churchill se lo convenció de seguir adelante con la prueba, pero la mucho más poderosa bomba de hidrógeno, desarrollada tres años más tarde, le trajo una gran preocupacion.

Distanciamiento

H. G. Wells murió en 1946. Había estado trabajando en una secuela de "La forma de las cosas que vendrán" que incluirían sus temores sobre la, ahora real, bomba atómica que había imaginado. Sin embargo, la película no se hizo.

Hacia el final de su vida, apunta Nahum, la amistad de Wells con Churchill "se enfrío un poco".

"Wells consideraba a Churchill como un miembro ilustrado de la clase gobernante, pero con prestigio disminuido". Y Churchill tenía poco tiempo para las ideas socialistas utópicas cada vez más extravagantes de Wells".

Para Wells los tecnócratas y los científicos terminaría gobernando un nuevo orden pacífico como en "La forma de las cosas que vendrán", incluso si la guerra global destruía antes al mundo como lo conocíamos.

Churchill, un ex soldado, creía en las lecciones de la historia y veía la diplomacia como la única forma de impedir que la humanidad se destruyera en la era atómica.

Szilard se quedó en EE.UU. e hizo campaña para el control civil de la energía atómica, mostrándose igualmente pesimista sobre la idea de Wells de un nuevo orden mundial liderado por el mundo científico.

Más bien al contrario, Szilard quedó atormentado por el poder que ayudó a desatar.

En 1950 pronosticó que una bomba de cobalto destruiría toda la vida sobre el planeta.

En el Reino Unido el legado de la Bomba fue un notable período de innovación, ya que muchos científicos que habían trabajado en el desarrollo de armamentos y radares volvieron a sus laboratorios civiles.

Así surgió el primer jet comercial, el Comet, aviones casi supersónicos y cohetes, y el gigante radiotelescopio móvil Jodrell Bank, que casi pone punto final a la carrera del físico Bernard Lovell por sus enormes costos.

Sin embargo, el lanzamiento del Sputnik revivió su trabajo, ya que el Jodrell Bank tenía el único instrumento que podría rastrear el satélite soviético.

Nahum dice que Lovell resaltaba que "durante la guerra la pregunta nunca fue el costo".

"Las interrogantes solo eran si algo se podía hacer y cuánto tiempo tomaría. Y ese fue el espíritu que trasladó a su labor científica en tiempos de paz".

La austeridad y el pequeño tamaño del mercado británico, comparado con EE.UU., terminarían hundiendo esos sueños.

Sin embargo, aunque "la bomba" generó un nuevo escenario de terror, durante algunos años el Reino Unido tuvo también una visión de un futuro atómico benigno que podría dar forma a las cosas por venir.

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150705_cultura_finde_hgwells_primero_pensar_bomba_atomica_hr

15/11/19

Política y Ciudadanía

¿Qué es la política? 

La política es un conjunto de actividades y acciones que buscan la toma de decisiones para el bien común de una sociedad. En términos generales, la política se refiere a la organización y administración del poder público en una sociedad. 

- Toma de decisiones: La política se enfoca en la toma de decisiones que afectan a una sociedad o grupo de personas. Estas decisiones pueden ser sobre temas como la economía, la educación, la salud, la justicia, la seguridad, entre otros.
- Poder: La política implica el uso y la distribución del poder en una sociedad. El poder puede ser ejercido por individuos, grupos, instituciones y organizaciones.
- Participación: La política requiere la participación activa de los ciudadanos y los actores políticos en el proceso de toma de decisiones. La participación puede manifestarse en diferentes formas, como el voto, la protesta, el activismo y el diálogo.
- Conflicto: La política está marcada por el conflicto y la competencia entre diferentes actores políticos que buscan imponer sus intereses y agendas.
- Influencia de las ideas: Las ideas y las ideologías tienen un papel fundamental en la política. Las ideas pueden influir en las decisiones y en la dirección que toma la política en una sociedad.

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¿Qué implica tener la ciudadanía de un país?

- Derechos: los ciudadanos tienen derechos y libertades fundamentales, como libertad de expresión, de reunión y de asociación, el derecho a un juicio justo, entre otros.
- Obligaciones: los ciudadanos tienen la responsabilidad de cumplir con las leyes, pagar impuestos, defender su país si es necesario y respetar los derechos de los demás.
- Identidad: la ciudadanía también implica una identidad común y un sentido de pertenencia a una comunidad política y cultural.
- Participación: los ciudadanos tienen la oportunidad de participar en la toma de decisiones políticas a través del voto, la participación en grupos de interés y la protesta pacífica.
- Igualdad: todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y oportunidades sin discriminación por motivos de género, raza, religión, origen étnico o cualquier otra condición.

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¿Cómo fue ampliándose el concepto de ciudadanía?

