12/4/21

Dossier Countries y Barrios Privados

¿Qué es un club de campo?

Un club de campo (o country club) es un tipo de club deportivo de origen inglés dedicado a deportes al aire libre que requieren amplias instalaciones, como por ejemplo, el golf, el croquet, el polo o el hockey sobre césped. [...] En Argentina, la expresión “country club” comienza a utilizarse en las revistas de arquitectura de la década del treinta invocando a clubes suburbanos que combinaban instalaciones destinadas a la práctica deportiva con “viviendas residenciales” de uso temporario (“weekend” o “fin de semana”).

En Buenos Aires los primeros “countries” exclusivos construidos de acuerdo con este nuevo modelo fueron: el Tortugas Country Club (década de 1930), el Hindú Country Club (1919), el Highland Park y el Olivos Golf Club (ambos de la década de 1950). En la mayoría de los casos, estos se constituyen sobre la base de clubes deportivos existentes cercanos a la ciudad de Buenos Aires y dedicados a la práctica del golf.

En esta primera época el club de campo combina instalaciones específicamente deportivas con dos tipos de habitaciones para “alojamiento temporario”: el “club house”, o gran pabellón, con habitaciones distribuidas paralelamente y servicios generales, junto con el “barrio parque”, anexo al “country club” y comunicado con él, en el que se construyen “casas individuales de fin de semana” pertenecientes a particulares.

En cuanto a las formas jurídicas de dominio, los clubs de campo oscilaban entre las siguientes posibilidades: a) propiedad del club y usufructo de los socios de las habitaciones del “club house” o de las viviendas del “barrio parque”; b) sociedad cooperativa entre los mismos socios y propiedad de los bienes inmuebles respectivos; y c) simple propiedad de cada socio sobre su casa o departamento.

Para 1970 vivían ya en el Área Metropolitana de Buenos Aires ocho millones de personas. Sin embargo, a partir de aquí comenzará a detenerse el proceso de expansión urbana. La ocupación territorial ya no se producirá sobre la prolongación de los brazos existentes sino sobre la cobertura de los espacios intersticiales, diluyéndose la característica forma en estrella. Este hecho se produce con el declive del Estado de Bienestar, base material e ideológica de la planificación y del progresismo urbano. [...]

A partir del golpe de Estado de 1976, las políticas sociales y económicas de la dictadura, se insertan claramente en un marco de pos-expansionismo: se desalienta la producción industrial a través de políticas cambiarias desfavorables y se expulsa brutalmente a la población carenciada de la ciudad para que retorne a sus provincias o países de origen. También se pone punto final a las políticas redistribucionistas.

Los lineamientos principales de la dictadura militar en la Ciudad y en la Provincia de Buenos Aires siguieron este lineamiento aunque conjugándolo con otros elementos rescatados del ciclo modernizador-planificador que tanto había promocionado el “progresismo”. Según los nuevos planes se levantarían autopistas de acceso a la zona central de la Capital para mejorar el tránsito (Plan de Autopistas Urbanas, etc.), entre otras importantes obras públicas. El intendente Osvaldo Cacciatore también trató de cambiar la cara de la Capital erradicando violentamente a las villas miseria, bajo una modalidad cuasi-terrorista.

Asimismo, en la Provincia de Buenos Aires se aplicó en 1977 el Decreto-Ley Nº 8.912 de “Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo”, que también proponía objetivos tradicionales de la planificación modernizadora, como prohibir la urbanización en zonas inundables o reestructurar el tejido urbano disperso. Sin embargo, la aplicación de este instrumento en un contexto socioeconómico desfavorable para los sectores populares se tradujo en el fin de los loteos económicos (clave principal del ciclo expansivo) y en la multiplicación de asentamientos ilegales en peores condiciones que las que se buscaba evitar.

Estas medidas en su conjunto producen un punto de inflexión en el proceso de formación de los “country clubs” dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires. El desarrollo de nuevas autopistas que comunican la ciudad con los municipios periféricos y la imposibilidad de realizar loteos económicos para los sectores populares provoca que los emprendedores inmobiliarios piensen nuevas iniciativas para los grandes espacios disponibles en el Conurbano bonaerense enfocados ahora hacia el mercado de la clase media alta. Paralelamente, la ley provincial N º 8.912/77, consagra la utilización de la expresión “club de campo” como traducción castellana del “country club”.

Sin embargo, en la Argentina solo se utilizará este término en el lenguaje jurídico, en los reglamentos urbanísticos o en el lenguaje institucional de comunicación vial; para los porteños seguía siendo el “country”. Esta segunda generación de los clubs de campo, que se extiende hasta mediados de la década del ochenta, presenta nuevas características constitutivas dentro de un marco general que disminuye las exigencias sociales para el ingreso de nuevos propietarios. [...]

A mediados de la década del ochenta, se produce un cambio trascendental en el uso del club de campo: las viviendas destinadas a fin de semana ahora se transforman en vivienda de uso permanente, con un perfil social predominante de matrimonios jóvenes con hijos pequeños. Comienza a perfilarse una nueva imagen del country: una comunidad cerrada, autocontenida en sí misma, que intenta reducir al mínimo sus lazos con el exterior. Así, el fenómeno del 

Countries: las identidades suburbanas y la construcción del "Otro"

Para la socióloga Cecilia Arizaga, en los countries se configura un nuevo sujeto social que se aleja del afuera y comienza a pensar a quien no está adentro como un “otro” hostil y peligroso. Infojus Noticias conversó con ella sobre este proceso de urbanización que explotó en la Argentina de los ’90, donde un muro separa la opulencia de la pobreza visible.

Por Juan Carrá

¿Qué hay detrás de los muros? Además de casas de lujo, inmensos parques, lagunas, canchas de golf, detrás de los muros hay historias que encierran mucho más que anécdotas de las familias que decidieron ese estilo de vida. Detrás de los muros se configura un nuevo sujeto que se aleja del afuera y comienza a pensar a quién no está adentro como un “otro” hostil y peligroso. Además del impacto medioambiental que redundó, entre otras cosas, en las inundaciones pasadas por la crecida del Río Luján, los countries tienen un impacto social que afecta a toda la zona.

Para la socióloga Cecilia Arizaga–investigadora y directora de la carrera sociología de la UCES–, especialista en el impacto social que generan los barrios cerrados este proceso de suburbanización es global, pero tienen características especiales en Argentina.  “Se concentran en espacios en los que al mismo tiempo aparecen bolsones de pobreza, de sectores medios empobrecidos, que conviven en el espacio geográfico, físico, con estas nuevas urbanizaciones de sectores medios ascendentes”, explicó. La privatización del espacio público, el extrañamiento del otro y el deseo de pertenecer a cualquier precio son algunas de las características que Arizaga explica en diálogo con Infojus Noticias.

– ¿Cómo se da el proceso de urbanización cerrada en la zona periférica a la Capital Federal?
– El tema de los barrios cerrados tiene larga data. Uno puede encontrar los primeros country en la década del 40, lo que pasa es que tenían otro tipo de función, eran lugares específicamente de fin de semana, de vacaciones, no eran lugar de vivienda permanente. Esto cambia a fines de los 80. En muchos casos son familias que tenían estos lugares como vivienda de fin de semana y a partir de cuestiones económicas deciden quedarse con una sola vivienda y eligen la del country.  Ahí empiezan a generarse los primeros barrios cerrados que se diferencias de los countries. Lo que aparece como “boom” surge al promediar los años 90, en donde comienza a haber nuevas urbanizaciones pensadas como viviendas permanentes para sectores medios que dejan la ciudad –su espacio de identidad– y eligen el suburbio en una modalidad privada. Esto no es menor porque el proceso de suburbanización que se da en estas clases medias supone un quiebre en la identidad urbana y en la cultura urbana de la clase media porteña histórica.

– Más allá de estas características que plantea, ese boom que se da a partir de mediados de los 90, ¿tiene alguna característica especial?
– Está vinculado, en primer lugar, a un cambio cultural que viene junto al cambio político, generado desde décadas atrás y que en los ’90 tiene su clímax. Específicamente tiene que ver con la privatización. En todo sentido, hay una cultura de lo privado. Hay que leer este proceso desde ahí. También, hay un cambio de valores en relación a lo público y lo urbano, en el que más allá del factor seguridad frente al delito y la ciudad que aparece como el espacio donde ese delito tiene mayor lugar, las ciudades empiezan a tener un proceso de fragmentación social.

– El fenómeno de los barrios privados es algo global, ¿hay especificidades en Argentina?
– En Argentina, específicamente en la región metropolitana, que es donde se concentran este tipo de urbanizaciones, tienen características locales muy específicas. Se concentran en espacios en los que al mismo tiempo aparecen bolsones de pobreza, de sectores medios empobrecidos, que conviven en el espacio geográfico, físico, con estas nuevas urbanizaciones de sectores medios ascendentes.

– Entonces, el fenómeno del country también está ligado a la clase media…
– No pensemos solo en mega urbanizaciones que suponen un desembolso de plata muy importante. Desde fines de los ‘90, con la ampliación de la oferta de barrios privados, también se abrió a clases medias que tenían que hacer grandes sacrificios para comprar una vivienda. En ese se configura lo que llamo “un imaginario de llegada”. Es decir, de movilidad social vinculada a vivir en un espacio que supone una mejor calidad de vida, un mejor posicionamiento social, una seguridad de pertenecer a un espacio dentro de la estructura social, en momentos en los que nadie tenía bien en claro en qué lugar dentro de esa estructura está, si sigue siendo clase media, media alta, si bajó de nivel o no…  En medio de todo ese caos aparecen estos lugares como símbolos de distinción social y de pertenencia a un nosotros frente a la construcción de otro.

– Este tipo de avance inmobiliario que va creciendo sobre todo en la zona norte del Conurbano Bonaerense, tiene un impacto particular en la cuestión pública ¿Cómo se relaciona lo privado y lo público en este sentido?
– Ese es uno de los grandes temas que acarrea esta cuestión. Ahí aparecen un montón de actores y debates e intereses, sobre todo.  Lo que ocurre, entre otras cuestiones, es el impacto de pensar el espacio social como un espacio fragmentado, no sólo simbólicamente sino también materiales. El tema de la muralla no es sólo simbólico…. de tener que acceder pasando un control y que son cuestiones que se han extendido a la Ciudad de Buenos Aires, también. En el espacio suburbano tienen un impacto material y simbólico en relación a mostrar de una manera precisa y brutal el proceso de fragmentación que se da en el espacio social. En ese sentido puede decirse que se cumple perfectamente lo que dicen muchos sociólogos: “la nueva cuestión social se presenta en el espacio urbano”. Este tipo de urbanizaciones son la cara más visible de la nueva cuestión social. Por otro lado aparecen las cuestiones de cómo afectan cuestiones ambientales. Hay muchos estudios que muestran ese impacto, por ejemplo en el tema de las inundaciones. Desde lo político se puede decir que hay Municipios que son mucho más propensos que otros a firmar los permisos para este tipo de urbanizaciones. Eso tiene que ver con la necesidad de tener en cuenta el impacto social, ambiental que puede acarrear.

– ¿Cómo se percibe el afuera, teniendo en cuenta la construcción de ese "otro"?
– Hay un afuera que entra al barrio cerrado, es el afuera en el adentro, el “ellos” en el espacio del “nosotros”, que tiene que ver con los trabajadores que van a cumplir servicios dentro de ese barrio. En ese sentido aparece una figura de un otro que se lo define a partir de términos positivos: “gente humilde, trabajadora”, “gente digna, respetable” que cumple funciones. Ahora, cuando aparece algún tipo de problema en el espacio del barrio cerrado son ellos los primeros a los que se mira con sospecha. Es un tipo de relación muy precaria en ese sentido. Esta construcción el “otro” sigue siendo muy fuerte. Comparten el mismo espacio con estilos de vidas muy diferenciados. Es como poner una lupa en cuestiones que uno puede ver en otra intensidad dentro del espacio urbano.  Después hay otro que comparte el espacio físico tras la muralla que aparece como una figura peligrosa, amenazante y con eso aparecen los que tratan de no salir, o restringen sus salidas a los espacios de recreación que comparten con otros barrios de similares características, espacios de un “nosotros” que tratan de evitar los espacios de “ellos”.  Los adolescentes tienen una actitud más crítica que los padres, los chicos comentan que, como hay villas cercanas, sus padres organizan colectas de ropa y otras cosas para ellos y que en realidad lo hacen para que aparezcan lazos entre el “ellos” y el “nosotros” y que así no haya hechos delictivos. Para los mayores eso aparece como una cuestión de simple solidaridad.

http://www.archivoinfojus.gob.ar/provinciales/countries-las-identidades-suburbanas-y-la-construccion-del-otro-2379.html

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Un clima cultural privatista

¿Cómo incide la cultura de los 90 en el desarrollo de barrios cerrados y countries? ¿Qué relaciones establecen los habitantes de estas islas con el mundo exterior? ¿Y cómo se registran en esos ámbitos los cambios a partir de diciembre de 2001? La socióloga Cecilia Arizaga, becaria posdoctoral del Conicet e investigadora del Instituto Gino Germani, estudió a lo largo de varios años la vida en el interior de las nuevas urbanizaciones cerradas de la zona norte de Buenos Aires. En diálogo con Página/12 cuenta algunas de sus conclusiones.

– ¿Qué forma toma el proceso de migración hacia los countries?
– En los 90 se ve la huida de los sectores medios, principalmente urbanos, hacia el suburbio. Pero no sólo había un proceso de suburbanización, sino también de encapsulamiento. Lo que estaba a flor de toda respuesta era el tema de la seguridad: la ciudad aparecía como un lugar inseguro. La hipótesis de mi trabajo se dirigió a buscar los elementos más subjetivos de esta seguridad. Es decir que no sólo era una respuesta frente al delito, sino que daba cuenta de ciertas condiciones que estaban surgiendo dentro de los intereses de estos sectores medios, hablaba de una seguridad de tipo subjetiva, simbólica, de estar en un ambiente homogéneo frente a lo heterogéneo de la ciudad abierta, y también respondía a un clima cultural de concientización privatista, que se trasladaba al espacio. Entonces este clima, este ethos privatista, de alguna manera estaba dando forma a estas nuevas urbanizaciones en el suburbio cerrado.

– ¿De qué manera se traduce este clima cultural?
– En el suburbio se puede ver de manera muy brutal con estos barrios pero también en la ciudad, aunque con diferencias, en nuevas formas residenciales como las torres country. Estas nuevas formas se combinan con grandes equipamientos de consumo: el shopping, el hipermercado, los multicines: se crea así una especie de red, de circuito privatista. El individuo se mueve a partir de redes, que en el suburbio son las autopistas, que conectan estas islas de la inclusión. En ese sentido es donde la lógica privatista se ve muy expuesta: surgen estos microclimas frente a un espacio físico y social que se va degradando. Lo que está mostrando esto es la convergencia de la lógica privatista y de una fragmentación social creciente.

– ¿Cómo se relacionan estas islas con el mundo exterior?
– Cuando yo hacía entrevistas hasta el ’99 o 2000, se veía que había una decisión de no salirse de las redes. El ejemplo paradigmático es el llamado kilómetro cincuenta, en Pilar. Allí es donde se concentran estos centros de consumo y entretenimiento a un lado y otro de la Panamericana. Hay shoppings, cierto tipo de negocio abierto en los 90, bares, edificios de oficinas, está el Sheraton Pilar... cierta idea de espacio global, como una isla de la globalización. Y se veía una decisión que se llevaba a cabo de manera bastante concreta de no salirse de estas redes. Algunos te decían que iban al pueblo, al casco histórico de Pilar a comprar algo, pero lo decían en general de un modo vergonzante. En alguna entrevista hasta me llegaron a decir que compraban en el pueblo pero luego cambiaban la bolsa. Esto se rompe de manera abrupta en diciembre de 2001: hay una legitimación del salirse de estas redes, pero por otro lado esto acarrea una profundización del enfrentamiento con el otro, el afuera, que es visto como peligroso, como amenaza. Igualmente se va al pueblo de Pilar y también a las quintas bolivianas en Escobar y a los llamados “bolishoppings”, lugares donde hay puestos concentrados en un predio, que venden productos de marcas truchas a precios muy baratos. Antes los usaban sectores populares de la zona, pero después de enero de 2002 esto se populariza y legitima en estos sectores medios.