- Antigua Grecia: El concepto de ciudadanía se originó en la antigua Grecia, donde los ciudadanos eran hombres libres y nacidos en la ciudad-Estado (polis). Tenían derechos y deberes políticos, y eran los únicos que podían participar en la toma de decisiones políticas. Las mujeres, los esclavos y los extranjeros no eran considerados ciudadanos.
- Roma antigua: En la antigua Roma, la ciudadanía se extendió a los habitantes libres de la ciudad y a aquellos que habían obtenido la ciudadanía romana a través de una serie de leyes y edictos. La ciudadanía se convirtió en un derecho legal y se extendió a los provinciales romanos.
- Edad Media: Durante la Edad Media, la ciudadanía se basaba en la pertenencia a una determinada ciudad o territorio, y estaba ligada a la pertenencia a un gremio o una comunidad religiosa. La ciudadanía no estaba vinculada a la participación política, sino más bien a la pertenencia a una comunidad local.
- Revolución francesa: Durante la Revolución francesa, el concepto de ciudadanía se expandió a toda la población y se convirtió en un derecho universal e igualitario. Los ciudadanos franceses tenían derechos políticos y civiles, como la libertad, la igualdad y la propiedad.
- Siglo XIX: En el siglo XIX, la ciudadanía se convirtió en un requisito para la participación política, y se expandió a las colonias europeas. Los derechos políticos y civiles se extendieron a un número creciente de personas, incluyendo a los trabajadores y a las mujeres.
- Siglo XX: En el siglo XX, el concepto de ciudadanía se amplió para incluir los derechos sociales, económicos y culturales. Los ciudadanos tienen el derecho a la educación, la atención médica, la vivienda y la seguridad social, entre otros derechos.

>> Recurso >> Ciudadanía en la Antigua Grecia

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¿Qué es el poder?

Según la sociología, el poder se refiere a la capacidad de una persona o grupo de personas para influir en el comportamiento de otros individuos o grupos en una determinada dirección, a través del uso de recursos o medios sociales, económicos, políticos o culturales. 

- Es una relación social: el poder se manifiesta en las relaciones sociales entre individuos o grupos, y se basa en la interdependencia entre ellos.
- Es asimétrico: no todas las personas o grupos tienen la misma cantidad o calidad de poder, y las relaciones de poder pueden ser desiguales.
- Es dinámico: las relaciones de poder cambian con el tiempo, y las personas y grupos pueden ganar o perder poder a medida que cambian las circunstancias.
- Es multidimensional: el poder puede manifestarse en diferentes ámbitos, como el político, económico, cultural, etc.
- Puede ser legítimo o ilegítimo: el poder puede ser considerado legítimo si es aceptado por las personas o grupos que están subordinados a él, o ilegítimo si es impuesto por la fuerza o la coacción.
- Implica la posibilidad de conflicto: las relaciones de poder pueden generar conflictos entre las personas o grupos que compiten por el control de los recursos o medios de poder.

>> Recurso >> Cómo entender el poder
>> Recurso >> ¿Cómo evolucionó el concepto de poder a lo largo de la historia?

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¿Qué son las relaciones de poder para Michel Foucault?

En su obra, Foucault analiza cómo el poder opera a través de los discursos, las instituciones y las prácticas cotidianas, y cómo se manifiesta en las relaciones de dominación y sumisión entre individuos y grupos. A diferencia de otras teorías del poder que lo ven como algo que se posee o se ejerce de manera unilateral, Foucault entiende el poder como algo que se produce y se reproduce en las relaciones sociales. 

El poder no es algo que se pueda separar de las relaciones sociales, sino que está presente en ellas y las configura. Por lo tanto, para Foucault, el poder no es una cosa, sino un proceso continuo de producción y reproducción de relaciones sociales y de identidades. Foucault también sostiene que el poder no se ejerce únicamente de manera represiva o coercitiva, sino que puede ser productivo y creativo. El poder no solo se manifiesta en la capacidad de imponer normas y castigos, sino también en la producción de discursos y conocimientos que moldean la forma en que entendemos el mundo y a nosotros mismos.

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¿Qué características tienen las relaciones de poder para Michel Foucault?

- No hay un solo lugar de donde provenga todo el poder, sino que está disperso por todas partes. Foucault imagina el poder como una red, donde las relaciones entre las personas crean distintos nodos de poder.
- Una persona puede tener poder en una situación y ser dominada en otra. No es solo de arriba hacia abajo; estamos inmersos en relaciones de poder que nos afectan en muchas direcciones.
- El poder no se posee, se ejerce. No se trata de tener o no tener poder, sino de cómo lo ejercemos en diferentes situaciones. Se manifiesta en innumerables formas y en relaciones en constante cambio.
- Estas relaciones no son externas, sino que están integradas en otros aspectos de la vida, como la economía, el conocimiento y las relaciones sexuales. Son el resultado directo de las divisiones y desigualdades que ocurren en la sociedad.
- Donde hay poder, hay resistencia. En todos los lugares donde existe poder, también hay resistencia. La resistencia no tiene un único punto central, sino que está distribuida en toda la red de poder.

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¿Cuáles son las cinco bases del poder?

En 1959, los psicólogos sociales John French y Bertram Raven desarrollaron un esquema de cinco categorías donde reflejaron las diferentes bases o recursos sobre las que se apoyan los que ejercitan el poder.

- Poder legítimo: el poder legitimado se refiere al poder de un individuo o grupo gracias a la posición relativa y obligaciones del jefe dentro de una organización o sociedad. El poder legitimado confiere a quien lo ejerce una autoridad formal delegada.
- Poder de referencia: el poder de referencia se refiere a la capacidad de ciertos individuos para persuadir o influir a otros. Está basado en el carisma y las habilidades interpersonales del que ostenta el poder. Aquí la persona sometida al poder toma como modelo al portador de poder y trata de actuar como él.
- Poder experto: el poder experto es el que deriva de las habilidades o pericia de algunas personas y de las necesidades que la organización o la sociedad tienen de estas habilidades. Al contrario de las otras categorías, este tipo de poder es usualmente muy específico y limitado al área particular en la cual el experto está cualificado.
- Poder de recompensa: el poder de recompensa depende de la capacidad del líder de otorgar recompensas materiales; se refiere a cómo el individuo puede dar a otros como recompensa algún tipo de beneficios, como: tiempo libre, regalos, promociones, incrementos de sueldo o de responsabilidad.
- Poder de coacción: el poder de coacción se basa en la capacidad para imponer castigos por parte de quien lo ostenta. Ese miedo es lo que, en último término, asegura la efectividad de ese tipo de poder. 