– Pero siempre viéndolo con distancia.
– Sí, está en juego una mirada irónica: “Digo que la crisis también me tocó a mí porque es legítimo decirlo ahora”. En los 90 lo legítimo era el consumo ostensible, el mostrar, y el ejemplo paradigmático fue la 4x4. Después de diciembre de 2001 se legitima una baja de este consumo ostensible, una forma de estar a tono con los tiempos entre comillas, pero sin abandonar una mirada irónica. Y esto no quiere decir que no se vuelva en algún momento al consumo ostensible: es un corte, no necesariamente un cambio de aquí en adelante.

– ¿Y cómo es la relación con la autoridad?
– Aparecen situaciones bastante extremas. En mis primeras entrevistas, en el ’97 y ’98, me hablaban de algunos delitos cometidos dentro de los countries por los mismos residentes, en voz muy baja, como una versión. En el último tiempo es difícil que no aparezca algo, algún robo o delito menor. La primera reacción es culpar al otro del afuera más cercano, nunca es parte del “nosotros”. Cuando se sabe ya que es alguien del interior, lo que se trata de hacer es mantenerlo en la esfera del country. Hay mecanismos, como sistemas de seguro. Por ejemplo, si a alguien le destrozaron un ambiente de la casa, el country tiene un seguro para resarcirlo y entonces todo se mantiene dentro de los muros. Cuando se sale de esto, quienes quieren hacer la denuncia son muy mal vistos por el resto. Esto saca a la luz este ethos privatista: ¿por qué vas a sacar los trapitos al sol si podemos resolverlo entre todos?

– ¿Y en cuanto al poder municipal?
– En general, desde los municipios se favoreció la construcción de estos emprendimientos bajo el discurso de que ennoblece a la zona y dan empleo. Patti lo hizo explícito. Por otro lado, se ve constantemente que se elude el pago de impuestos, hay muchas urbanizaciones catalogadas como baldíos. Hay una idea constante de transgredir lo público, pero esto debe leerse como algo que está dentro de la conciencia. ¿Por qué tengo que pagar alumbrado, barrido y limpieza cuando en realidad lo estamos pagando internamente, por qué pagar impuestos por seguridad si la pagamos internamente? Esa es la lógica.

https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/3-7603-2003-05-04.html

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El apartheid por dentro

Investigó el country para su tesis de doctorado. Y analizó cómo se construye la exclusividad en un lugar donde entran 7000 trabajadores por día. En particular, las empleadas domésticas, protagonistas de reclamos por discriminación.

“Sé que es muy difícil no exotizar a Nordelta. Pero lo he intentado”, reflexiona Ricardo Greene, el sociólogo chileno que hizo del megaemprendimiento inmobiliario su objeto de estudio por más de 10 años. En su tesis de doctorado en antropología visual, “Urbanizaciones privadas como aparatos de poder: raza y confort en la Argentina contemporánea”, Greene investigó los mecanismos que construyen los barrios privados para crear un modo de vida confortable, “sin otros amenazantes”.

“Los barrios cerrados se definen por ser exclusivos. Y exclusivos quiere decir excluyentes: algunos pueden entrar y otros no”, explicó el investigador, que dedicó uno de los capítulos de su tesis al sistema de transporte que utilizan las empleadas domésticas de Nordelta y a la discriminación que reciben a diario por parte de sus empleadores que se niegan a viajar con ellas por su olor, su forma de vestir y su modo de hablar.

– ¿Por qué decidió estudiar las particularidades del empleo doméstico?
– Estudiar el empleo doméstico me atraía muchísimo porque es un tema vital para la cultura latinoamericana. Es el empleo que más trabajo le ha dado a las mujeres en la historia del continente. Sin embargo, es un tema que no aparece lo suficiente en los medios, que para los políticos no es importante y que la academia no ha investigado con la fuerza que debía. También me parecía interesante poder sumar a mi investigación un estudio sobre las élites, sobre las hegemonías de poder. Luego de pasar casi un año leyendo sobre este tema, decidí enfocarme en los barrios cerrados o countries, porque hacen una privatización del espacio público que invisibiliza aún más el trabajo de las empleadas domésticas, que de por sí ya está muy invisibilizado.

– ¿Cuáles cree que son los motivos para que esté tan invisibilizado?
– Creo que en parte tiene que ver con que ocurre en espacios domésticos. También porque es ejercido principalmente por mujeres y en la cultura latinoamericana se piensa que el trabajo doméstico es el rol natural de la mujer. Y un tercer factor tiene que ver con un discurso de falsa familiaridad. “Yo la quiero tanto a la Rosita, es tan linda. Es parte de la familia”, repiten muchos. Pero claro, eso se da solo a nivel discursivo, porque hay un montón de lugares, ritos y acciones de los cuales están constantemente excluidas.

– ¿Qué lo llevó a centrar el estudio en Nordelta?
– Hay muchísimos estudios académicos que piensan a los countries como islas de riqueza en un marco de pobreza. Visual y estéticamente es difícil pensar otra cosa. Pero a mí lo que más me interesaba observar no era tanto ese aislamiento, sino los intercambios, el mecanismo en el que las cosas entran y salen de un barrio privado. Entonces elegí Nordelta porque es uno de los que se piensa más cerrado, más autárquico, pero a la vez tiene un intercambio muy fluido de personas, de objetos y de información. Tiene cinco escuelas, una universidad, oficinas, centros médicos, un shopping, una laguna, centros deportivos, iglesias, sinagogas. En ese lugar que tiene la pretensión de ser tan autosuficiente, y que tiene tantos mecanismos de seguridad, entran más de 7000 personas a laburar. Y eso es lo que me interesaba estudiar: el sistema que funciona para establecer qué y quiénes entran y cómo funciona ese ingreso, sobre todo el de las empleadas domésticas.

– Frente a este intercambio selectivo, ¿se encontró con alguna barrera en el proceso de investigación?
– Yo llegué a la Argentina en 2008 y fue muy difícil porque no tenía contactos, y menos en las familias que viven ahí. Pasé cerca de ocho meses yendo todos los días a Nordelta desde Capital, y como no podía entrar al complejo me quedaba en los alrededores. Así empecé a conocer gente que trabajaba en la zona y empecé a pasar mucho tiempo en la parada de colectivos de Pacheco, que es donde las trabajadoras domésticas esperan la combi MaryGo para ingresar a Nordelta, ya que no entra el transporte público. Obviamente no fue fácil ser un hombre hablando en una parada con mujeres, y más siendo extranjero. Empecé a invitar a una amiga argentina que me acompañara y después a mi mujer, que estaba embarazada. Y eso ayudó muchísimo, porque las empleadas me hablaron con mayor confianza. Como a los seis meses de estar ahí todos los días llegué a algo que se llama en antropología o sociología “saturar el campo”, que es cuando uno siente que ya había visto todo. Sin embargo, yo sentía que en ese lugar pasaban muchas más cosas que las que se veían. Entonces un lunes, por primera vez, fui con la cámara y me puse a grabar. Y ahí llegaron los guardias y me amenazaron para que me fuera. También llegó la policía, que trabaja en Nordelta cuando no está de turno. Desde entonces fui una molestia para ellos.

– ¿Cómo pudo llegar a las familias?
– Un tiempo después, empecé a dar clases en la Di Tella y me hice amigos que tenían conocidos en Nordelta. Recién entonces, después de ocho meses, pude empezar a trabajar con familias. Con algunos solo pude hacer una entrevista en profundidad, mientras que con otros con los que tuve más confianza trabajé varios meses. Iba a comer, tomar un té, hacer un asado. Les pedí que me hicieran un recorrido por el barrio para ver cómo lo presentaban, o que me hicieran un recorrido por su casa. Revisaba sus álbumes de foto y me mostraban su historia familiar. También pude empezar a entrevistar a personajes claves como inmobiliarios, gente de la Asociación Vecinal de Nordelta, administrativos del barrio, etc.

– ¿Lo sorprendió lo que observó en ese trabajo de campo?
– Sí, porque yo todavía tenía esta idea de countries como islas. No pensé que el intercambio de lo que entraba y salía del barrio iba a ser tan desigual y jerárquico. Además, mi tesis fue mutando porque en el camino noté que había un cambio en la ética de la clase alta argentina.

– ¿Qué tipo de cambio?
– Nordelta no es la aristocracia, pero es una élite. La élite del siglo XIX y XX había estado involucrada, de alguna manera, en el devenir del país. En él se jugaban el prestigio, la salvación, su vida, su nombre y el de su casa. Era gente que se preocupaba porque hubiera cierto desarrollo, ciertos logros. Obviamente, todo esto venía de la mano de la riqueza personal, pero la misma estaba involucrada con el desarrollo del país. Era una élite muy tradicional, enfocada al espacio público. Lo que yo encontré en esta élite del siglo XXI, en cambio, es que ahora se juega su vida, su salvación, en la ética del bienestar, que es la ética del confort.

– ¿En qué consiste la ética del confort?
– Significa que ellos quieren dirigir su vida hacia el vivir bien, que se define por una vida confortable, con la familia, en cercanía a la naturaleza. Esta es una élite que tiene una vida mucho más cercana al espacio doméstico que al espacio público. Y esto se vincula mucho con el macrismo y con la ONG El Arte de Vivir, con una búsqueda espiritual que es mucho más individual. No se hace parte del devenir del país sino que es una salvación primero individual y segundo familiar. Los barrios cerrados se masificaron en los 90, al menos como countries. Antes existía como segunda vivienda. Pero en los 90 se masifica como primera vivienda de clase media alta. Son barrios exclusivos, y exclusivos quiere decir excluyentes. Se busca producir una vida sin grandes perturbaciones, sin grandes peligros. Por eso este enfocarse en impedir que entren cosas amenazantes.

– ¿Dentro de esas amenazas que quieren mantener a raya se encuentran los trabajadores?
– Sí, totalmente. Ellos ven a los trabajadores como una amenaza. Obviamente, hay distintos tipos de trabajadores. Por ejemplo, su empleada doméstica es menos amenazante que la de otros. A su vez, las empleadas domésticas son menos amenazantes que los obreros de la construcción, que entran por otro acceso, con buses de la constructora. También hay pileteros, jardineros, profesores, guardias de seguridad, cada uno con distinto nivel de peligrosidad. Una anécdota: una vez fui a hablar con una propietaria –así se llaman a sí mismos, propietarios: la propiedad los define–, estaba enferma y no estaba la empleada doméstica. Le pregunté: “¿Por qué no está? ¿No necesitas ayuda?”. Y me contestó: “Le dije que no viniera porque estoy enferma. Ella viene de afuera, ¿Sabes los bichos que debe traer? Puede traer hasta dengue”. Hay cosas, entonces, que se traerían de afuera y que hay que controlar, porque este es un lugar seguro, confortable. No es solamente que se vayan a robar algo, es lo que traen y se llevan. Es mucho más amplio: desde los microbios hasta el guaraní, que también es visto como una contaminación o una amenaza.

– ¿Qué papel juega el transporte en ese intento por controlar lo amenazante?
– Uno de los mecanismos más comunes para promover la segregación residencial tiene que ver con no dejar que llegue el transporte público. El 60 siempre ha querido ingresar pero nunca lo han dejado. Hay que tener en cuenta que la calle principal de Nordelta, la troncal, es una calle del estado. La construyó Nordelta y la cedió. ¿Cuál fue el trato que hicieron? Nordelta llegó a un convenio con el Municipio para poder tenerla cerrada por diez años a cambio de ciertas obras de infraestructura. Cuando llegó el 2010 y se cumplieron los diez años, empezó la discusión: ¿Ahora qué hacemos? Como Nordelta S.A. había vendido tantos lotes, había hecho tanta plata, no le importó mucho que la calle se abriera. Hay que distinguir a los actores de Nordelta: por un lado está Nordelta S.A., que es la compañía de Costantini que hizo todo el proyecto; por otro lado está la Asociación Vecinal de Nordelta, que es controlada por Costantini pero tiene participación de los residentes; y, finalmente, están los vecinos en general, que fueron los que se espantaron ante la posible llegada del transporte público. Se alarmaron porque iba a poder entrar gente distinta, iban a perder el control y, sobre todo, porque eso podría implicar una baja en el valor de sus terrenos. Ellos empezaron a exigir a Nordelta S.A. que pusiera más guita para infraestructura y negociara con el Municipio. Y así estuvieron hasta el día de hoy, invirtiendo para evitar que entre el 60. Me han dicho: “¿Pero vos has visto la gente que anda en el 60? Son los Roldán, pero más sudados!”. Otro vecino: “¿Te imaginás? Tendríamos todo lleno de negritos meándonos el lago”. Y una vez, cuando le conté a un propietario que había ido en tren desde Capital, me miró serio, se tapó la cara como el niño de Sexto Sentido y dijo: “I see black people”.

– ¿El único medio de transporte que tienen las trabajadoras domésticas para ingresar, entonces, son las combis privadas de MaryGo?
– Sí, las empleadas tienen muchos problemas para entrar en algo que no sea el transporte privado. Si ellas quisieran entrar en auto, la normativa de Nordelta se los hace muy difícil, porque no dejan ingresar autos de cierto año hacia atrás. Si no tenés el seguro al día tampoco podes entrar. Lo mismo con la moto. Y algo parecido pasa con las bicicletas. Ellas podrían entrar en bici, pero a todas las que vienen desde Pacheco les dicen que no porque no hay ciclovías. La pregunta es ¿por qué sí hay ciclovías por las partes que andan los residentes? Ahora las empleadas solo cuentan con los buses de MaryGo. No ha sido la única empresa en entrar. Lo que pasa es que hay un contrato de exclusividad de palabra con MaryGo.

– MaryGo tiene dos servicios. Un servicio interno para las trabajadoras y otro servicio de combis que viajan hasta Capital. Las empleadas domésticas  denunciaron en las últimas semanas que esas combis que van hasta Capital no frenan a recogerlas por un pedido de los propietarios. ¿Presenció alguna situación de este tipo durante su trabajo de campo?
– MaryGo no tiene suficiente flujo para tener una frecuencia buena. Entonces, las empleadas tienen que esperar muchísimo tiempo para poder subir. Y muchas veces cuando llega el bus no para y tienen que esperar aún más. Pero además del problema de frecuencia, están las microdiscriminaciones que las trabajadoras han mencionado tanto en estos días. Durante los dos años que estuve acá viajé mucho en MaryGo y lo vi de primera fuente. Los propietarios muchas veces han pedido a los choferes que no paren. Suelen decir que el bus va lo suficientemente lleno, aun cuando hay asientos disponibles. El chofer no tiene tanta capacidad de negociación, aunque a veces no les hacen caso y paran igual. También escuché a las propietarias decir lo del olor. Lo tengo en mi cuaderno de campo, lo oí varias veces en los buses. Decían que les molestaba el olor de las empleadas, el tipo de jabón o shampoo que usaban, o decían que estaban muy sudadas. También ponen el bolso o la cartera para que no se sienten al lado de ellos. Lo curioso, además, es que después son los mismos empleadores los que se quejan que las empleadas no lleguen a tiempo. Obviamente que esto no lo hacen todos, porque en Nordelta hay 50.000 personas y hay gente distinta que sí le importa que sus empleadas viajen bien.

– Esas largas esperas en la parada permitieron que las empleadas pudieran intercambiar sus experiencias y luego se animaran a reclamar condiciones dignas...
– Sí. Y eso a los empleadores no les gusta mucho. Siempre tratan de limitar que se junten entre ellas, porque empiezan a intercambiar información ¿Cuánto te pagan a ti? ¿Quién está en negro? ¿Cuáles son tus condiciones laborales? Me acuerdo que justo la semana que llegué habían echado a una empleada doméstica. Pregunté qué pasó y una propietaria me dijo: “Me pidió permiso para salir con otras tres empleadas en la noche. Dejó todo limpio a las 10 y se fue a conversar con las amigas. Fueron hasta el shopping    –que queda a 40 minutos caminando– y volvieron a las 2 de la mañana”. A los empleadores les pareció que era demasiado tarde, que no correspondía. Echaron a las cuatro y también lograron que echaran al guardia que las había dejado salir. Terrible. En Nordelta pasa esto que hay una cierta responsabilidad de los dueños de casa de todo lo que entra. Si ellas rompen algo o hacen alguna manifestación, es culpa de los propietarios. Ellos son los multados. Por eso mismo se sienten con el derecho de decir “tú no puedes salir”.

– Esta discriminación ha sido muy comparada en los últimos días con el apartheid, ¿qué opina?
– Mi tesis no partió por el racismo y terminó teniendo bastante de raza. El apartheid planteó dividir la sociedad en tipos de razas y cada una tenía accesos diferenciados. Acá también se hacen distinciones, pero tienen que ver más con la clase. Acá dividen por tipos de ciudadanos. Hay algunos que son ciudadanos apropiados, que son los que pertenecen; otros que son los extraños temporalmente aceptados, que son los trabajadores; y después están los extraños, que no son aceptados. Muchas veces se presenta a los barrios cerrados como un producto del poscapitalismo y neoliberalismo. Y en parte puede ser cierto. Pero lo que yo hago es pensar una genealogía del racismo en la Argentina: cómo los barrios cerrados son simplemente un huevo en la góndola de la larga cadena de construcción racista en la Argentina, que comenzó con la formación del estado-nación, con el intento de excluir a los pueblos originarios, a ciertos tipos de inmigrantes, a la figura del gaucho (luego recuperada). Hay toda una construcción racista de quiénes son los ciudadanos apropiados y cuáles son esos otros que ojalá estén lo más lejos posible y no contaminen la salud de nuestro pueblo. Además, dentro de Nordelta hay muchísimos procesos de distinción internos, no solo entre barrios sino entre habitantes: se habla mucho de los nuevos ricos, por ejemplo, que son los que tienen el capital económico para pertenecer pero no el cultural.

– ¿Qué otros tipos de discriminación hacia las empleadas encontró durante el trabajo de campo?
– Hay muchos tipos de maltratos. Violencia sexual y física no vi. Pero es probable que pase, porque una de las formas de violencia más comunes en el empleo doméstico en Latinoamérica es que las consideren parte del inventario de la casa. Sí vi que limitan mucho sus movimientos. No solo muchas veces no pueden entrar, sino que cuando entran no pueden salir. O pasa que no pueden caminar por ciertas calles, o no pueden atravesar un parque. Además, en más de un tercio de los casos que yo estudié las revisaban al entrar y salir de las casas por miedo a que roben. Y muchas veces las empleadas domésticas me dijeron: “Los primeros días sentía que me ponían pruebas para ver si soy confiable. Encontré cosas que nunca más vi después: debajo de un chaleco dejaban un montón de dólares, o dejaban a la vista unos aretes bonitos”. Si desaparece algo, obviamente las primeras culpables van a ser ellas. También pasa –y esto tiene que ver más con el empleo que con el country– que les ponen dificultades para comer. En el caso extremo conocí a un par de chicas que no las dejaban abrir la heladera. También hay violencia verbal por el aspecto físico. Porque a veces se da una especie de transmisión del gusto legítimo y las propias empleadas domésticas empiezan a valorar las cosas que valoran sus patrones. Muchas de ellas quieren ser apropiadas, quieren verse bien y se tratan de comprar las mejores ropas. Entonces es mucho más violento cuando les dicen “mirá tus uñas, están sucias” o “tu pelo parece cualquier cosa”. Para ellas es muy violento.

– ¿Los chicos y adolescentes también discriminan a las trabajadoras?
– Sí, reproducen la discriminación que ejercen sus padres. Incluso más. Los padres sienten la necesidad de explicar “Nordelta no es así como lo pintan. Yo he trabajado mucho para poder estar acá”. Los hijos nada que ver. “Somos la crème de la crème” me dijo uno una vez. La empleada para ellos es alguien que vive en la casa y está todo el día con ellos, desde que nacieron. Y muchas veces los límites no están claros. Cuándo corresponde pedir algo y cuándo no, qué forma parte de su trabajo y qué no. Y un tipo de discriminación que suele darse es el menosprecio, el ponerla en su lugar, el disponer de ellas de muchas maneras y a cada instante o el ser descuidado y dejar todo sucio.

– ¿Qué opina sobre la reciente atención que despertó la protesta de las trabajadoras en la sociedad?
– Yo creo que estas cosas son muy fugaces. No sé cuánto de esto se va a traducir en mejoras en las condiciones de las mujeres. Hay que ver cómo se transforma el fenómeno de los countries en general, porque Nordelta es el que está ahora señalado, pero hay 600 más de este tipo en el resto de la provincia de Buenos Aires. ¿Cuál es la política más allá de los casos particulares? ¿Cuál es la política pública que hay detrás del cerramiento del espacio, no solo en términos de planificación urbana sino también respecto del empleo doméstico? Ya hubo un enorme movimiento para poner a las empleadas domésticas en blanco y revisar su situación, pero aún falta muchísimo y sigue siendo un rol muy invisibilizado.

https://www.pagina12.com.ar/159575-el-apartheid-por-dentro

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Pilar, el principal reflejo del “Mundo Privado” de Patricia Rojas

La periodista escribió un libro sobre la percepción de los adolescentes del universo country. Asegura que el distrito es único en el planeta con relación al desarrollo y al estilo de vida que se generó en apenas una década.

Por Aníbal Mon.

De los marginales “Pibes del fondo” que le dieron nombre a su primer libro, la periodista Patricia Rojas pasó a indagar el “mundo privado” de los chicos del country como una forma de disipar sus propios prejuicios y los ajenos.

“La gente que no vive en un country y que nunca visitó uno tiene muchas ideas formadas. Por eso, creí que entrar por la mirada de los jóvenes era como una mirada menos prejuiciosa. Sentí que a estos lugares que a mí también me generaban prejuicios, si yo entraba por la mirada de ellos podía intentar algo desde otro lugar y no desde el mío”, le contó a El Diario durante una entrevista exclusiva la autora de, precisamente, Mundo Privado, su más reciente obra que acaba de ser editada.

- ¿Qué es lo primero que se encontró al ingresar a este mundo privado?
- Empecé a ver que quienes elegían barrios privados no eran grupos de elite o tradicionales como los que se pueden encontrar en Tortugas o en Los Lagartos, sino que empiezan a ser una opción para gente que en vez de pagar un tres ambientes en Barrio Norte elige señar un terreno acá. Con los primeros que me contacto fue con unos papás que tienen tres hijos en Abril (Hudson) y que estaban como muy disconformes con esto de vivir ahí. Empecé a ver todas las estrategias de estos padres para que los chicos no sientan que esa era la realidad. Estos chicos, para no quedarse presos de esa única realidad, hacen el esfuerzo de ir tres veces por semana al Club Estudiantes de La Plata y juegan al fútbol con chicos de potrero; pero manifiestan un cansancio.

- ¿Viven como un trauma los adolescentes este choque entre el country y la realidad externa?
- Lo que me sorprendió es que ellos con mucha más claridad que sus padres y con mucha más frescura lo viven como un trauma; señalan que los chicos de afuera son distintos. Pero también están los chicos muy adaptados que disfrutan de tener plata de estar en esos lugares que creen privilegiados. Además, me encontré con chicos que no encajan en los countries. Hablando con una madre me encontré también con el caso de su hijo que sufre ataques de pánico cada vez que se sube a un colectivo.

- ¿La burbuja se revienta contra la realidad?
- Pero es una mirada perezosa decir está en una burbuja y listo. Casi todos los adolescentes están como en una burbuja porque están creando su mundo, pero el tema es ver qué pasa cuando ese mundo está tan pautado y cuando es tan distinto al afuera.

- Sin embargo estos mundos ideales que muchos fueron a buscar a los countries empiezan a contaminarse con cosas del afuera, como la inseguridad.
- Un chico de Highland me decía que ahí se escuchaban tiros cada dos por tres. Yo veía que los papás trataban de minimizar el tema o sostenían el argumento, que es cierto, que afuera hay más robos que adentro. En cambio los chicos te cuentan desde el primer robo hasta el último que hubo en su country, los tienen muy claros. Viven como puede vivir cualquier chico del Conurbano el tema de la inseguridad, lo viven como algo cotidiano. Lo que sí sentí en Pilar es como están más sensibles o se sienten más proclives a que algo les pueda pasar. Al haber más countries en Pilar ha habido más casos y también más espectaculares. Noto en los relatos más sensibles a los chicos de Pilar que por ejemplo a los de San Diego o en Abril. Lo que sí descubrí es que en todos los countries hubo robos y que no todos aparecieron en los diarios.

- ¿Se da de alguna manera el ocultamiento de algunas cosas que suceden en los countries con el fin de preservar el estatus social?
- Si, muchas veces los actos de vandalismo que cometen los chicos son minimizados con ese objetivo. Primero porque no los pueden multar; hay chicos que se jactan diciendo que les hicieron seis informes en una semana. Los chicos empiezan a percibir que eso límites en los que sus padres confiaban ya no los detienen. Porque muchos padres depositan los límites de sus hijos en las vallas y en los guardias. Y se empieza a ver que a los guardias no les hacen caso. Ante el tema del consumo de alcohol de los adolescentes, también se busca una solución por el lado de los guardias y debido a que en algunos barrios se establece que cuando llega un delivery de bebidas alcohólicas no pueda entregarse sino hay un mayor en la casa.

- ¿Es un mundo de mucho materialismo o también prevalecen otros valores?
- Encontré materialismo pero también me encontré con otras cosas. Me encontré con chicos por ejemplo en Los Lagartos, muy distintos a mí y a como yo viví mi juventud, pero para los que era muy importante la lealtad, los amigos. Hay chicos que tienen valores, que están preocupados por la burbuja y por el lugar en el que están viviendo.

- Tras haber recorrido todo el circuito country, ¿considera que Pilar es el epicentro de este mundo privado?
- Por los números sí. El 67% de la población que en este momento vive en este estilo de vida está en Pilar. La Capital Federal pierde un 10% de la población en el momento que Pilar crece. Me parece que Pilar en un lugar único que no existe en ningún lugar del mundo. He leído bibliografía de Brasil con el caso de Alphaville (San Pablo); yo pensaba que por ahí Alphaville se parecía a Pilar porque en cuanto a números y a cantidad de gente que vive es similar, pero es más comparable con Nordelta.

- ¿Qué diferencia a Pilar?
- Como partido, como boom en cuanto a cantidad de superficie edificada y en cuanto a gente que se mueve y al tema de servicios; realmente no hay parámetros para comparar algo igual y que se haya dado en un lapso tan corto de tiempo. Porque en Estados Unidos hoy viven más de 8,5 millones de personas en urbanizaciones cerradas pero esto se empieza a dar desde principios de los 60. Y además en Estados Unidos este estilo de vida va con la idiosincrasia de ellos; acá nosotros vivíamos una realidad más europea.

- En las entrevistas con los adolescentes, ¿notó algún conflicto entre el pueblo y los countries, o el centro y el kilómetro 50?
- Lo primero que me sorprendió en la entrevista con Maylén (una chica del contry La Peregrina cuya historia aparece en el libro) es que ella no se sentía de los countries y contaba que compatibilizaba mejor con la gente del pueblo, pero me hablaba de la gente del pueblo como si fuera de otra raza. De hecho, fui con ella en colectivo hasta el pueblo y sentí esa actitud, percibí una manera de desenvolverse diferente. Tengo el recuerdo de caminar con ella por el country y de sentirse mirada, por esta cosa de pueblo chico que todo el mundo sabe quien sos, con quien andás y con quien estás de novia; y de ir por la ciudad mucho más relajada. La descripción de ella de tratar de atravesar la reja era como muy llamativa.

- ¿Cómo ve el futuro de estos chicos que atraviesan su adolescencia en el country?
- Todo esto me lleva a pensar con qué espíritu van a crecer estos chicos pensando en un país, en la Argentina; porque la luz la pagan ellos, la recolección de basura también, etc. Hay una antropóloga que desde hace cuatro años está haciendo un trabajo en Nordelta para ver si es real esto que muestran las publicidades de que se fundan nuevas comunidades. ¿Es verdad que eso es una comunidad? Y no, si no te conocés con el de enfrente y si el club house no es un espacio común no es una comunidad; hay chicos que señalan que en el club house no se encuentran con nadie. Creo que los chicos son los principales críticos de estos lugares y que algo tiene que suceder: o llegan a un punto de quiebre en el que se van a la ciudad, o tienen trastornos. La realidad siempre se filtra, siempre hay alguna grieta. En algún momento te topás con la realidad.

- Algunos vaticinan que el modelo country está en retracción. ¿Usted qué opina?
- Cuando veo a revistas como la Veintitrés que dicen que es un modelo que ya no va más me parece que es porque hay gente que se va, como habrá habido gente que se ha ido de Pilar a la Capital o al revés. Por ahí esto hace cinco años no se escuchaba porque tal vez había un acuerdo tácito de no criticar a esa comunidad que en algún punto era ideal. Me parece que el crimen de García Belsunce marcó definitivamente un antes y un después; no se puede volver a hablar de un country sin tenerlo en cuenta.

- Más allá de los descriptivo y de los relatos de los chicos, ¿cómo analiza usted personalmente este mundo viéndolo en perspectiva?
- Me lleva a pensar el tema de la privatización del espacio que ya casi triplica el espacio de la Capital de Federal y con lo que ha crecido durante el 2006 va a aumentar a más de tres veces. Me parece que vamos hacia un modelo como el de la ‘brecha urbana’ que marca Maristella Svampa en su último libro: cada vez más pobres más distanciados de los más ricos.

http://anibalmon.blogspot.com/2007/05/pilar-el-principal-reflejo-del-mundo.html

10/11/20

Trabajo y Ciudadanía

¿Qué es el trabajo?

El trabajo, en un sentido literal, es el “esfuerzo humano aplicado a la producción de la riqueza”. El trabajo es una actividad contraria al ocio, y persigue un fin generalmente económico, productivo y/o social. 

- Actividad productiva: El trabajo implica realizar una actividad productiva con el objetivo de crear bienes o servicios. Puede involucrar la utilización de habilidades, conocimientos y esfuerzo físico para generar un resultado tangible o intangible.
- Compensación: Por lo general, el trabajo se realiza a cambio de una compensación, que puede ser salarial, en forma de salario, sueldo, comisiones u otros beneficios. La compensación es una motivación económica para que las personas participen en el proceso laboral.
- Organización y estructura: El trabajo a menudo se lleva a cabo en un entorno organizado y estructurado. Las organizaciones establecen roles, responsabilidades y jerarquías para asegurar la eficiencia y la consecución de objetivos.
- Finalidad y objetivos: El trabajo tiene una finalidad específica y se lleva a cabo con el objetivo de lograr metas o resultados específicos. Ya sea en el ámbito profesional, personal o social, el trabajo contribuye al logro de objetivos individuales o colectivos.
- Diversidad de actividades: El trabajo puede abarcar una amplia gama de actividades y ocupaciones. Puede incluir tareas manuales o intelectuales, estar orientado hacia la producción de bienes o la prestación de servicios, y realizarse en diversos sectores como la industria, la salud, la educación, entre otros.

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¿Cómo evolucionó el trabajo a lo largo de la historia de la humanidad según la teoría de los modos de producción?

- Modo de producción primitivo: En las sociedades cazadoras-recolectoras, las personas vivían en comunidades pequeñas y la producción estaba principalmente orientada hacia la satisfacción de las necesidades básicas del grupo. No había propiedad privada de los medios de producción y la distribución de recursos era relativamente igualitaria. El trabajo estaba principalmente relacionado con la obtención de alimentos y la fabricación de herramientas simples.
- Modo de producción esclavista: Con el surgimiento de la agricultura y el desarrollo de la división del trabajo, surgieron sociedades con una estructura más compleja. En estas sociedades, una clase dominante de propietarios de esclavos controlaba los medios de producción y explotaba el trabajo de los esclavos para su beneficio. El trabajo estaba fuertemente dividido, con una minoría privilegiada disfrutando de los frutos del trabajo de la mayoría esclava.
- Modo de producción feudal: Tras la caída del Imperio Romano, Europa experimentó un período feudal en el que los señores feudales controlaban la tierra y los campesinos trabajaban en ella a cambio de protección y el derecho a utilizar parcelas de tierra. Este sistema se basaba en relaciones de servidumbre y en un sistema de vasallaje. El trabajo estaba organizado en torno a la producción agrícola y a las relaciones de dependencia personal.
- Modo de producción capitalista: La Revolución Industrial marcó el surgimiento del capitalismo como el modo de producción dominante en muchas partes del mundo. En este sistema, los medios de producción son de propiedad privada y el trabajo se organiza en torno a la búsqueda de beneficios. Los trabajadores venden su fuerza laboral a los capitalistas a cambio de un salario. El trabajo se especializa aún más y se vuelve más mecanizado con el tiempo, lo que aumenta la productividad pero también la alienación y la explotación de los trabajadores.


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¿Qué es el capitalismo y qué características tiene?

El capitalismo se define como un sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción, el libre mercado y el aumento del capital. Desde su establecimiento pleno en el siglo XIX, gracias a la revolución industrial, el capitalismo ha adquirido modalidades diferentes en cada contexto histórico. Sin embargo, en medio de la diversidad de sus expresiones, existen un conjunto de características esenciales a todos los modelos.