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¿En qué consiste el consenso y la coerción?

El consenso se basa en la persuasión, el acuerdo voluntario y la aceptación mutua. Se alcanza cuando las personas comparten valores, creencias o intereses comunes y están de acuerdo en una determinada decisión o curso de acción. En el consenso, las personas participan activamente en el proceso de toma de decisiones y se sienten comprometidas con los resultados. Este enfoque promueve la cooperación, la armonía y la legitimidad, ya que se fundamenta en la libre voluntad de las partes involucradas.

Por otro lado, la coerción implica el uso de la fuerza, la amenaza o la presión para obtener la conformidad o el comportamiento deseado de las personas. Se basa en el ejercicio del poder para imponer restricciones, obligaciones o consecuencias negativas en caso de no cumplir con ciertas demandas. La coerción puede manifestarse de diversas formas, como la violencia física, las sanciones legales, las represalias sociales o económicas, entre otras. A diferencia del consenso, la coerción no necesariamente implica el acuerdo voluntario de las partes y puede generar resentimiento, resistencia y conflictos.

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¿Qué es la ideología?

La ideología es un conjunto de ideas, creencias, valores y representaciones que configuran la forma en que percibimos el mundo, entendemos la sociedad y nos relacionamos con ella. Estas ideas suelen estar arraigadas en un sistema de pensamiento más amplio que proporciona una visión del mundo coherente y justifica ciertas prácticas sociales, políticas, económicas o culturales.

La ideología no es simplemente una colección de ideas abstractas, sino que está vinculada estrechamente con relaciones de poder y estructuras sociales. Sirve para legitimar el orden establecido, mantener el status quo o promover cambios sociales. Además, la ideología puede influir en la forma en que percibimos a otros grupos sociales, en nuestras identidades individuales y colectivas, y en nuestras acciones políticas y sociales.

Es importante tener en cuenta que la ideología no siempre es consciente ni explícita; puede estar internalizada en nuestras formas de pensar y actuar de manera que ni siquiera nos demos cuenta de su influencia. Los análisis ideológicos suelen examinar cómo las ideas dominantes en una sociedad reflejan y perpetúan relaciones de poder y desigualdades, así como cómo se resisten o se transforman estas ideologías a través de movimientos sociales y procesos de cambio cultural.

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¿A qué se denomina derecha e izquierda en política?

En política, los términos "derecha" e "izquierda" se refieren a posiciones ideológicas y políticas que representan diferentes enfoques sobre la organización social, económica y cultural de una sociedad. Estos términos surgieron durante la Revolución Francesa en el siglo XVIII, donde los partidarios del rey se sentaban a la derecha de la Asamblea Nacional, mientras que los partidarios de la revolución se sentaban a la izquierda.

- Derecha: Tradicionalmente, la derecha política tiende a defender valores conservadores, tradicionalistas y a favor del mantenimiento del orden establecido. Los partidos de derecha suelen abogar por la protección de la propiedad privada, la libre empresa, la reducción de la intervención del Estado en la economía, políticas fiscales más favorables a los negocios y una postura más firme en temas como la seguridad nacional y la inmigración. Además, pueden apoyar valores sociales y religiosos tradicionales, como la familia y ciertos roles de género.
- Izquierda: Por otro lado, la izquierda política tiende a abogar por cambios sociales, económicos y políticos que promuevan la igualdad, la justicia social y la redistribución de la riqueza. Los partidos de izquierda suelen apoyar la intervención del Estado en la economía para proteger los derechos laborales, proporcionar servicios sociales (como la salud y la educación) y reducir las desigualdades económicas. También suelen enfocarse en cuestiones como los derechos civiles, el medio ambiente, la igualdad de género y la diversidad cultural.

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¿Cuál es la diferencia entre estado y gobierno?

El estado se refiere a una entidad política con características esenciales como población, territorio, soberanía y un sistema de gobierno. Es una estructura permanente que perdura a través del tiempo, independientemente de los cambios en sus gobiernos. En otras palabras, el estado es la organización política de una sociedad que establece las bases legales y administrativas para su funcionamiento y para la regulación de la vida en comunidad.

Por otro lado, el gobierno es la instancia que administra y dirige el estado en un momento dado. Está compuesto por las personas y las instituciones que ejercen el poder político y toman decisiones en nombre del estado. Los gobiernos son temporales y pueden cambiar a través de elecciones, revoluciones o golpes de estado, pero el estado persiste más allá de estos cambios de administración. Es decir, mientras que el estado es la estructura, el gobierno es el agente que opera dentro de esa estructura para implementar políticas y mantener el orden.

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¿Qué significa que el estado tiene el monopolio del uso de la violencia física legítima?