- Propiedad privada de los medios de producción: En el capitalismo, los medios de producción, como tierras, fábricas y empresas, son predominantemente de propiedad privada. Los individuos o empresas privadas tienen el derecho de poseer, controlar y gestionar estos recursos productivos.
- Busqueda de ganancias: En el capitalismo, las empresas buscan maximizar beneficios. La acumulación de capital es un objetivo central, ya que las empresas reinvierten sus ganancias para expandir operaciones, innovar y competir en el mercado.
- Competencia: La competencia es una característica inherente al capitalismo. Las empresas compiten entre sí por clientes, recursos y mercado. Se espera que esta competencia conduzca a la eficiencia económica, la innovación y la mejora continua de los productos y servicios.
- Ley de oferta y demanda: Es un principio económico que establece que, en un mercado competitivo, el precio y la cantidad de un bien o servicio se determinan por el equilibrio entre la cantidad demandada por los consumidores y la cantidad ofrecida por los productores. Cuando la demanda de un producto aumenta y la oferta permanece constante, el precio tiende a subir; mientras que si la oferta aumenta y la demanda se mantiene constante, el precio tiende a bajar. 
- Reconoce la libertad de trabajo: El crecimiento del capital depende de la fabricación de bienes de consumo a gran escala y de la oferta de servicios. Para que esto sea posible, es necesaria la contratación de fuerza de trabajo (personal obrero, técnico y administrativo). La relación del capitalista con el trabajador se establece en condiciones de libertad. Esto quiere decir que el empleado el libre de aceptar o no el trabajo según sus intereses, obligaciones y capacidades.


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¿Qué es el mercado laboral?

Se llama mercado laboral o mercado de trabajo al total de las relaciones en una sociedad determinada entre quienes buscan empleo remunerado (solicitantes) y quienes ofrecen empleo o demandan empleados (empleadores). En otros términos, se llama así al total de la oferta y la demanda de empleo en un país, una ciudad o una región específica.

El mercado laboral posee particularidades respecto al de los bienes de consumo o los servicios, sobre todo porque contempla un área clave de la economía y de la sociedad. Está fuertemente regulado por las leyes laborales, emitidas por el Estado para garantizar a los trabajadores el respeto de sus derechos y beneficios, llamados lógicamente derechos laborales.

>> Recurso >> ¿Qué es el mercado laboral?
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¿Qué indicadores económicos se utilizan para comprender el funcionamiento del mercado laboral?

- Población económicamente activa: La Población Económicamente Activa (PEA) se refiere al segmento de la población en edad laboral (generalmente entre 18 y 64 años) que está dispuesto y capacitado para participar en actividades económicas, ya sea trabajando o buscando empleo. La PEA incluye a las personas empleadas y a aquellas que están desempleadas pero activamente involucradas en la búsqueda de trabajo.
- Empleo. Este indicador refleja la capacidad del sistema para generar oportunidades de trabajo remunerado y establece la dinámica entre la oferta y la demanda de empleo. Una tasa de empleo alta generalmente indica un mercado laboral saludable y una economía en crecimiento, mientras que una tasa baja puede señalar problemas como el desempleo estructural, la falta de oportunidades laborales o la sub-utilización de la fuerza laboral.
- Subempleo: Esta tasa mide la proporción de personas que están trabajando a tiempo parcial o en empleos por debajo de su nivel de habilidad y experiencia debido a la falta de oportunidades a tiempo completo. 
- Desempleo: La tasa de desempleo es  de los indicadores más directos del mercado laboral. Representa el porcentaje de la fuerza laboral que está desempleada y busca activamente empleo. Una tasa de desempleo alta puede indicar dificultades económicas, mientras que una baja podría señalar un mercado laboral más robusto.

>> Recurso >> Población Económicamente Activa
>> Recurso >> La evolución de la Población Económicamente Activa en la Argentina

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¿Cuáles son las modalidades del trabajo que existen en la actualidad?

- Trabajo en relación de dependencia: Se refiere a la relación laboral en la que un individuo, denominado empleado, presta sus servicios a una entidad, empresa o empleador. En este contexto, el empleado está subordinado al empleador, quien tiene autoridad y control sobre las condiciones de trabajo, el horario y las tareas asignadas. A cambio, el empleado recibe una remuneración acordada.
- Trabajo autónomo o cuentapropista: El trabajo autónomo implica que un individuo ejerce una actividad económica por cuenta propia, sin estar subordinado a un empleador. Los trabajadores autónomos, también llamados cuentapropistas, son responsables de su propia gestión, toma de decisiones y condiciones laborales. Pueden ofrecer servicios a múltiples clientes y tienen más flexibilidad en la organización de su trabajo.
- Cooperativismo: El cooperativismo es un modelo socioeconómico y empresarial basado en la cooperación y la propiedad colectiva. Las cooperativas son organizaciones autónomas de personas que se unen voluntariamente para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales a través de una empresa de propiedad conjunta y operación democrática. Los beneficios se distribuyen equitativamente entre los miembros.
- Voluntariado: El voluntariado implica la prestación de servicios o trabajo sin recibir una remuneración económica directa. Los voluntarios dedican su tiempo y habilidades a actividades benéficas, sociales o comunitarias con el objetivo de contribuir al bienestar de otros o apoyar causas sociales. Es una acción realizada de manera libre y desinteresada.
- Esclavitud: El trabajo esclavo es una forma de explotación laboral en la que las personas son forzadas a trabajar contra su voluntad, generalmente en condiciones inhumanas. Los trabajadores no tienen control sobre sus condiciones laborales, no reciben remuneración justa y a menudo son sometidos a violencia, restricciones de libertad y abusos. El trabajo esclavo es ilegal y viola los derechos humanos fundamentales. La comunidad internacional condena esta práctica y trabaja para erradicarla.

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¿Qué es la orientación vocacional?

La orientación vocacional es un proceso que busca ayudar a las personas a descubrir y elegir una carrera o profesión acorde a sus intereses, habilidades, aptitudes y valores. Su objetivo principal es proporcionar apoyo y orientación para que las personas tomen decisiones informadas sobre su futuro profesional.

Durante el proceso de orientación vocacional, se utilizan diferentes herramientas y técnicas para explorar los intereses, habilidades y valores de la persona. Esto puede incluir evaluaciones psicológicas, cuestionarios de personalidad, entrevistas, análisis de habilidades y capacidades, así como la exploración de diferentes opciones y oportunidades educativas y laborales.

La orientación vocacional ayuda a las personas a comprender mejor sus propias fortalezas y debilidades, identificar las áreas en las que podrían tener éxito y explorar las diferentes opciones de carrera disponibles. También brinda información sobre el mercado laboral, las perspectivas de empleo, los requisitos educativos y las trayectorias profesionales en diferentes campos.

>> Recurso >> ¿Cómo descubrir tu vocación? 

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¿Por qué estudiar es una inversión?

- Desarrollo de habilidades: Al estudiar, adquieres conocimientos y desarrollas habilidades que son valiosas en el mercado laboral. Estas habilidades pueden aumentar tu empleabilidad y abrir nuevas oportunidades profesionales.
- Aumento de ingresos a largo plazo: La educación suele estar asociada con mayores ingresos a lo largo de la vida. Las personas con niveles más altos de educación tienden a tener salarios más altos y mayores oportunidades de ascenso en sus carreras.
- Adaptabilidad y resiliencia: En un mundo en constante cambio, la educación proporciona la capacidad de adaptarse a nuevas circunstancias y aprender nuevas habilidades. Esto es crucial en un entorno laboral que evoluciona rápidamente.
- Acceso a oportunidades: Una educación sólida puede abrir puertas y proporcionar acceso a oportunidades que de otra manera podrían ser inaccesibles. Esto incluye oportunidades laborales, becas, programas de formación especializada, entre otros.
- Red de contactos: La educación no solo te brinda conocimientos, sino que también te conecta con personas en tu campo de estudio. Estas conexiones pueden ser valiosas a lo largo de tu carrera, proporcionándote apoyo, consejos y oportunidades de colaboración.

>> Recurso >> Lo que no te enseñaron en el colegio sobre las finanzas personales

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¿Qué cosas tengo que tener en cuenta a la hora de elegir una carrera?

- Intereses y pasiones personales: Reflexiona sobre qué actividades te apasionan y en qué áreas tienes mayor interés. Escoger una carrera que se alinee con tus intereses aumenta la probabilidad de disfrutar tu trabajo a largo plazo.
- Habilidades y fortalezas: Evalúa tus habilidades y fortalezas en diversas áreas, como matemáticas, ciencias, humanidades, creatividad, etc. Elige una carrera que aproveche y desarrolle tus talentos naturales.
- Perspectivas laborales y demanda del mercado: Investiga las tendencias del mercado laboral y la demanda de profesionales en diferentes industrias. Optar por carreras con buenas perspectivas de empleo puede aumentar tus oportunidades de éxito profesional.
- Estilo de vida y valores personales: Considera cómo tu elección de carrera afectará tu estilo de vida y tus valores personales. Reflexiona sobre aspectos como la ubicación geográfica, el equilibrio entre trabajo y vida personal, el impacto social de la profesión, entre otros.
- Potencial de crecimiento y desarrollo profesional: Evalúa las oportunidades de crecimiento y desarrollo en la carrera que elijas. Busca programas educativos que ofrezcan posibilidades de especialización, capacitación continua y progresión en la carrera.

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¿Qué diferencias existen entre la escuela secundaria y la universidad?

1) Independencia académica:

- Secundaria: Los profesores suelen proporcionar una estructura más rígida, con horarios y asignaciones claramente establecidos. Los estudiantes tienen menos control sobre su plan de estudios.
- Universidad: Los estudiantes tienen más libertad académica. Pueden elegir sus horarios y cursos, y la responsabilidad de completar el trabajo recae en ellos. La universidad fomenta la autonomía y la autodisciplina.

2) Profundización:

- Secundaria: Los programas suelen ser más generales, proporcionando una educación básica en diversas áreas.
- Universidad: Los estudiantes eligen carreras específicas y se centran más en áreas de estudio especializadas. La universidad ofrece una oportunidad para una educación más profunda y especializada en el campo elegido.

3) Tamaño de las clases:

- Secundaria: Las clases son generalmente más pequeñas, con un número limitado de estudiantes.
- Universidad: Las clases pueden ser más grandes, especialmente en los primeros años. Los estudiantes pueden encontrarse en auditorios con cientos de compañeros. Sin embargo, también pueden tener clases más pequeñas a medida que avanzan en su especialización.

4) Evaluación:

- Secundaria: La evaluación suele basarse en tareas regulares, exámenes y participación en clase.
- Universidad: La evaluación puede depender más de exámenes finales y proyectos a gran escala. Los estudiantes pueden tener menos evaluaciones a lo largo del semestre, lo que requiere una mayor autodisciplina y gestión del tiempo.

5) Vida social:

- Secundaria: Los estudiantes suelen vivir en casa con sus padres o tutores, y hay una estructura social más preestablecida.
- Universidad: Muchos estudiantes viven lejos de casa, en residencias estudiantiles o apartamentos. Hay una mayor responsabilidad personal para la gestión del tiempo, la toma de decisiones y la creación de redes sociales.

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¿Para qué sirve un curriculum vitae?

- Solicitar empleo: El CV se utiliza para postular a puestos de trabajo, ya sea en respuesta a una oferta de empleo específica o como una solicitud espontánea. Es la primera impresión que el empleador o reclutador tiene de ti y es fundamental para destacar tus cualificaciones y captar su interés.
- Destacar tu formación académica: El CV incluye información sobre tu educación, como títulos obtenidos, instituciones educativas y logros académicos relevantes. Esto es especialmente importante para empleos que requieren una formación específica o un nivel educativo determinado.
- Demostrar tus habilidades y competencias: A través del currículum, puedes resaltar tus habilidades, tanto las habilidades técnicas específicas relacionadas con el trabajo como las habilidades transferibles, como la capacidad de comunicación, trabajo en equipo, liderazgo, entre otras. Esto ayuda a los empleadores a evaluar si tienes las competencias requeridas para el puesto.
- Presentar tu trayectoria profesional: El CV proporciona un resumen cronológico de tus empleos anteriores, lo que permite a los empleadores ver cómo has progresado en tu carrera y qué responsabilidades has tenido en cada puesto. Esto les da una idea de tu historial laboral y tu nivel de experiencia.
- Apoyar tu entrevista: El currículum vitae sirve como una guía para la entrevista de trabajo, ya que proporciona una base para discutir tus logros, habilidades y experiencia. Los empleadores pueden utilizar tu CV como punto de partida para hacer preguntas y profundizar en tu experiencia durante la entrevista.

¿Qué partes tiene un curriculum vitae?

- Información personal: Incluye tu nombre completo, dirección de contacto, número de teléfono y dirección de correo electrónico. También puedes agregar en esta sección enlaces relevantes, como tu perfil de LinkedIn o un sitio web profesional, si los tienes.
- Formación académica: Indica tu educación formal, comenzando por los títulos universitarios o de posgrado. Incluye el nombre de la institución educativa, el título obtenido, las fechas de estudio y cualquier distinción relevante, como honores o becas.
- Experiencia laboral: Enumera tus empleos anteriores en orden cronológico inverso, comenzando por el más reciente. Incluye el nombre de la empresa, tu puesto, las fechas de empleo y una descripción concisa de tus responsabilidades y logros en cada puesto.
- Habilidades y competencias: Destaca las habilidades específicas que posees y que son relevantes para el puesto al que estás aplicando. Puedes incluir habilidades técnicas, conocimientos de idiomas, software o herramientas específicas, así como habilidades interpersonales relevantes.
- Referencias: Puedes incluir referencias laborales o personales al final de tu currículum o mencionar que están disponibles a solicitud. Asegúrate de obtener el consentimiento previo de las personas que vas a incluir como referencias.

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¿Cómo buscar trabajo por Internet?

- Bumeran. Es una de las páginas de búsqueda de empleo mejor posicionada en el país y Latinoamérica. Tiene su propia aplicación, facilitando el acceso a ella y el seguimiento de tu cuenta. Te permite usar los filtros de búsqueda que necesites, ya sea seleccionar provincia y localidad, profesión, puestos u otros detalles. Es muy fácil de navegar tanto para los candidatos como para las empresas. 
- Computrabajo. Otra web de empleo líder en Latinoamérica con presencia en 19 países. También tiene su propia app. Para tener acceso a los avisos que se publican en el sitio sólo hay que registrarse e ingresar el CV a través de un formulario. La plataforma es atractiva, sencilla y muy funcional. Informa el número de ofertas, las muestra según el área de trabajo y la localización del lugar del empleo. También la cantidad de CV ingresados. Sus filtros permiten ubicar el lugar del trabajo, el tipo de contrato, de jornada, el salario y la categoría. Y una vez que se postula, se puede conocer el estado actual de la candidatura.
- ZonaJobs. Este portal de empleo se centra en Argentina pero funciona también en otros seis países de Latinoamérica. No tiene app. Las ofertas de empleo se organizan por su ubicación y fechas de publicación. Es una página muy sencilla de navegar y utilizar, hay búsquedas de empleos que se pueden filtrar por fecha de publicación, por provincia, salario, nivel laboral, área, tipo de puesto, etc.
- BuscoJobs. Con trascendencia internacional, este sitio busca posicionarse entre los portales de búsqueda de empleo líderes del mundo. No sólo se podrá subir el CV si no consultar las distintas ofertas laborales. Permite a las empresas exponer los detalles del puesto de trabajo para que los interesados se apunten. Además, facilita la publicación de proyectos para aquellas necesidades laborales puntuales. Es muy sencillo de navegar. 
- Adecco. Aparte de ser un portal para la búsqueda de empleo como los anteriores, Adecco se concentra en un área más particular que es la de Recursos Humanos. Tiene más de 50 años funcionando en todo el mundo -su base está en Suiza- como proveedor de soluciones integrales en esta categoría. Ofrece consultoría, suministro y selección especializada de personal. También capacitación y desarrollo profesional. 

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¿Cuáles son las consecuencias que tiene el considerar al trabajo tanto como una mercancía como un derecho?

Por un lado, como mercancía, el trabajo se rige por las leyes del mercado, donde la oferta y la demanda determinan su valor. Esto puede llevar a fluctuaciones en salarios y condiciones laborales según la situación económica, beneficiando a los empleadores en períodos de alta oferta de mano de obra y perjudicando a los trabajadores en estos mismos contextos. La visión del trabajo como mercancía puede incentivar la eficiencia y productividad, pero también puede deshumanizar a los trabajadores, tratándolos como recursos reemplazables.

Por otro lado, considerar el trabajo como un derecho implica reconocer su importancia fundamental para la dignidad humana y el desarrollo personal y social. Esto exige la implementación de políticas que garanticen acceso al empleo, condiciones laborales justas, y protección contra el desempleo y la explotación. Al tratar el trabajo como un derecho, se promueve la igualdad y la justicia social, asegurando que todos los individuos tengan la oportunidad de contribuir a la sociedad y vivir con dignidad.

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¿Qué es un trabajo decente?

Un trabajo decente es aquel que proporciona a los trabajadores condiciones laborales justas, seguras y dignas. La noción de trabajo decente se promueve a nivel internacional por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y se basa en cuatro pilares fundamentales:

- Oportunidades para empleo productivo y de calidad: Esto implica que los trabajadores tengan acceso a trabajos que les permitan desarrollar sus habilidades, contribuir al crecimiento económico y obtener un salario justo.
- Respeto de los derechos laborales: Incluye el derecho a un salario justo y equitativo, la libertad de asociación y de negociación colectiva, la abolición del trabajo infantil y del trabajo forzoso, y la eliminación de la discriminación en el empleo.
- Protección social: Los trabajadores deben tener acceso a sistemas de protección social que garanticen la seguridad y bienestar, como seguro de salud, pensiones, seguro de desempleo, entre otros.
- Diálogo social y participación: Implica la participación de los trabajadores, empleadores y gobiernos en la toma de decisiones relacionadas con el mercado laboral y las políticas laborales.

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¿Qué es la explotación laboral?

La explotación laboral es una situación en la que los trabajadores son sometidos a condiciones de trabajo abusivas, injustas o inhumanas por parte de sus empleadores. Estas condiciones pueden incluir jornadas laborales excesivamente largas, salarios bajos que no cubren las necesidades básicas, falta de seguridad en el lugar de trabajo, ausencia de derechos laborales, discriminación, acoso y otras formas de maltrato.

La explotación laboral puede ocurrir en una variedad de industrias y sectores, desde la agricultura hasta la manufactura, la construcción, el servicio doméstico, la industria textil, entre otros. A menudo afecta a trabajadores vulnerables, como migrantes, trabajadores jóvenes, mujeres y personas en situaciones de pobreza o falta de recursos.

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¿Qué es la plusvalía?

Para Marx, la plusvalía es el concepto central en su teoría económica y se refiere al valor adicional que se crea en el proceso de producción y que excede el valor de la fuerza de trabajo necesaria para producirlo. Según Marx, en el sistema capitalista, los trabajadores venden su fuerza de trabajo a los capitalistas, quienes poseen los medios de producción. Los trabajadores reciben un salario que corresponde al valor necesario para cubrir sus necesidades básicas y reproducir su fuerza de trabajo (comida, vivienda, educación, etc.).

Sin embargo, durante el proceso de producción, los trabajadores generan un valor mayor al valor de su propia fuerza de trabajo. Marx lo denomina "trabajo excedente" o "trabajo no remunerado". Este trabajo excedente se convierte en plusvalía, que es apropiada por los capitalistas y se convierte en su ganancia. En otras palabras, la plusvalía es la diferencia entre el valor total creado por los trabajadores en forma de bienes o servicios y el valor del salario que reciben. Esta plusvalía es la fuente de acumulación de capital y de la riqueza de los capitalistas.

Marx consideraba que la plusvalía es producto de la explotación de los trabajadores, ya que estos no reciben el valor completo de su trabajo. Para él, esta explotación es inherente al sistema capitalista y genera desigualdades sociales y económicas, ya que concentra la riqueza en manos de los capitalistas mientras que los trabajadores reciben una compensación insuficiente.

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¿Qué es la alienación?

Para Marx, la alienación es un proceso por el cual los trabajadores pierden el control y la conexión con el producto de su trabajo, así como también con su propia naturaleza humana y con los demás. Según su teoría, en las sociedades capitalistas, el trabajo se convierte en una mercancía que se intercambia en el mercado y que es controlada por los propietarios de los medios de producción, mientras que los trabajadores son tratados como meros instrumentos para producir esa mercancía. De esta manera, el trabajador no tiene control sobre su propia actividad laboral ni sobre el producto que produce, lo que le impide desarrollar su potencial humano y satisfacer sus necesidades y deseos.

Marx sostiene que la alienación del trabajador tiene varias dimensiones: la alienación del trabajo, la alienación del producto, la alienación de sí mismo y la alienación de los demás. En primer lugar, la alienación del trabajo se refiere a la pérdida de control y creatividad en el proceso de producción, que se convierte en una actividad monótona y repetitiva. En segundo lugar, la alienación del producto se refiere a la separación del trabajador respecto al objeto que produce, que se convierte en una mercancía que no le pertenece y que es controlada por otros. En tercer lugar, la alienación de sí mismo se refiere a la pérdida de conexión con la propia naturaleza humana, que se ve reducida a una actividad mecánica y deshumanizante. Por último, la alienación de los demás se refiere a la separación que se produce entre los trabajadores y la comunidad, que se convierten en extraños y competidores en lugar de colaboradores solidarios.

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¿Qué funciones tienen los sindicatos?

Un sindicato tiene como principal función representar y defender los intereses de los trabajadores. Esta representación abarca varias áreas clave. En primer lugar, los sindicatos negocian convenios colectivos con los empleadores, donde se acuerdan condiciones de trabajo, salarios, beneficios y otras cuestiones laborales. Estas negociaciones buscan mejorar las condiciones de trabajo y asegurar que los empleados reciban una compensación justa por su labor.

Otra función crucial de los sindicatos es la protección de los derechos laborales. Actúan como mediadores en disputas entre los trabajadores y los empleadores, ofreciendo asesoramiento legal y apoyo en caso de conflictos. Además, los sindicatos pueden intervenir en casos de despidos injustificados, discriminación y otras violaciones de derechos, asegurándose de que se respeten las leyes laborales y los convenios colectivos.

Los sindicatos también se dedican a mejorar las condiciones laborales a través de la promoción de leyes y políticas públicas favorables a los trabajadores. Participan en campañas para la implementación de medidas que beneficien a la fuerza laboral, como la mejora de la seguridad en el trabajo, la reducción de la jornada laboral, y la promoción de la igualdad de oportunidades.

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¿Cúales son las principales características del derecho laboral?

El derecho laboral es una rama del derecho que regula las relaciones entre empleadores y trabajadores. Su principal objetivo es proteger los derechos de los trabajadores, garantizando condiciones laborales justas y equitativas. A través de un conjunto de normas y principios, el derecho laboral establece las obligaciones y derechos tanto de empleadores como de empleados, promoviendo un equilibrio en la relación laboral.

Una característica central del derecho laboral es su naturaleza protectora. Se enfoca en proteger al trabajador, que es considerado la parte más débil en la relación laboral, frente a posibles abusos. Por esta razón, establece normas mínimas sobre salarios, jornada laboral, descanso, seguridad y salud en el trabajo, entre otros aspectos. Estas normas no pueden ser renunciadas ni disminuidas por el trabajador, ya que son de orden público.

El derecho laboral también se caracteriza por ser dinámico y adaptarse a los cambios en el entorno social y económico. La evolución de las condiciones laborales, como la automatización, el teletrabajo y la globalización, ha llevado a la necesidad de actualizar constantemente la normativa laboral para responder a nuevas realidades y desafíos. Por esta razón, es una rama del derecho que está en continua evolución.

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¿Qué dice el artículo 14 bis de la Constitución Nacional?

El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial.

Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo.

El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna.

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¿Qué es la economía del cuidado?

La economía del cuidado se refiere a todas las actividades relacionadas con el cuidado de las personas, que son esenciales para el bienestar y el funcionamiento de la sociedad. Esto incluye el cuidado de niños, personas mayores, enfermos, y otras personas dependientes, así como el trabajo doméstico como la limpieza, la cocina y el mantenimiento del hogar.

Este tipo de trabajo ha sido tradicionalmente realizado por mujeres y a menudo es no remunerado o mal remunerado, lo que ha llevado a una subvaloración de su importancia en la economía formal. La economía del cuidado es fundamental porque sostiene la vida y permite que otros sectores de la economía funcionen, ya que las personas necesitan cuidados para poder trabajar y participar en la sociedad.

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¿A qué se denomina "brecha salarial de género"?

La brecha salarial de género se refiere a la diferencia promedio en los ingresos que perciben hombres y mujeres por el mismo trabajo o por trabajos de igual valor. Esta disparidad salarial es un indicador de desigualdad en el mercado laboral y refleja cómo, en muchos contextos, las mujeres reciben una compensación económica menor en comparación con sus pares masculinos, a pesar de tener las mismas habilidades, experiencia y responsabilidades laborales.

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¿Cuáles son las causas de la brecha salarial de género?

Las causas de la brecha salarial de género son diversas y complejas. Una de las principales es la segregación ocupacional, donde las mujeres tienden a estar concentradas en profesiones que, históricamente, están menos remuneradas, como la enseñanza, la enfermería y los trabajos administrativos. Además, la discriminación de género sigue siendo una realidad, donde las mujeres a menudo reciben menos paga que los hombres por realizar el mismo trabajo, a pesar de los avances legislativos que buscan combatir esta desigualdad.

Otra causa significativa es la interrupción en la carrera laboral. Las mujeres suelen asumir más responsabilidades en el cuidado de los hijos o familiares, lo que puede llevar a pausas en su trayectoria profesional. Estas interrupciones afectan su desarrollo de carrera, limitando sus oportunidades de promoción y reduciendo su acumulación de experiencia, lo cual impacta negativamente en sus ingresos.

La subvaloración del trabajo realizado mayoritariamente por mujeres también contribuye a la brecha salarial. Profesiones esenciales como la educación y el trabajo social, que son dominadas por mujeres, suelen estar menos remuneradas que otras profesiones de igual o menor exigencia, pero dominadas por hombres. Además, la falta de transparencia salarial en muchas organizaciones dificulta a las mujeres negociar mejores sueldos o conocer si están siendo remuneradas de manera justa.

Finalmente, las mujeres enfrentan mayores dificultades para acceder a posiciones de liderazgo, donde los salarios son más altos, y estudios han demostrado que suelen ser menos propensas a negociar sus salarios. Esta combinación de factores perpetúa la brecha salarial de género, haciendo que persista a pesar de los esfuerzos por lograr la igualdad en el lugar de trabajo.

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¿A qué se denomina "techo de cristal"?

El término "techo de cristal" se refiere a una barrera invisible pero real que impide a las mujeres y a otros grupos minoritarios avanzar a los niveles más altos de poder y responsabilidad en sus carreras, a pesar de tener las calificaciones y competencias necesarias. 

Es una metáfora que se utiliza para describir las limitaciones que enfrentan estos grupos en el ámbito laboral, limitaciones que no son abiertamente reconocidas, pero que existen en forma de prejuicios, estereotipos de género, y estructuras organizacionales que favorecen a los hombres, especialmente en posiciones de liderazgo.

Aunque las mujeres pueden ver las oportunidades que existen en niveles más altos (de ahí el término "cristal"), a menudo encuentran dificultades significativas para alcanzarlas debido a estas barreras sistémicas.

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¿En qué consiste la flexibilización laboral?

La flexibilización laboral es un conjunto de medidas y políticas destinadas a aumentar la flexibilidad en el mercado de trabajo. Esto puede implicar cambios en la legislación laboral, las normas y las prácticas empresariales para adaptar las condiciones laborales a las necesidades cambiantes tanto de los empleadores como de los empleados. La flexibilización puede incluir la modificación de horarios de trabajo, la implementación de contratos temporales o a tiempo parcial, la facilitación del teletrabajo, y la simplificación de los procedimientos de contratación y despido.

Sin embargo, la flexibilización laboral no está exenta de críticas. Los detractores sostienen que puede llevar a una mayor precariedad laboral, con contratos menos estables y menores beneficios para los trabajadores. La reducción de la seguridad en el empleo y la posibilidad de salarios más bajos son algunas de las preocupaciones más comunes. Además, existe el riesgo de que las políticas de flexibilización puedan exacerbar las desigualdades laborales, afectando de manera desproporcionada a los trabajadores más vulnerables, como los jóvenes, las mujeres y los trabajadores menos calificados.

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¿Qué es la economía de plataformas?

La economía de plataformas es un modelo económico emergente que se basa en el uso de plataformas digitales para conectar a proveedores y consumidores de bienes y servicios. Estas plataformas actúan como intermediarios facilitando transacciones entre diferentes partes, aprovechando las tecnologías de la información y la comunicación para crear mercados más eficientes y accesibles. Ejemplos prominentes de la economía de plataformas incluyen empresas como Uber, Didi, Airbnb y Pedidos Ya.

Sin embargo, la economía de plataformas también plantea desafíos significativos. Una de las principales críticas es la precarización del trabajo. Muchos trabajadores en la economía de plataformas, como los conductores de Uber o los repartidores de Pedidos Ya, no tienen acceso a beneficios laborales tradicionales como seguro de salud, vacaciones pagadas o seguridad en el empleo. Esto ha llevado a debates sobre la necesidad de nuevas regulaciones laborales que protejan a estos trabajadores en el contexto de un mercado de trabajo cambiante.

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¿Cúales son las ventajas y desventajas que tiene la economía de plataformas para los trabajadores?

La economía de plataformas, como Uber, Rappi o Airbnb, ofrece importantes ventajas tanto para los usuarios como para los trabajadores. Entre los principales pros se encuentra la flexibilidad laboral, ya que permite a los trabajadores decidir cuándo y cómo trabajar, adaptándose a sus propias necesidades. Además, facilita el acceso a servicios y productos de manera rápida y eficiente, optimizando recursos mediante el uso de tecnología. Para los consumidores, estas plataformas suelen ser más económicas y accesibles en comparación con los servicios tradicionales, fomentando una mayor competitividad en el mercado.

Sin embargo, también presenta varios contras significativos. Uno de los principales problemas es la falta de protección laboral para los trabajadores, que muchas veces no tienen acceso a beneficios como la seguridad social, vacaciones pagas o indemnizaciones. Esto los deja en una situación de mayor precariedad económica. A su vez, las plataformas tienden a concentrar poder y capital en grandes empresas tecnológicas, lo que genera desigualdades y una fuerte dependencia de estos sistemas para quienes buscan trabajo o servicios, dificultando la creación de alternativas más justas y sostenibles.

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¿Cúales son las ventajas y desventajas de trabajar por cuenta propia?

Trabajar por cuenta propia tiene varias ventajas. Una de las principales es la flexibilidad para organizar el tiempo y establecer un equilibrio entre la vida personal y profesional. Además, permite tener el control total sobre las decisiones y el rumbo del negocio, lo que puede resultar muy gratificante. También ofrece la posibilidad de aumentar los ingresos, ya que no hay un límite impuesto por un salario fijo, y la libertad creativa para desarrollar proyectos propios sin restricciones externas.

Sin embargo, también presenta desventajas. La principal es la incertidumbre económica, ya que no hay un ingreso garantizado y los altibajos pueden ser difíciles de gestionar. Además, trabajar por cuenta propia implica asumir todas las responsabilidades, desde la gestión financiera hasta la comercialización, lo que puede ser abrumador. A menudo, también se carece de beneficios laborales como seguro médico, jubilación y vacaciones pagadas, lo que aumenta la presión sobre el emprendedor.

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21/7/20

Dossier Redes Sociales

¿Qué son las redes sociales?

Las redes sociales son plataformas digitales formadas por comunidades de individuos con intereses, actividades o relaciones en común (como amistad, parentesco, trabajo). Las redes sociales permiten el contacto entre personas y funcionan como un medio para comunicarse e intercambiar información.

Los individuos no necesariamente se tienen que conocer antes de entrar en contacto a través de una red social, sino que pueden hacerlo a través de ella, y ese es uno de los mayores beneficios de las comunidades virtuales.

Tipos de redes sociales

Las redes sociales se pueden clasificar en dos tipos:

- Redes sociales horizontales o genéricas. Son aquellas redes sociales que no poseen una temática determinada, sino que apuntan a todo tipo de usuarios. Estas redes funcionan como medios de comunicación, información o entretenimiento. Son muy numerosas y populares, por ejemplo: Facebook o Twitter.
- Redes sociales verticales. Son aquellas redes sociales que relacionan personas con intereses específicos en común, como música, hobbies, deportes. Por ejemplo: Flickr, red social cuya temática es la fotografía. Dentro de estas redes se encuentran las redes verticales profesionales, como LinkedIn, que involucra individuos que comparten el ámbito laboral o que buscan ampliar sus fronteras laborales.