Es una formulación, clave en la teoría política, fue propuesta por el sociólogo alemán Max Weber. Esta idea implica que, en un sistema político organizado, el Estado es la única entidad que tiene el derecho legítimo para ejercer la fuerza física dentro de un territorio determinado y bajo ciertas condiciones establecidas por la ley. Esta afirmación tiene tres elementos:

- Monopolio de la violencia: Significa que el Estado es la única entidad autorizada para ejercer la fuerza física coercitiva dentro de un determinado territorio. Esto implica que otras formas de violencia, como la venganza privada o la autodefensa sin justificación legal, están prohibidas y son consideradas ilegítimas.
- Legitimidad: La violencia ejercida por el Estado se considera legítima cuando está respaldada por la ley y se utiliza de acuerdo con los procedimientos y principios establecidos por la sociedad. Esto significa que el Estado debe operar dentro de un marco legal y ético que limite el uso de la fuerza a situaciones justificadas, como la defensa de la soberanía, la seguridad pública o la protección de los derechos humanos.
- Física: Se refiere al uso de la fuerza física o coercitiva, que puede incluir acciones como arrestos, detenciones, confiscaciones de propiedad o el uso de la fuerza militar en tiempos de guerra o para mantener el orden interno.

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¿Qué características tiene que tener un estado de derecho para ser considerado como tal?

Un Estado de Derecho se define por la presencia de características fundamentales que aseguran el imperio de la ley y protegen los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos. 

En primer lugar, la supremacía de la ley es primordial. Esto implica que ninguna persona, grupo o institución está por encima de la ley, y todos deben someterse a ella, incluidos los líderes políticos y los funcionarios gubernamentales.

En segundo lugar, la separación de poderes es esencial para garantizar un equilibrio y control entre el poder legislativo, ejecutivo y judicial. Cada uno de estos poderes debe actuar de manera independiente, evitando la concentración excesiva de autoridad en una sola instancia y previniendo así posibles abusos.

En tercer lugar, la existencia de un sistema judicial independiente y eficaz es crucial. Este sistema debe garantizar el acceso a la justicia para todos los ciudadanos, asegurando que los conflictos se resuelvan de manera imparcial y equitativa, y que los derechos individuales sean protegidos contra posibles violaciones por parte del Estado o de otros ciudadanos.

En cuarto lugar, el respeto y la protección de los derechos humanos son fundamentales. Esto implica que el Estado debe garantizar la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, el derecho a un juicio justo, la protección contra la tortura y otras formas de trato inhumano, entre otros derechos fundamentales.

Por último, la transparencia y la rendición de cuentas son aspectos esenciales de un Estado de Derecho sólido. Los gobiernos deben actuar de manera transparente, proporcionando información accesible sobre sus acciones y decisiones, y siendo responsables ante la ley y ante los ciudadanos por sus actos.

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¿Para qué sirve la Constitución?

La Constitución Nacional es el conjunto de normas fundamentales que rigen la organización y el funcionamiento de un Estado. Es la ley suprema y marco legal más alto del país, estableciendo los principios y valores esenciales sobre los cuales se basa la estructura política, social y económica de la nación. 

Una de las funciones esenciales de la Constitución es la de proteger los derechos y libertades fundamentales de los individuos. Esto incluye derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, como la libertad de expresión, el derecho al voto, la igualdad ante la ley, y la protección contra la discriminación. Al establecer estos derechos de manera clara y explícita, la Constitución garantiza que los ciudadanos puedan ejercerlos y reclamarlos frente a cualquier abuso de poder por parte del Estado o de otros individuos.

Además, la Constitución organiza y distribuye el poder entre los diferentes órganos del Estado, estableciendo un sistema de pesos y contrapesos que busca evitar la concentración del poder en una sola entidad. Esto se logra mediante la separación de poderes en tres ramas: el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial. Cada uno de estos poderes tiene funciones y responsabilidades específicas, y deben operar de manera independiente pero coordinada, garantizando así un gobierno equilibrado y efectivo.

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¿Para qué sirven las garantías constitucionales?

Las garantías constitucionales son derechos esenciales que protegen tanto a los ciudadanos como a los residentes de un país, salvaguardando sus libertades individuales y colectivas. Estas garantías, contempladas en la Constitución, son inviolables y difíciles de suspender, asegurando así la protección de los derechos humanos y limitando el poder del gobierno.

Su aplicación es universal, alcanzando a todos, sin importar su origen o condición. Además, los ciudadanos pueden invocarlas ante los tribunales para defenderse de posibles abusos o violaciones de sus derechos. Así, estas garantías cumplen una función clave al evitar excesos por parte del Estado, como detenciones arbitrarias o censura.


¿Cuáles son las garantías que contempla la Constitución Argentina?

- Libertad de expresión y prensa (Art. 14): Los habitantes tienen derecho a publicar ideas sin censura previa.
- Libertad de religión (Art. 14): Todos los habitantes pueden practicar su religión libremente.
- Derecho de petición y reunión (Art. 14): Los ciudadanos tienen derecho a peticionar ante las autoridades y reunirse pacíficamente.
- Derechos laborales (Art. 14 bis): Protección al trabajo digno, salario justo, condiciones equitativas, seguridad social, sindicatos, huelga y descanso.
- Igualdad ante la ley (Art. 16): Todos los habitantes son iguales ante la ley y admisibles en empleos públicos, sin privilegios.
- Derecho a la vida, la libertad y la propiedad (Art. 17): Se protege el derecho de propiedad y se prohíbe la confiscación de bienes sin juicio previo.
- Garantía de la defensa en juicio (Art. 18): Ninguna persona puede ser juzgada sin un juicio previo ante una autoridad competente, ni sometida a privación de libertad sin la debida protección legal. Se prohíben los tormentos, las penas crueles y la pena de muerte por delitos políticos.
- Inviolabilidad del domicilio y la correspondencia (Art. 18): Se asegura la protección de la privacidad del domicilio y las comunicaciones.
- Habeas Corpus (Art. 43): Permite la protección contra detenciones ilegales o arbitrarias.
- Acceso a la justicia (Art. 43): Cualquier persona puede iniciar acciones judiciales para proteger derechos fundamentales a través del amparo.