¿Para qué sirven las redes sociales?

- Comunicar y compartir. Las redes sociales funcionan como plataformas para el intercambio de información u opinión. Según el tipo de red, varían las funcionalidades y el tipo de comunicación que se establece entre los usuarios. En muchas de ellas, los usuarios pueden compartir imágenes, videos, documentos, opiniones e información.
- Mantener o establecer contacto. Las redes permiten a todas las personas que poseen acceso a Internet crearse un usuario en la red y conectarse con otros alrededor del planeta que también estén adheridos a esa red social. Permiten comunicarse con amigos, familiares, hacer nuevas amistades, buscar pareja, establecer relaciones laborales o profesionales.
- Informarse. El gran caudal de información que circula en las redes sociales permite a los usuarios mantenerse informados sobre acontecimientos importantes o temáticas de interés. La mayoría de las redes permiten crear un usuario y personalizar el tipo de información que se mostrará en la red.
- Entretenerse. Las redes sociales crean comunidades de usuarios con intereses similares sobre determinadas temáticas. Estas redes funcionan como una gran fuente de entretenimiento y distensión.
- Vender/comprar. Muchas redes sociales se han erigido como canales para la compra y venta de bienes o servicios. En plataformas como Instagram o Facebook, el usuario puede seguir a los negocios, comercios o trabajadores independientes que sean de su agrado y establecer con ellos relaciones comerciales.

Características de las redes sociales

- Están formadas por una comunidad virtual: son comunidades masivas que se extienden a lo largo del planeta.
- Pueden ser utilizadas desde computadoras, tablets o dispositivos móviles.
- Son de acceso gratuito, aunque muchas de ellas ofrecen mayores funcionalidades a cambio de un pago mensual o anual.
- Brindan información en tiempo real.
- Permiten a cada usuario crear un perfil dentro de la red.

Ventajas de las redes sociales

- Son inmediatas. Las redes sociales funcionan en tiempo real. La información, los videos, las imágenes y las opiniones que se comparten en las redes suelen hacerse públicas y pueden ser conocidas por cualquier usuario de la red en casi cualquier punto del globo de manera inmediata. En algunas plataformas como Twitter, los acontecimientos sociales, culturales, políticos o económicos, zonales o mundiales, son conocidos por todos sus usuarios de manera instantánea.
- Son masivas. Las redes sociales han derribado barreras culturales y etarias ya que llegan a una gran porción de la población.
- Acortan distancias. Las redes sociales permiten comunicarse con amigos, familiares y cualquier usuario de la red sin importar la distancia geográfica.
- Aumentan la visibilidad de las marcas. En los últimos años, la publicidad y la creación de perfiles corporativos y de marcas han hecho de las redes sociales un nuevo mercado. Permiten conectar compradores y vendedores de todas partes del mundo. Facilitan la atención al cliente.
- Funcionan como un canal de aprendizaje, entretenimiento e información. Las redes sociales funcionan como medios para viralizar determinada información. Según el contenido en el que esté interesado el usuario, podrá aprender, entretenerse o informarse.
- Permiten compartir información. Las redes permiten compartir archivos de manera instantánea y sencilla: documentos, música, fotografías, videos.
- Brindan oportunidades laborales. Existen redes que permiten dar a conocer el perfil laboral de los usuarios. Algunas, como LinkedIn, se crearon con el objetivo específico de formar comunidades de profesionales. Allí, las empresas crean perfiles desde los que se ofrecen oportunidades laborales a las que los usuarios interesados pueden aplicar.

Aspectos negativos de las redes sociales

- El ciberacoso. Es uno de los principales riesgos de las redes sociales y ocurre cuando un individuo o grupo de individuos acosa u hostiga a otro mediante las redes sociales. Esto puede darse mediante insultos, viralización de información privada, entre otras formas. Se debe educar a los niños y niñas para que conozcan las consecuencias físicas y psicológicas que este tipo de prácticas puede provocar.
- El grooming. Es uno de los mayores peligros dentro del ciberacoso. También llamado “engaño pederasta”, consiste en el acoso de adultos hacia menores de edad por medio de las redes sociales. El grooming es un delito penal y debe ser denunciado.
- Las fake news. Es la información falsa o sin chequear que circula gracias al exceso de información que hay en Internet. Esto puede generar confusión en los usuarios y dificultad en la comprensión de los acontecimientos.
- El acceso indiscriminado a contenidos sensibles. Existe en las redes contenido de tipo sexual o violento, que muchas veces resulta inadecuado, sobre todo para grupos sociales vulnerables como los niños.
- El abuso en el uso de las redes sociales. El uso excesivo de redes sociales puede llevar a la pérdida de contacto con el mundo tangible y provocar adicción.
- La viralización de información. Es la reproducción masiva de información. Puede ser un aspecto positivo cuando la información que se viraliza es de agrado para el individuo, pero puede ser negativo cuando se viraliza información confidencial o que daña de algún modo a un individuo al perderse su privacidad.

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El dilema de las redes sociales: las cinco revelaciones más potentes del documental de Netflix

Con clima de thriller y fuertes advertencias, este largometraje sacude al streaming desde hace unos días: echa luz sobre las sombras de las redes y la adicción tecnológica. Invita al debate familiar.

Por Patricio Féminis

Negación de la pandemia por las redes sociales. Insultos sin freno por las redes sociales. Depresión por culpa de las redes sociales. Aislamiento de los demás a causa de las redes sociales. Fake news por las redes sociales. Ciberataques por las redes sociales. Algoritmos que controlan el consumo y el gusto humano por las redes sociales. Aplausos unánimes al documental El dilema de las redes sociales, de Netflix, que expone la otra cara de esas plataformas virtuales.

Controlan a los usuarios; alteran la privacidad; determinan los hábitos cotidianos y emplean algoritmos para vender lo que sea y hasta para manipular la información y las ideas. Es lo que sostiene y alerta este documental (The Social Dilemma) que dirige Jeff Orlowski y que él mismo escribió junto con Davis Coombe y Vickie Curtis.

Un relato dinámico y magnético, de una hora y media, con tono de thriller y múltiples recursos: material de archivo, actuaciones que recrean situaciones de adicción a las redes, animaciones, y, sobre todo, testimonios de expertos y de empleados de Google, Facebook, Pinterest y Twitter.

El dilema de las redes sociales pone el ojo sobre el “lado perverso” y “el poder de control” de Internet y de las redes, como grafica uno de sus protagonistas en cámara: Tristan Harris, ex diseñador ético de Google y co-fundador del Centro para la Tecnología Humana.

“Cuando se le pregunte a la gente, ¿en qué falla la industria de la tecnología?, responderá con quejas comunes: 'Nos roban datos, generan dependencia, promueven fake news, polarizan opiniones, hackean elecciones'. Pero, ¿hay algo subyacente en todos estos problemas y que haga que sucedan al mismo tiempo?”, indaga Harris, a la vez que le exige a esa misma industria que implemente “un diseño ético de sus productos”.

La respuesta a ese hilo de sospecha es el propio documental. Dice otro de los testimonios: “Las redes sociales tienen cosas muy buenas, desde ya: reúnen gente que antes no se veía, generan instantaneidad, proveen un flujo de información y hasta increíbles oportunidades laborales on-line. Pero fuimos ingenuos con la otra cara de la moneda. Si a estas cosas las liberás cobran vida propia. El modo en que se usan las redes es diferente al que esperabas”.

Aquí, cinco revelaciones ineludibles que deja como enseñanza esta producción audiovisual que hoy hace furor: El dilema de las redes sociales.

1) Internet no garantiza una mayor participación social

Como se explica en el documental, mientras algunos piensan que la esfera pública crece al hacer un posteo en Facebook o en Instagram, al tuitear o retuitear, al poner un “me gusta” (la opción contraria no existe), “aquello, en las redes sociales, significa lisa y llanamente contribuir al algoritmo, el cual obtendrá mayores datos sobre nuestros gustos, opiniones y costumbres, para luego brindarnos lo que creamos que deseamos o necesitamos”.

Cada vez con mayor necesidad y sin notarlo. Otro entrevistado sostiene, sin dudarlo: “Ahora podés aislarte en tu propia burbuja gracias a la tecnología”.

La participación política y social a través de Internet (debates, discusiones, instalación de candidatos, campañas) puede generar un alerta mayor sobre personajes indeseables, abusadores, violentos, mentirosos seriales, etcétera, pero también vulnerar la capacidad crítica, el análisis profundo y la mayor toma de conciencia sobre las problemáticas actuales. Como marca el documental: “La idea de la participación por las redes sociales también es parte de una estrategia de mercado”.

2) Las fake news incrementan la negación sobre la gravedad de la pandemia

“¿Cómo se maneja una epidemia en la era de las noticias falsas?”, se señala en The Social Dilemma. Y se aporta un ejemplo de una situación televisiva para comprobarlo. En un noticiero del prime time de los Estados Unidos, una de las conductoras le pregunta a su colega, sin ironía: “¿Te contagiás coronavirus si comés comida china?”.

Ejemplos afines se ven día a día por las redes: alguien afirma que los barbijos son inocuos contra el coronavirus y decenas de miles, o millones, eligen no usarlos en público. Y otro repite “esto es una gripe” y miles salen a la calle sin preocuparse en el distanciamiento social: hasta hoy, la única medida de resguardo contra el contagio, hasta que llegue la vacuna.

La falta de empatía y de solidaridad con los profesionales de la salud es un rasgo común en los países que suman mayor número de contagios (y muertes): las redes sociales reproducen preconceptos y nociones falsas -ridículas o negacionistas- sobre la enfermedad que detuvo al mundo. Es otra revelación de The Social Dilemma: “Pasamos de la era de la información a de la desinformación”.

3) La adicción a las redes sociales aumenta la ansiedad y la depresión

“Las cirugías estéticas se están volviendo tan populares en adolescentes, que los cirujanos acuñaron un síndrome: la Dismorfia de Snapchat, para jóvenes que se operan, porque quieren verse como las selfies con filtros”, señala una analista en otro pasaje del documental de Netflix.

Claro que muchos padres estarán agradecidos eternamente a YouTube y a redes visuales afines similares por la sobreoferta de videos atrayentes, breves y efectivos, con músicas pegadizas, que distraen a los niños, cargados de energía y con inagotable necesidad de diversión, pero el consumo de redes también se relaciona con el aumento de la adicción a la tecnología y al mundo ficticio (o distorsionado) que proveen las interfases virtuales a mano.

En sintonía, este documental aporta estadísticas pasmosas sobre la relación entre el consumo sin freno de Internet y la depresión, la anorexia y hasta el suicidio en adolescentes y mujeres adultas.

4) Las redes no son gratis: el usuario es el verdadero producto

Conectarse a una red social es brindar una enorme cantidad de datos a una compañía, que los transforma en su propio negocio. La información propia es el bien en disputa: ésa es la otra cara de la conexión gratuita. Se consigna en el documental: “El producto somos nosotros, porque los algoritmos y la Inteligencia artificial aprenden cada vez mejor a hacernos hacer lo que quieran. Captan nuestra atención y nuestro tiempo de vida”.

El presidente del Centro de Tecnología Humana, Tristan Harris, aporta una anécdota ilustrativa en The Social Dilemma: “Cuando trabajaba en Google me sorprendía de que nadie en gmail buscarla hacerlo menos adictivo. Yo me sentía frustrado con la industria de la tecnología. Sentía que íbamos a la deriva, así que hice una presentación para moderar la acción de las plataformas de la compañía. Todo quedó en la nada”.

Más allá de la posibilidad de interacción, del envío instantáneo de información y de la comunicación on-line, hay una realidad menos feliz: “Las personas somos el alimento de las redes sociales”.

5) Internet vigila e influye en la política y la cultura

Molesta más un desnudo en una red social que los comentarios racistas o agresivos. Se normaliza la difusión y circulación de mensajes de odio étnico, sexual y de género: los controles nunca son suficientes. Dice el documental: “Isis inspiró a muchos fanáticos y terroristas on-line y también a los supremacistas blancos de los Estados Unidos”.

También recuerda que “en India, turbas enardecidas por Internet mataron a docenas. Y las fake news generan graves consecuencias: amenazan a las sociedades. Las grandes herramientas creadas están empezando a corroer el tejido social”.

Circulan nuevos datos sobre grupos que niegan la redondez de la Tierra (los terraplanistas), los movimientos antivacunas, los que siguen diciendo que el Holocausto judío nunca existió, los nazis del siglo XXI (y otros criminales) escondidos en la dark web: cualquier opinión tiene su gravitación on-line. Hasta las desquiciadas.

Y hasta las elecciones se ven determinadas o modificadas por las mentiras de la red. ¿Qué nuevas leyes y acuerdos globales nos protegerán del lado negativo de Internet?

https://www.clarin.com/espectaculos/tv/dilema-redes-sociales-revelaciones-potentes-documental-netflix_0_DkB6_feLQ.html

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Santiago Bilinkis: "Estamos viviendo la vida para mostrarla en las redes"

En el libro Guía para sobrevivir al presente el tecnólogo y economista Santiago Bilinkis analiza cómo las empresas que diseñan plataformas digitales y aplicaciones para el celular –Google, Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Microsoft-- utilizan todo tipo de estrategias de manipulación para “conquistar nuestro tiempo y nuestra atención”. La dependencia a las pantallas que las grandes corporaciones tecnológicas generan es funcional a sus negocios, pero muchas veces va en contra de los intereses de los usuarios, incluso en detrimento de su salud. “Esta es la primera vez que una herramienta, apenas comenzamos a usarla, empieza a usarnos a nosotros”, alerta Bilinkis, quien realizó estudios de posgrado sobre inteligencia artificial, robótica, biotecnología, neurociencia y nanotecnología en la Singularity University, ubicada en una sede de la NASA en Silicon Valley.

- Lo que tienen las redes es que nunca se acaban...
- Históricamente, cualquier contenido que consumíamos tenía principio y fin. Una revista la empezabas y la terminabas, un capítulo de una serie televisiva empezaba y terminaba, y después había un periodo de espera obligado hasta que había otro para ver. Una semana para que salga un nuevo número de la revista o el próximo capítulo de la serie. Ahora todo está ahí. No hay nada externo que te ponga un tope, entonces el freno lo tenemos que poner nosotros. Y hay que inventar estos mecanismos medio artificiales para que Instagram se acabe, porque siempre hay una foto o una story más para mirar. Hay que crear el límite. Las plataformas tienen un montón de mecanismos para no dejarte ir. Y lo loco es que el método que usan para atraparte es más sutil que lo que uno cree.

- ¿Cómo lo logran?
- Hay un recurso poderoso: el de las máquinas tragamonedas. No existe un juego más tonto en su esencia que esas máquinas. No tienen habilidad alguna, tirás una palanca y lo que sale es variable, no depende de cómo tirás la palanca. Sin embargo, es el juego que más adicción produce, que más ludopatía produce. ¿Cómo se explica? Hay un mecanismo psicológico que se conoce como recompensas variables intermitentes. Es tan simple como que cada vez que tirás la palanca a veces no sale nada, a veces sale un premio chiquitito y muy de vez en cuando sale un premio grande. Ese mecanismo es tremendamente adictivo. Y eso es lo que pasa cada vez que hacés refresh en tu muro de Instagram: a veces no te sale nada, a veces sale algo que está un poquito bueno y a veces algo genial. Es esa timba la que te mantiene constantemente queriendo mirar un poquito más. La sobreestimulación constante multisensorial hizo añicos nuestra capacidad de atención.

- Con el aislamiento, muchas dimensiones de la vida se trasladaron a la virtualidad. ¿Este es el escenario ideal para las compañías que diseñan software?
- No quiero abonar teorías conspirativas, pero que este escenario les conviene, no hay dudas. No es solo estar en casa, también es tener tiempo para las pantallas y que muchas actividades que se hacían presenciales, pasen a tener a la tecnología como actor principal. Para los chicos es asistiendo a la escuela a través de clases remotas, para los adultos teletrabajando o haciendo las compras del supermercado de manera virtual. Para las compañías es una situación ideal porque tenés más tiempo y también porque dejás más impronta. Gran parte del negocio depende de la información que puedan capturar acerca de los usuarios. Si vos siempre hacías tus compras en el supermercado, no había rastro digital de tus hábitos de consumo. Ahora hay información valiosísima para quien la pueda manejar. Claramente es una situación muy conveniente para las compañías, y que nos obliga a elevar nuestros mecanismos de defensa. La otra cosa que es muy importante hacer es desactivar todas las notificaciones.

-¿Y eso qué le permite?
- Yo no me entero cuando llega un WhatsApp: no vibra, no suena, no prende luces, tengo todo eso deshabilitado. Es una barrera incómoda para el que quiere contactarse conmigo, porque yo contesto cuando lo veo, no cuando me llega un mensaje. Vuelve la comunicación un poco más pausada, más asincrónica, pero me permite tener control de mi vida, de mi agenda, decidir cuándo me quiero conectar y no estar perpetuamente conectado. Y eso es fundamental. Las notificaciones no tienen como propósito notificarte, tienen como propósito interrumpirte y distraerte. Cuando la herramienta que usás es un dispositivo digital, en el momento que lo agarrás hay un montón de software adentro de tu teléfono al que le conviene que vos hagas algo diferente a lo que estabas por hacer. Es la primera herramienta que, cuando vos la empezás a usar, te empieza a tratar de usar a vos. Cada plataforma va a usar el mejor anzuelo disponible para tratar de que no hagas lo que pensabas hacer y hagas otra cosa. WhatsApp no se puede cerrar, eso debería estar prohibido, ¿cómo va a haber una app que no podés cerrar? Deberíamos tener derecho a desconectarnos sin desinstalar los programas.

- ¿Se está discutiendo ese derecho a la desconexión?
- No se plantea en esos términos, como un derecho, pero sí está sobre la mesa el corazón del problema: qué tipo de información pueden las empresas recolectar y en qué medida sabemos qué información nuestra están recolectando. La mayoría de las personas somos muy ingenuas en este punto. Hoy tenés un montón de aplicaciones que te piden la localización, incluso en momentos en los que no estás usando la app. Y eso es injustificable, salvo que sea una aplicación de mapas. Hubo cierta mejora porque cuando instalás una app, pide que consientas los permisos que se otorgan. Y eso pasa por la presión social, pero para la mayoría de la gente sigue siendo algo muy oscuro. Das ok porque querés usar la aplicación, sin entender mucho en qué consentiste y sin mucha posibilidad de decir que no.

- En el libro hace una analogía entre el consumo de comida chatarra y las redes sociales, ¿cómo es ésa relación?
- Me gusta esa analogía. Porque la gente fue tomando conciencia de los temas alimenticios y es obvio que tu cuerpo está hecho de lo que comés: si comés demasiada grasa, te sube el colesterol. Si te alimentás mal, desarrollás problemas de salud. Si estamos haciendo macanas, lo sabemos. Con el contenido digital todavía no pasó eso. Así como tu cuerpo está hecho de lo que comés, tu mente está hecha del contenido digital que consumís. Si estás mirando documentales sobre ecología tu cabeza se arma de una manera y si mirás contenido sobre la vida de los ricos y famosos se arma de otra, es inevitable. Pero no tenemos la misma conciencia de que Internet está lleno del equivalente digital de la comida chatarra. Hace unos meses hubo una campaña de publicidad gráfica de un canal de series con el eslogan: "si es adictivo, está acá". Eso es de locos ¿En qué otro contexto alguien podría usar la palabra adicción como un atributo positivo? Eso pasa porque en lo digital todavía la palabra adicción tiene una connotación positiva, parece algo cool o divertido. Una de las categorías de Netflix es "series para mirarte infinitos capítulos". Tenemos que cambiar el chip porque la adicción es mala en cualquier contexto, especialmente uno que se mete con tu ideología, con tus hábitos de consumo y con tus relaciones interpersonales.

- ¿Los estados deberían tener más injerencia en estos temas y regular las prácticas antiéticas de las empresas?
- Idealmente sí, pero el problema es que en general las personas que integran los gobiernos tienen una falta de familiaridad tecnológica alarmante. La mayoría tienen un community manager que les maneja los tweets y eso es lo que entienden de redes sociales. No es un problema específico de Argentina. Cuando fue la interpelación a Mark Zuckerberg en el Congreso de Estados Unidos (en 2018, por el uso de datos personales de los usuarios de Facebook durante la campaña presidencial de 2016), te aseguro que Zuckerberg debe haber estado tres semanas encerrado con sus asesores tirándole las preguntas más difíciles, y preparándose para esquivar todas las balas. Pero cuando ves las preguntas que le hicieron los legisladores, son un papelón. El tipo estaba preparado para que le tiren bombas nucleares y le tiraron con una cerbatana y papelito masticado. Te dabas cuenta que las preguntas los legisladores ni siquiera entendían que hacían, alguien se las había escrito, y no oodían repreguntar porque no entendían las respuestas. Hay una asimetría tan grande entre la sofisticación de las compañías y la poca sofisticación de los funcionarios en estos temas, que es muy difícil dar respuestas a estos problemas.

- La hiperconexión digital es un fenómeno muy nuevo, de los últimos diez años. ¿Cómo afecta todo esto a los más chicos?
- Antes, cuando querías vender un producto para bebés, se lo vendías a la madre. Pero a fines de los noventa descubrieron a los bebés como un target consumidor al que se podía apuntar de manera directa. Empezó con un sistema de videos que se llamaba Baby Einstein, diseñado por una compañía que te prometía hacer a tus hijos "más inteligentes". Y lo que tenían era una sucesión de imágenes muy coloridas, con un tipo de movimiento y músicas que provocaban un efecto adictivo en el bebé. Vos le ponías esto y quedaba obnubilado por horas. Después aparecieron los Teletubbies y una serie de productos dirigidos a un target de edad que hasta ese momento no era tenido en cuenta por la publicidad. Esto generó algo tremendamente funcional a los adultos a cargo, porque los chicos chiquitos son muy demandantes y sobre todo cuando están aburridos. Si vos le das un juguete, el chico se entretiene cinco o diez minutos, pero si le das un celular, se entretiene tres o cuatro horas o hasta que lo desconectes. Esto es muy cómodo para los adultos pero es súper nocivo para los chicos y no hay tanta conciencia de eso. Hoy dejamos a los chicos usar Internet sin ningún acompañamiento o explicación. Eso es una locura. Y tiene que ver con que muchos padres y madres no conocen los riesgos de Internet y no sabrían cómo explicárselos a sus hijos. La recomendación de la Asociación Argentina de Padiatría es que hasta los dos años no se usen ningún tipo de dispositivo. Pero la realidad es que el noventa por ciento de los chicos usan dispositivos antes de esa edad.

- ¿Y cómo operan en la autoestima estos “caramelitos mentales” y mecanismos de distracción que implementan las redes sociales?
- La cantidad de seguidores y los likes son la moneda en la que hoy se comercia la aceptación social. Porque si bien siempre fue cierto que había gente más popular y gente más retraída, ahora es explícito y es público, está a la vista de todos. La cantidad de seguidores y de likes es el señalamiento hacia el mundo de cuán aceptado sos. Y obviamente la aceptación de los demás es crucial para cualquier persona. Si antes era más sutil, ahora todo el mundo puede ver cuál es tu grado de popularidad o aceptación. Entonces, empezás a modificar tus actos para conformar la norma y conseguir seguidores y poder mostrarle al mundo que sos aceptado. Y eso lleva a que empecemos a vivir la vida para mostrarla más que para disfrutarla. Vas al Glaciar Perito Moreno y en vez de dejarte inundar por la impresionante grandiosidad de la escena, estás pensando desde dónde va a salir mejor la selfie y la cantidad de likes que vas a tener por haber estado ahí. Y eso contamina todo el día a día, estamos más tiempo pensando qué vamos a mostrar que en lo que estamos haciendo. Todo el esquema de los likes y la cantidad de seguidores hizo añicos nuestra autoestima. Y no se limita a los adolescentes. Los adultos estamos tan entrampados como los chicos. En este momento realmente vivimos la vida para mostrarla. 

- Hizo una columna radial que suscitó polémicas, sobre cómo las clases virtuales, sin planificación, cambiaron de manera abrupta la dinámica de los docentes, alumnos y familias. ¿Cómo ve el escenario de la escuela pospandemia?
- La tecnología bien utilizada y puesta al servicio de nuestros fines es una herramienta espectacular. El problema es que en este momento está siendo utilizada, en general, para volvernos funcionales a los fines de otros. En el ámbito de la educación tuvimos una inercia brutal de resistencia de cambio. A pesar de que otros órdenes de la vida han cambiado mucho, la educación no ha cambiado prácticamente nada. La educación mía y la de mis hijos es la misma. Es como si la educación no hubiera tomado nota de que existe la tecnología y que ofrece posibilidades increíbles. Curiosamente es la pandemia la que nos obligó compulsivamente a incorporar la herramienta tecnológica y ahora el desafío es pensar cómo la usamos. Porque el riesgo que tenemos es que quede, de nuevo, al servicio del interés de otros. 

- Usted propone una especie de enseñanza mixta: que los alumnos puedan ver en sus casas algunas clases grabadas y que el aula sea un espacio de interacción, consulta, debate, ejercicios, exposición de trabajos. ¿Es viable su aplicación?
- Es un terreno bastante inexplorado y hay que hacer mucho laburo de aprendizaje. Las clases remotas no son el futuro de la educación, no es que queremos a los chicos encerrados en sus casas en lugar de estar en la escuela. Pero hay un montón de cositas que pasaron "por accidente", basadas en la circunstancia de que los chicos no pueden ir a la escuela, que están buenísimas. Y que son pequeños bloques para construir la educación que viene. Las clases remotas nos obligaron por primera vez en la historia a cambiar en serio los métodos de evaluación. Porque el método de evaluación más difundido desde siempre era la prueba a libro cerrado con preguntas fácticas que se responden de memoria. Ese mecanismo de evaluación, que no sirve para nada, no se puede hacer ahora. Porque en la computadora o el celular donde los chicos tienen que hacer el examen está Google. Y tienen WhatsApp para preguntarle a su compañero y copiarse. Eso es genial. Porque en la vida, cuando yo tengo un problema y tengo que escribir un artículo sobre determinado tema, pienso a quién conozco que sepa de eso y le pregunto, busco ayuda, investigo, hasta que construyo un discurso propio sobre el tema. Y eso es lo que te entrena un examen a libro abierto o a “internet abierto”: es una habilidad muchísimo más interesante y más rica que aprenderte de memoria todos los ríos de Europa y olvidártelos al día siguiente de la prueba. Lo hicimos por accidente y por obligación, pero es genial. Cuando puedan volver las clases presenciales, ojalá no volvamos atrás en los mecanismos de evaluación.

https://www.pagina12.com.ar/279581-estamos-viviendo-la-vida-para-mostrarla-en-las-redes

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El capitalismo infiltrado en nuestros cuerpos: una reflexión desde la historia cultural

El pasado nos sirve para entender que la aceleración de nuestras vidas no es una fatalidad ni responde a fragilidades individuales. Su explicación habría que buscarla en las condiciones que impone el sistema económico. 

Por Sonsoles Hernández Barbosa.

Vivimos sacudidos por la prisa. También aquejados por síndromes conceptualizados como hiperactividad, trastorno de déficit de atención, adicciones, estrés, burnout, cansancio crónico. ¿Qué hay detrás de este creciente número de afecciones mentales? El estudio de la cultura material del presente y del pasado nos permite pensar cómo los objetos que acompañan nuestra cotidianeidad condicionan nuestra psicología, nuestros comportamientos y el modo en que nos relacionamos con el mundo.

Quizás el ejemplo más evidente sean las pantallas. El uso generalizado de tablets y smartphones además de generar adicciones, nos mantienen en continuo en estado de alerta, con notificaciones que nos avisan de cambios de estado, al tiempo que propician un consumo acelerado de contenidos al incitarnos a responder a varias aplicaciones, o incluso pantallas, simultáneamente. En Inglaterra, el diario británico The Guardian señalaba que después del confinamiento de los primeros meses de pandemia los alumnos no se acostumbraban a las clases magistrales tradicionales. Los contenidos a los que accedían en streaming a una velocidad de 1,5 volvían lentas las clases teóricas al uso. La velocidad se ha convertido en un componente más de nuestra cotidianeidad. Vivimos más deprisa, fruto de la exigencia constante de nuestra atención, y somos cada vez más impacientes, producto de la cultura de la inmediatez en que estamos insertos.

Hace casi medio siglo, una de las escritoras que mejor ha sabido captar los vericuetos de la cotidianeidad en nuestra lengua, Carmen Martín Gaite, advertía ya de esta enfermedad de la prisa y, en particular, del peligro que supone entender que este estado rutinario de velocidad pudiera naturalizarse: “Y es que cuando vemos que a todo el mundo le pasan las mismas cosas no nos paramos a pensar por qué, ni si podrían dejar de pasarle. Nos abandonamos a la inercia de aceptar que lo que ocurre siempre es porque tiene fatales raíces en la esencia de lo humano” (Recetas contra la prisa, 1973).

Esa inercia fatal que nos aqueja, que Martín Gaite formulaba con juiciosa intuición, ha sido cuestionada por la perspectiva histórica. Los modos en que sentimos no están radicados “en la esencia de lo humano” sino anclados históricamente, condicionados de forma histórica y geográfica. Ser conscientes de ello nos permite desuniversalizar y desnaturalizar ciertas prácticas y formas de sentir y actuar. Así, por ejemplo, tendemos a entender el estrés como un condicionante forzoso en nuestras vidas cuando, en cambio, se encuentra inextricablemente unido a unas condiciones de trabajo, las regidas por la productividad del sistema capitalista que somete nuestro mundo. De hecho, los primeros casos de estrés fueron identificados a finales del siglo XIX, en el momento en que se consolidaba la economía industrial, como han demostrado recientemente colegas británicas. No es casual que el consumo de drogas se popularizase entonces, como paliativo ante la aparición de enfermedades nerviosas.

La hiperestimulación a la que se somete el individuo con el surgimiento de la metrópolis moderna y su impacto sobre la psicología del urbanita fueron advertidos a finales del siglo XIX, en plena modernidad capitalista, por el sociólogo Georg Simmel. Lo formuló del siguiente modo, señalando que la cultura objetiva –las producciones materiales– se imponen sobre la subjetividad –la vida mental de los individuos–, es decir, las producciones materiales nos acaban definiendo como individuos. Simmel identificó que la metrópolis moderna ejercía un impacto en la psicología del individuo con su sobrevenir de estímulos: escaparates cambiantes repletos de objetos en transformación, anuncios publicitarios dispuestos en el mobiliario y en el transporte urbanos, o las nuevas relaciones interpersonales definidas por el contacto estrecho y fugaz entre desconocidos. La economía capitalista creaba así las condiciones para una demanda continua de atención que buscaba seducir con sus productos. Todo ello suponía que la cultura objetiva tuviese un impacto definitivo en la psicología del individuo moderno, cuya memoria de sí mismo y su identidad se presentaban inestables por primera vez en la historia a finales del XIX.

Como componente fundamental de la experiencia perceptiva moderna se sumaba a ello el empleo de tecnologías en constante renovación. El propio nacimiento del capitalismo es consustancial a un artefacto tecnológico: el reloj, que con la Revolución Industrial pasó a convertirse en un objeto necesario en la sincronización del trabajo, y los empleados priorizaban entre sus adquisiciones en cuanto mejoraban sus niveles de vida.

La tecnología aparece asociada a la ideología del progreso decimonónica. Para un individuo de finales del siglo XIX resultaba evidente que el cambio, la transformación histórica, equivalía a progreso. Eran precisamente la tecnología y las comunicaciones los ámbitos en los que de forma más palpable este se manifestaba. Unas tecnologías ya en el siglo XIX asociadas a la idea de obsolescencia, lo cual exigía, y exige, de sus compradores un adiestramiento constante. Unas tecnologías que se renuevan para mantener vivo el interés en su adquisición, lo que favorece a su vez el consumo, que desde el capitalismo industrial aparece asociado a otro fenómeno contemporáneo como es el fomento de la compra por capricho, innecesaria: de ahí el papel crucial de la publicidad, el escaparatismo y otras técnicas de marketing.

Las tecnologías nacen en el siglo XIX bajo la utopía de hacernos la vida más fácil: evitarnos la escritura mediante el dictado de la voz o ahorrarnos el desplazamiento a los conciertos trayéndonos la reproducción de música a casa. Ambas situaciones planeaban en el imaginario de finales del siglo XIX como utopías realizables en el año 2000.