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¿A qué se denomina violencia institucional? ¿Qué diferencia existe con el concepto represión estatal?

La violencia institucional se refiere a los actos de agresión, abuso o maltrato cometidos por agentes del Estado, como la policía, el sistema judicial, las fuerzas de seguridad o funcionarios públicos, en el ejercicio de sus funciones. Este tipo de violencia puede manifestarse de diversas formas, como detenciones arbitrarias, torturas, discriminación o la violación de derechos humanos, y es una violación directa de los principios de igualdad y justicia que el Estado debe garantizar. La violencia institucional es una expresión del uso del poder estatal de manera ilegítima o abusiva contra ciertos grupos o individuos.

Por otro lado, la represión estatal hace referencia a un uso deliberado y sistemático de la fuerza o de medidas coercitivas por parte del Estado para controlar, silenciar o eliminar movimientos sociales, manifestaciones o actividades políticas que cuestionen su autoridad o busquen cambios. Aunque la represión también es una forma de violencia institucional, su objetivo principal es mantener el orden establecido, controlando el descontento social mediante la intimidación o el castigo. Mientras que la violencia institucional puede ocurrir en distintos contextos cotidianos, la represión estatal se enfoca específicamente en suprimir resistencias políticas o sociales.

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30/8/19

Crucigramas






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23/7/19

Dossier Mitos Griegos

¿Qué es la mitología griega?

Se conoce como mitología griega a un entramado vasto y complejo de relatos, mitos y leyendas pertenecientes a la religión de la Antigua Grecia (1200 a. C. – 146 a. C.). Han continuado formando parte de la cultura occidental hasta nuestra época a través de un conjunto de textos literarios, filosóficos y religiosos, estatuas, vasijas y cerámicas pintadas.

Dichos relatos inicialmente se transmitían oralmente de generación en generación, pero posteriormente fueron recogidos en textos de naturaleza poética que hoy en día conocemos como la antigua literatura griega. Su estudio es materia de interés para diversas disciplinas, desde las letras y la filosofía, hasta la historia, la antropología y el psicoanálisis.

Cabe destacar que la mitología griega recogía numerosos elementos tradicionales y religiosos de la Grecia Antigua, pero también era entendida como ficción por muchos de los filósofos de la antigüedad, como Platón (siglos V-IV a.C.). De todas formas, podía ser considerada valiosa fuente de enseñanzas y de relatos alegóricos, tal como lo es hoy en día para nosotros.

Origen

La mitología griega es heredera de complejos procesos históricos de fusión. Esto se debe a la conquista de los primeros pobladores de los Balcanes. Conformaban un pueblo agrícola y animista, es decir que asignaba deidades a los fenómenos naturales. Estas creencias se sumaron a las que traían otras tribus que llegaron del norte e impusieron el culto a sus dioses. Estos últimos representaban la fuerza, la guerra y el heroísmo.

Este sustrato se cristalizó en la época arcaica de la Grecia Antigua (siglos VIII-VI a. C.), cuando volvió a utilizarse la escritura. En ese momento se conformó la polis griega, una forma de organización política particular en la que los mitos cumplían un rol fundacional y religioso importante.

Posteriormente aparecieron los poetas épicos. Gracias a ellos, el conjunto diverso de tradiciones y relatos obtuvo una organicidad que originalmente no tenía, fundando así lo que hoy entendemos como mitología griega.

Tres épocas

La mitología griega, como muchas otras tradiciones semejantes, se puede estructurar en tres ciclos de relatos:

- La edad de los dioses. Mitos sobre el origen del mundo, el nacimiento de los dioses y su reparto de los dominios. Las teogonías y cosmogonías pertenecen a este período.
- La edad de convivencia entre dioses y hombres. Mitos e historias sobre la cooperación, amor y antagonismo entre dioses, semidioses y hombres mortales.
- La edad de los héroes. Mitos y relatos en los que los dioses juegan un rol más limitado, cediendo protagonismo a los mortales y en especial a sus campeones, los héroes míticos. Los relatos del ciclo de la Guerra de Troya son de este período.

Principales dioses

La religión griega era panteísta, y tenía un enorme panteón de deidades a las que rendirle culto. Las más importantes formaban el panteón de los dioses olímpicos, segunda generación de dioses que antes venció a los titanes (dioses más primitivos). Los principales de ellos son:

- Zeus. El dios padre, dueño del relámpago y de los cielos, quien dirigía a los Olímpicos desde su trono. Es un dios que gustaba de engendrar estirpe humana en aquellas mortales y semidiosas de quienes se enamoraba. Estaba casado con Hera y sus hermanos eran Hades y Poseidón.
- Hera. Diosa del hogar y de los derechos maternos, mujer de Zeus y por lo tanto antagonista inmediata de sus hijos ilegítimos, entre los que estaban muchos héroes, como Hércules o Heracles.
- Poseidón. Dios regente del mundo marino, se lo representaba con un tridente en la mano. Desde su trono submarino gobernaba las aguas del mundo y podía dar buen o mal viaje a los marineros.
- Afrodita. Diosa de la belleza y de la pasión, era hermana de Zeus y esposa de Hefesto, a quien engañaba con Ares y con numerosos mortales. Su nacimiento se atribuye al derramamiento del semen de Cronos, padre de los titanes, sobre las aguas del mar, cuando Zeus lo castró y venció para siempre.
- Apolo. Dios solar, protector de los derechos paternos, inventor de la música (se le representaba con una lira) y de la profecía. Era hermano gemelo de Artemisa, hijos de Zeus y Leto.
- Artemisa. Diosa cazadora, virginal y lunar, con afinidad por los animales salvajes y el terreno virgen. Se la representa con un carcaj lleno de flechas y a menudo un ciervo y un ciprés.
- Ares. Dios de la guerra y la violencia, hijo de Zeus y de Hera, se asociaba a la virilidad masculina y al heroísmo, a la valentía en batalla y a los ejércitos.

Principales héroes

Los héroes griegos eran generalmente ejemplo de virtudes y participaban en hazañas increíbles. Usualmente, su origen era divino. Entre ellos destacan:

- Aquiles. Rey de los mirmidones, hijo de Peleo y de la ninfa Tetis, era invulnerable excepto por los talones, su único punto débil. Marchó a la Guerra de Troya junto a los demás reyes griegos sabiendo, por profecía materna, que la muerte y la fama le esperaban en el campo de batalla.
- Odiseo. Protagonista del poema épico Odisea, es el más ingenioso y sagaz de los héroes griegos que se embarcaron a la Guerra de Troya. Fue quien ideó la estrategia para vencer y saquear la ciudad, otorgándole la ventaja a Grecia. En su regreso a Ítaca, donde era rey, perdió a su tripulación y su barco y vagó durante 10 años en el Mediterráneo.
- Teseo. Rey de Atenas, de ascendencia divina, a quien se le atribuyen muchas hazañas, siendo la más importante la liberación de la isla de Creta del Minotauro: un ser mitológico mitad hombre y mitad toro. El monstruo devoraba a sus héroes y doncellas vírgenes, habitando en el corazón de un laberinto. Teseo venció a la bestia y volvió a salir del laberinto guiado por el hilo que la princesa Ariadna le entregó, y luego se casó con ella.
- Heracles. Hijo ilegítimo de Zeus y la reina Alcmena, era odiado desde su nacimiento por Hera, quien lo sometió a numerosos trabajos. Entre esos trabajos casi imposibles se incluían vencer al León de Nemea, a la Hidra de Lemnos, al Cerbero de los infiernos, entre otros.

El origen del mundo

Según la mitología griega, el mundo fue creado por tres poderes divinos: Caos (“el vacío”), Gea (“la tierra”) y Eros (“la renovación”). Urano, equiparable al cielo, era hijo y esposo de Gea. Gea y Urano fueron los padres de los primeros dioses: los titanes, comandados por Cronos, así como tres cíclopes y tres hecatónquiros.

Esta primera generación de dioses reinó, luego de que Cronos castrara a su padre y desposara a Rea, su hermana. Para impedir que su propio hijo lo destronara, Cronos devoraba a los hijos apenas nacidos del vientre de Rea. Sin embargo, cuando nació Zeus, su madre engañó a Cronos dándoles una piedra en su lugar. Cuando Zeus creció, derrotó a los titanes es impuso el orden Olímpico.

La Guerra de Troya

Uno de los ciclos más importantes de la mitología griega es el que cuenta el sitio y saqueo de la ciudad anatolia de Troya. La misma fue asediada por una coalición de reyes griegos, bajo la excusa de recuperar a Helena, la mujer más bella del mundo. Esta confrontación involucró a muchos de los héroes clásicos griegos, así como de los dioses que tomaron partido por uno u otro bando. Estos eventos se narran en la Ilíada y muchos episodios previos o posteriores en las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides.

¿Por qué sigue siendo importante?

La mitología griega juega un rol fundamental en la conformación del imaginario occidental. Se encuentra representada en una de las tradiciones literarias más ricas y complejas del mundo. Los arquetipos atribuidos por los griegos a sus dioses, sobreviven de muchas maneras distintas en nuestra cultura, reconvertidos y mezclados con otras fuentes culturales.

Los dioses y héroes se enfrentan a conflictos relacionados con temas universales como el orgullo, la traición o la justicia. Por eso aún hoy las obras que narran sus historias se siguen llevando a escena. Incluso algunas de estas historias fueron utilizadas por el psicoanálisis para explicar nuestra forma de comportarnos actualmente.

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La caja de Pandora

Todos hemos oído en alguna ocasión la expresión “abrir la caja de Pandora”, y la mayoría tiene al menos la noción de que esta expresión hace referencia a un mito griego, que nos habla del precio de la curiosidad malsana y del nacimiento de los males del mundo, pero también de la esperanza. Pese a que existen varias variantes de este mito, el más habitual y conocido es el que sigue:

“Pandora fue la primera mujer humana, creada por Hefesto por orden de Zeus y siendo dotada por los diferentes dioses de algunas de sus mayores cualidades y virtudes, pero también incluyendo la capacidad de seducir y mentir. Su creación obedece al deseo del rey del Olimpo de vengarse de Prometeo y los suyos.

El dios hizo que Pandora y el hermano de Prometeo, Epimeteo, se conocieran, y propició que con el tiempo se casaran. Pero Pandora recibió también una caja destinada a su marido, en la cual estaban encerrados todos los males del mundo, con instrucciones de no abrirla jamás. Sin embargo uno de los dones que había recibido Pandora era el de la curiosidad. Un día, la mujer abrió la caja para mirar qué había dentro, algo que provocaría que todos los males salieran de la caja y se repartieran por el mundo. Asustada, Pandora cerró la caja, pero en ella solo quedaba la esperanza. Entonces Pandora se dedicó a ofrecer la esperanza a los hombres, con el fin de ayudarles a soportar los males y vicisitudes del mundo".

El origen de Medusa

El nombre de Medusa es altamente conocido en la cultura occidental, siendo esta Gorgona una figura mitológica griega muy popular. El mito más conocido del que forma parte tiene que ver con su muerte a manos de Perseo, pero otro que puede resultar de interés es el origen de su nacimiento. Si bien existen diversas versiones, una de ellas establece lo siguiente.

“Medusa fue una vez una joven y hermosa mujer, una sacerdotisa de Atenea cuya belleza era admirada por todo aquel que la mirara y que gozaba de múltiples pretendientes. Un día el dios Poseidón observó a la joven y cayó prendado de ella. El dios de los mares decidió raptar a Medusa y tomarla en contra de su voluntad en el templo de Atenas.

Este hecho provocó la ira de Atenea, que decidió maldecir a la mujer transformando su hermosa cabellera en furiosas serpientes, además de haciendo que en adelante cualquier persona que la mirara fijamente a los ojos se convirtiera en piedra".

La caída de Ícaro

Uno de los mitos que más nos advierten de los riesgos de desoír lo que la sabiduría dicta y actuar despreocupadamente sin tener en cuenta las posibles consecuencias, o de querer lograr y abarcar más de lo que podemos, es el de Ícaro. El mito dice lo siguiente.

“Ícaro era hijo de Dédalo, un anciano sabio de gran conocimiento que fue capaz de construir el laberinto en el que el rey Minos encerró al minotauro. Dicho rey, para evitar que nadie lograra nunca saber como encontrar la salida del laberinto, decidió encerrar al sabio y a Ícaro de por vida en una torre.

Dédalo soñaba con escapar de su prisión, pero no podría escapar ni por tierra ni por mar. Con el tiempo llegó a la conclusión de que podría escapar por el aire, y de este modo fabricó con cera y plumas de pájaros dos grandes pares de alas de cera. Antes de partir, el sabio Dédalo advirtió a Ícaro que no volara ni demasiado alto ni demasiado rápido, ya que las alas de cera no aguantarían.

Ambos iniciaron el vuelo, escapando de su encierro. Pero Ícaro, viendo la belleza del Sol, pasó por alto las indicaciones de su padre y voló cada vez más alto, intentando acercarse hasta casi tocar el sol. Pero las alas no resistieron el calor, deshaciéndose y provocando que Ícaro se precipatara al vacío y muriera".

El pueblo que procede de las hormigas: los mirmidones

El nombre de mirmidón puede no ser especialmente conocido hoy en día, pero es el nombre de un pueblo famoso en la antigüedad por la elevada reputación y habilidad de sus guerreros, siendo incluso citados en la Ilíada. Aunque existen diferentes versiones de este mito, pero el que aquí se muestra es el transcrito por Ovidio en “Las metamorfosis”.

“Dice la leyenda que el rey del Olimpo, Zeus, mantuvo relaciones con la ninfa Égida y posteriormente le puso su nombre a una isla frente al Peloponeso. Sin embargo, al enterarse Hera de la aventura de su esposo y del nombre puesto a la isla, decidió mandar una horrible plaga que terminó matando a la gran mayoría de quienes la habitaban. Entre los pocos supervivientes se contaba el rey de la isla, Éaco de Egina, el cual suplicó a Zeus que repoblara la isla.

Mientras rezaba un rayo del sol iluminó a una fila de hormigas en un roble, algo que hizo que el rey decidiera pedir que surgieran tantas personas como hormigas había visto sobre el árbol. Éaco de Egina se durmió y soñó que las hormigas en el roble caían al suelo y al hacerlo se transformaban en personas. Al despertar, la isla había recuperado el número de habitantes de antaño, siendo nombrados en honor de las hormigas de las que procedían (mirmidón podría traducirse como hombres hormiga)”.

El mito de Sísifo

Otro mito griego relativamente corto es el de Sísifo, rey de Éfira (posteriormente Corinto, ciudad de la que se le considera fundador en los mitos). Este mito ha sido utilizado como simbolismo del precio de la avaricia y el engaño, además de a la realización de esfuerzos inútiles (especialmente por el castigo que se le infligió). El mito dice lo siguiente.

“Hubo un tiempo en que la región de Éfira tuvo un rey de nombre Sísifo, de gran astucia pero que tenía en gran defecto de ser tremendamente manipulador y avaricioso. Pero llegó un día en que su ambición y sus actos llegarían a provocar la ira de Zeus al acusarle del rapto de la ninfa Egina ante el padre de esta, Asopo, a cambio de fuentes de agua dulce para su ciudad. Zeus ordenó a Thanatos que acudiera a llevarse al rey Sísifo al inframundo, pero una vez allí el taimado rey invitó a la deidad de la muerte a comer, engañándolo de tal modo que consiguió encadenarlo en una celda.

Al estar la muerte encerrada no se producían muertes, algo que terminó por enfurecer a Hades y hacer que finalmente se decidiera que Ares liberara a Thanatos y llevara a Sísifo el inframundo. Sin embargo, el inteligente rey pidió a su esposa que a su muerte no le rindiera honores en su funeral, una petición que ella cumplió. Este hecho sería utilizado por Sísifo para engañar a Hades, pidiéndole que le devolviera a la vida ya que su mujer no había celebrado el funeral de manera apropiada y no le había rendido honores. El dios del inframundo aceptó a cambio de que volviera tras hacerlo. Pero Sísifo no volvió, hasta que le llegó la muerte muchos años después.

Sísifo sería castigado finalmente por Zeus y Hades. Su condena fue tener que subir una piedra por la ladera de una montaña hasta la cima. Sin embargo al llegar allí caería hacia el otro lado de la montaña, con lo que tendría que ser de nuevo empujada hasta la cima, algo que se repetiría en un ciclo eterno".

El mito de Tiresias

Tiresias es uno de los videntes ciegos más famosos de toda la mitología griega, siendo consultado por una gran cantidad de héroes. También forma parte de uno de los casos de transexualidad que aparecen en la mitología. Uno de los mitos que nos habla de él es el siguiente, que a su vez nos explica el origen de su ceguera.

“Dice la leyenda que paseando un día por el monte, Tiresias encontró en su camino en la montaña a dos serpientes en plena cópula. Tiresias quiso separarlas y golpeó a la hembra con su vara, matándola. Pero al hacerlo, su acción tuvo como consecuencia que fuera maldito y en venganza su sexo fuera cambiado, tornándose mujer. Tiresias viviría como mujer durante 8 años, tras los cuales volvería a encontrarse con las mismas serpientes. En esta ocasión golpeó y mató al macho, volviendo de nuevo a ser varón.

Años después, los dioses Zeus y Hera mantendrían una disputa respecto a cuál de los dos sexos disfrutaba más del sexo. Se escogió a Tiresias como juez, dado que había vivido como hombre y como mujer. Pero la respuesta de Tiresias, que proponía que la mujer disfrutaba más, provocó la ira de Hera. Como castigo, la diosa le dejó ciego. Sin embargo, como compensación por dicha acción, Zeus le proporcionó el don de la clarividencia. Ello haría que a lo largo de su vida Tiresias fuera uno de los videntes más famosos de toda la mitología griega.”

El mito de Eco

Algunos mitos pretenden explicar el origen de algunos fenómenos, como ocurre por ejemplo con el del eco. La explicación mitológica de este fenómeno se explica a continuación:

“Eco era una oréades o ninfas del bosque y de la montaña. De sus labios salían las más hermosas palabras, pero tan hermosas eran que Zeus empezaría a sentirse atraído por ella. Hera, descubierta la traición, maldijo a Eco arrebatándole la voz y haciendo que solo pudiera repetir las últimas palabras que le dijera su interlocutor.

Pasó el tiempo y la ninfa se enamoró del joven Narciso, observándole a escondidas. Un día, el joven se apartó de sus compañeros y percibiría a la ninfa. Sin embargo la rechazó con crueldad, algo que provocó que la ninfa pasara a esconderse en una cueva, donde se consumió hasta solo quedar su voz".

El mito de Narciso

El mito que da nombre al narcisismo y que nos avisa de de que no debemos sobrevalorarnos, el mito de Narciso es otro corto mito de origen griego el cual además está profundamente vinculado al anterior. El mito nos dice lo siguiente.

“Hijo del dios Cefiso y Liriope, Narciso era un joven muy hermoso y atractivo, que según el gran adivino Tiresias viviría muchos años siempre y cuando no viera su reflejo. El joven generaba la admiración tanto de hombres como de mujeres y era consciente de su atractivo, hasta el punto de ser altamente engreído y despreciar las virtudes y sentimientos de los demás, entre las cuales se encontró la ninfa Eco o el joven Aminias.

A este último le entregaría una espada, con la cual el joven rechazado se daría muerte. Poco antes de morir, rezó a la diosa de la venganza Némesis pidiendo que Narciso conociera el amor no correspondido. La deidad respondió. Un día, al acercarse a beber, Narciso vio su reflejo en el agua de un estanque y se enamoró perdidamente de él. Finalmente, intentando acercarse a su amado, Narciso cayó a las aguas y terminó por morir ahogado".

El mito de Prometeo

El mito de Prometeo es uno de los más conocidos, y en él podemos ver como los antiguos griegos ya se preguntaron cómo habíamos descubierto y domeñado el fuego, considerándolo un regalo de origen prácticamente divino. El mito dice así:

“Prometeo era uno de los titanes, hijo de Jápeto y Clímene. Según algunos mitos junto con su hermano Epimeteo fue encargado con la tarea de crear a animales y a los humanos, siendo Prometeo quien decidió dar al hombre la capacidad de andar erguidos.

También burló y engañó a los dioses para favorecer a los mortales. En una ocasión en que Zeus prohibió el fuego a los mortales y viendo las necesidades y las dificultades del hombre para sobrevivir, decidió otorgarles el fuego. Por ello Prometeo entró en el Olimpo y robó el fuego del carro de Helios utilizando una caña, tras lo cual se lo entregó a los mortales de tal modo que pudieran calentarse y alumbrarse.

Pero Zeus se enfureció ante el robo, condenando al titán a ser encadenado al monte Caucaso, donde cada día y para siempre jamás, un águila acudiría a devorar su hígado. El órgano le volvería a crecer durante el día, de manera que el tormento se repetiría eternamente para este ser inmortal".

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