Hoy tal vez sea el momento de imaginar nuevos escenarios de futuro. El buceo en el pasado nos sirve para entender que la aceleración de nuestras vidas no es una fatalidad, ni responde únicamente a fragilidades individuales. Su explicación habría que buscarla más bien en las condiciones que impone nuestro sistema económico, que no son las únicas posibles. En efecto, desde el origen del capitalismo existían zonas en el planeta ajenas a la economía capitalista en las que sus habitantes disponían de las necesidades materiales básicas: alimento y cobijo. Sin apelar a evocaciones nostálgicas ni al retroceso tecnológico, pueden ser imaginadas otras condiciones de producción y consumo que den cita a una tecnología más humana y confortable, posicionada en torno al bienestar del individuo. Cambiar las condiciones supondría cambiar nuestra salud y también la de un planeta que flaquea ante el crecimiento económico desmedido y la esquilma de sus recursos. Quizás así podamos volver a sentirnos dueños de nuestros cuerpos y más conectados con nuestro entorno.

https://www.anred.org/2022/08/20/el-capitalismo-infiltrado-en-nuestros-cuerpos-una-reflexion-desde-la-historia-cultural/

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Carl Honoré: "Creemos que para vivir mejor debemos hacerlo más rápido. Es una cultura que nos dice 'no pares'"

​Carl Honoré, 52 años, nació en Escocia pero a los pocos meses su familia se radicó en Canadá, donde vivió muchos años y por eso se considera canadiense. Volvió a su país de origen para estudiar historia y lengua italiana en la Universidad de Edimburgo. vive en Londres, con su mujer y sus dos hijos, y llegó a residir unos años en Buenos Aires y en Fortaleza, Brasil. Es una de las figuras más importantes del llamado Slow Movement, surgido a mediados de los ‘80 contra la vida vertiginosa. Autor de “Elogio de la lentitud” y “Bajo presión”, acaba de editar “Bolder”, que saldrá en español con el título “Elogio de la experiencia”. Como periodista colaboró en publicaciones como The Economist, The Observer y Globe.

- ¿Hay cura para el “virus de la prisa”, se va solo o queda alojado?
- (Sonríe) No se va solo, en mi experiencia hay que hacer cambios. Porque es una adicción existencial y cultural y hay que expulsar todo eso. Siempre hay que hacer menos, cortar la agenda cuando siempre se busca hacer demasiadas cosas. El celular dejarlo en modo avión, apagarlo o silenciar las notificaciones. También es bueno incorporar algún ritual slow como hacer yoga, cocinar, leer poesía, que ayude a desacelerar. También es bueno trabajar con calma y calidad, así como dormir un mínimo de siete horas.

- ¿Porqué se corre contra el tiempo?
- Por varias razones. En la cultura moderna hemos creado un vínculo profundo entre la productividad y la velocidad y creemos que para vivir mejor hay que hacerlo más rápido, no desperdiciando el tiempo y creyendo que vale oro. Estamos como contando los segundos, hacemos malabares y es una experiencia que viene del mundo de los negocios. Hay algo existencial con estar ocupado, a las corridas y evitamos encontrarnos con nosotros mismos y no preguntarnos quiénes somos, si estamos viviendo la vida apropiada. Y cuando nos morimos de ganas de pisar el freno no lo hacemos por vergüenza o miedo. Aceleramos la vida en lugar de vivirla.

- Vivir aceleradamente entonces es una forma de evitar…
- Si, es una huida. La última etapa antes del síndrome de la cabeza quemada o “burnout” es una explosión de aceleración. Una vez que tocas fondo te encuentras obligado a ralentizar y a preguntarte por lo existencial. Luego de recuperarte volvés con otro chip, con otro espíritu, haciendo todo más lento.

- ¿Hay mandatos sociales que colaboran con este estado acelerado de las personas?
- Estamos empapados de mandatos. Nace en la religión protestante, que predicaba que no había que parar y que el ocio era tóxico. Y eso chocó con la revolución industrial que le agregó el tema de la ganancia. Y ahora tenemos los celulares que nos acompañan a todos lados. Es una cultura que nos dice “no pares, hace cosas”.

- Cuando escribió “Elogio de la lentitud” hace quince años todavía no había una explosión de celulares ni redes sociales. ¿Cuánto afectaron el modo de vida?
- Estoy seguro que si hoy hiciera las conclusiones del libro, serían iguales a las de entonces. Sin dudas, las redes sociales aceleraron mucho más al mundo. No son malas en sí, son una herramienta y si la usamos mal o mucho termina siendo un problema. Como toda tecnología, tiene su lado positivo porque nos conecta. Yo creo que también hay algo que está cambiando, la gente está buscando otros modos de desconectarse. Por ejemplo en Londres la gente deja los celulares en la mesa de un bar o restaurante y el que lo agarra para mirar, paga la cuenta. Allí mismo el año pasado las ventas de libros de poesía triplicaron a las del año anterior porque los jóvenes están buscando algo sin pantallas. Estuve en Silicon Valley dando charlas y es interesante lo que está pasando, qué están haciendo los empleados de Google con sus hijos, por ejemplo. No juegan con celulares ni pantallas, sino con rompecabezas, una niñez como de antes. La primera pregunta que le hacen a una niñera en una entrevista es ¿qué vas hacer para que mis hijos no pasen tanto tiempo frente a las pantallas? Estos cambios están llegando pero justamente el movimiento slow es una revolución lenta que se da por fases. Lo paradójico es que hay mucha gente que quiere una revolución slow rápidamente.

- ¿Vivir a mil nos hace menos solidarios porque miramos poco al otro?
- La velocidad es egoísta, cuando estamos atascados en fast life entramos en una burbuja individualista. Por eso estamos conectados electrónicamente y hay mucha soledad en la ciudad, porque perdemos conexión con los demás y va de la mano con la velocidad. Cuando uno ralentiza uno piensa en los demás, cuida a los otros. La vida más lenta es sana, sostenible y solidaria. Hay un proverbio africano que dice: “Si quieres ir rápido, vete sólo. Si quieres ir lejos, vayan juntos”.

https://www.clarin.com/opinion/carl-honore-creemos-vivir-mejor-debemos-hacerlo-rapido-cultura-dice-pares_0_H8_nQEq_-.html

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Carl Honoré: “Nadie llega al lecho de su muerte diciendo: ojalá hubiera comprado más cosas”

- Usted es reconocido en el mundo por defender la lentitud. ¿Por qué es tan difícil frenar?
- Somos adictos a la velocidad, a la prisa, a la estimulación: es casi una adicción física, química. Si nos quitan esa distracción y velocidad no lo festejamos. Por el contrario, nos entra una desesperación -un pánico- y hasta podemos sentir síntomas de abstinencia. Al mismo tiempo, es algo cultural que está muy arraigado en nuestra sociedad: lento es sinónimo de aburrido, estúpido, vago, improductivo y de muchas cosas negativas. Este tabú hace que aún cuando sentimos en los huesos que nos haría bien pisar el freno no lo hacemos, por miedo, vergüenza y culpa. Pero este comportamiento de vivir en fast forward nos genera muchos problemas.

- ¿Qué nos estamos perdiendo en la locura vertiginosa?
- Pagamos un precio muy alto cuando nos quedamos atrapados en el arte de la prisa, sacrificamos muchas cosas: la salud, la alegría, la felicidad, y también productividad, creatividad, las relaciones humanas e incluso el cuidado por el medio ambiente. Muchos de nosotros estamos acelerando la vida en lugar de vivirla.

- En este contexto, ¿qué importancia hay que darle a las redes sociales?
- Me encantan las redes sociales, las uso, estoy presente ahí pero en general creo que son un arma de doble filo que depende totalmente de cómo las usamos. Si estamos constantemente monitoreando y mirando las redes sociales y si vivimos cada experiencia a través de su filtro, pasan a ser un problema. Pero si las usamos como lo hago yo, en momentos fijos después de la experiencia, creo que pueden convertirse en una herramienta mágica tanto en el trabajo como en la vida personal, porque pueden ser una manera de profundizar la comunicación, de escuchar a los demás, de conocer gente y de exponerse a nuevas ideas.

- En relación a la lentitud y el consumo, ¿esta nueva tendencia va a afectar la manera de comprar?
- Estamos llegando a un punto de inflexión en el consumo: existe una diferencia fundamental entre consumir y experimentar. Consumir es algo que se puede acelerar. Pero no podés experimentar en forma más rápida, por más prisa que tengas: no se puede amar o enamorarse de una persona más rápidamente ni tampoco acelerar una puesta de sol porque tiene su propio tiempo. Yo veo un cambio tectónico en el consumo. Las experiencias toman protagonismo, sobre todo en las nuevas generaciones que tienen mucho menos interés en comprar y acumular cosas. Lo que buscan son experiencias. Y esto es una necesidad humana básica. Nadie se encuentra en su lecho de muerte mirando hacia atrás y diciéndose: ojalá hubiera comprado más cosas en Amazon. Lo que sí dicen es: “Ojala hubiera pasado más tiempo con mis hijos” u “ojalá hubiera mirado más puestas de sol, viajado más, descubierto más cosas o experimentado más”.

- ¿Qué elogio le dejó la pandemia y qué aprendizaje cree que nos deja a la humanidad?
- Es un gran recordatorio de que todos estamos conectados y que somos más fuertes cuando estamos unidos. La edad trae cierta vulnerabilidad a las enfermedades pero todos estamos en lo mismo. Es un buen momento para “resetear” un poco las relaciones entre las generaciones. Una sociedad es más sana, solidaria, productiva e innovadora cuando las generaciones se mezclan. Hay que cuidar al otro, más allá de la edad.

https://www.lanacion.com.ar/salud/vida_sana/carl-honore-nadie-llega-al-lecho-de-su-muerte-diciendo-ojala-hubiera-comprado-mas-cosas-nid27052022/

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Entrevista a Byung-Chul Han

- Ha dicho que “la supervivencia se convertirá en un absoluto, como si viviéramos en un estado de guerra permanente”, una definición que parece haberse perfeccionado en la pandemia. ¿Cree que el cansancio de la sociedad se profundizó en este tiempo?
- La sociedad de supervivencia ha gastado todo el buen sentido para apreciar lo bueno de la vida. El positivismo hiperexacervado ha hecho insostenible la incertidumbre. El exceso de información signó la desesperanza de cuarentenas eternas y reconversión de un status quo que se retroalimentó (y aún lo hace) con la aparición de nuevas cepas. Pareciera que nos aferramos a este presente flojo de sentido. No dejamos partir al Covid. Nos aferramos al virus como si nos hubiera aportado un propósito.

- En este sentido, ¿supone que hay un juego alternado de ilusiones y desilusiones?
- El Covid nos llenó de vacíos nuevos, aunque con preocupaciones alarmantes a las que este hombre contemporáneo se sube sin análisis, en parte arrastrado por la abulia creada por el hiperconsumismo y la hipertransparencia. Nos han impuestos monitoreos vigilantes, cuarentenas más acordes al juicio de la política que a argumentos de salud. Hitos que implicaron compromiso a las libertades como no vemos desde la Segunda Guerra Mundial. Se ha dinamitado cualquier esbozo de disfrute en pos de la salud, aunque en esa paradoja, todo lo anterior presupone una artillería debilitante a su constructor. El telón de fondo deja entrever una destrucción del tejido humano en pos del surgimiento de un miedo masivo que polariza el concepto de supervivencia, sometiéndolo a las realidades del mercado.

- ¿A eso se refiere cuando sostiene que la muerte no es democrática?
- El Covid se convirtió en una luz negra que desnuda lo que a simple vista no se ve, pero alguien puso allí. La vulnerabilidad humana no es igualitaria o inclusiva. La mortandad depende del estatus social. La muerte nunca ha sido equitativa. La pandemia no ha cambiado las cosas, solo ha puesto sobre la mesa las inequidades sociales que revelan por qué unos enferman más que otros, algunos se mueren sin atención adecuada u otros aún no han recibido sus vacunas. Cientos de estudios científicos se han encargado de destacar cómo los afroamericanos casi que duplican los guarismos de mortalidad, gravedad o enfermedad frente a las poblaciones blancas de los Estados Unidos. Esto parece ser una novedad para las masas, pero es una realidad que conocemos. No nos sorprende, solo nos lo reconfirma. Los que tuvieron que trabajar a pesar de todo fueron, precisamente, aquellos habitantes de barrios suburbanos que no podían dejar sus puestos porque pertenecen a un grupo indocumentado o desplazado en la legalidad laboral.

- ¿Lo que creemos real pierde fronteras bajo la intangible virtualidad?
- Aún somos acumuladores, pero ahora de bits. Los objetos son pilares que nos brindan seguridad. Pero estos tiempos están enturbiados por la información y todos sus matices. Ya no se trata de aquello que sugiere el presentador de noticias o el titular del periódico. El lado oscuro de la información se introduce, incluso a través de las cosas, pero para convertirlas en no objetos. Por ejemplo, el smartphone ya no es una cosa. Es el canal propio en el que cada uno de nosotros recibe su propio bombardeo de informaciones que aletean como colibríes frente a nuestros sentidos, cohibiendo la capacidad de análisis. Este caudal de información es lo opuesto a cualquier objeto que puede sostener la tranquilidad humana. Nos invade de exitación constante. Nos convierte en adictos a recibir más, cada vez más nuevo, más inmediato. Los sucesos pasan al pasado más rápido que el tiempo. La hiperinconexión dinamitó nuestras dinámicas. El teletrabajo es muestra de ello. La arquitectura del día fue arrasada. Nuestros rituales perdieron estructuras. La pandemia ha acelerado este nuevo esquema donde la pérdida de forma zambulle a las personas en un mar líquido en el que los náufragos se debaten con la depresión.

- ¿Cómo ha cambiado la cultura en la era global?
- Diferentes tiempos y continuidades coexisten en la hipercultura en un universo de mosaico. Los vínculos han emergido múltiples y lábiles. La superficialidad de la amistad es la base de la hiperculturalidad. Su misma carencia de reglas permite un impacto generalizado. Crea un máximo de solidaridad con un mínimo de interrelación. Tanto positivismo agota. No hay polarización de amigo versus enemigo, de adentro versus afuera, o de lo personal versus lo extraño, de lo real versus lo virtual. Las redes sociales parecen ser el escenario de la cultura contemporánea. En ese hiperespacio intentan evitar mensajes negativos de cualquier tipo al proporcionar solo ventanas estrechas para la interacción.

- Cuando habla del hiperespacio, ¿se refiere solo al mundo digital o la hipercultura también es evidente en otros lugares?
- El hiperespacio es un híbrido donde todo se entrecruza. Allí se han eliminado los parámetros culturales y geográficos. Es un ámbito con ausencia de distancia, lo que quita posibilidad de perspectiva. La hiperculturalidad es diferente de la multiculturalidad. Es superadora. Como diría [el filósofo francés Jean] Baudrillard, emerge un escenario más real que el real, la hiperrealidad. Las redes sociales no son un espacio de libertad; es uno que permite un control total. Ofrece a los usuarios una sensación de libertad más ligada al voyeurista que al actor. Contrariamente a lo que estábamos acostumbrados, el control se logra mediante la interconexión. Los reclusos confinados dejan paso a los usuarios que se creen libres.

- Ha dicho que la amistad es una nueva manera de emprendedurismo, ¿a qué se refiere?
- Una reciente campaña de Burger King presentó el programa Whopper Sacrifice. Se invitó a las personas a eliminar diez amigos de Facebook para hacerse de una hamburguesa gratis. Fue un éxito porque lo que llamamos amistad en las redes es tan poco valioso como un atado de carne de comida rápida. Los individuos son microemprendedores que evalúan sus acciones a partir del rédito que pueden obtener. Incluso la amistad debe ser rentable. Las redes sociales no son un espacio amistoso, desde una visión económica son ámbitos de explotación.

- ¿Qué tipo de intercambio producen estas amistades?
- Los amigos son los clientes de esta era, por lo que ganar nuevos es ampliar la cartera. El incremento de seguidores fortalece la sensación narcisista del yo. Internet es un espacio autoreferencial donde se trata de circular el ser uno mismo. Más de lo que ya busqué, más de lo que quiero leer, más gente que piensa como yo. No existe el desafío del otro. El espacio virtual es un infierno de monotonía.

- ¿Usted cree que la serie El juego del calamar es premonitoria a su lectura de la digitalización?
- Es un camino. La digitalización nos lleva a un nuevo concepto de Homo: el Homo ludens, atrapado por el juego más que por el trabajo. Las redes sociales y los videojuegos vienen incorporando prácticas que se suponen lúdicas e inocentes, pero que refuerzan la adicción de los usuarios. Una condición que se exacerba en los niños. Ya nos rodean monedas sin respaldo, la datasexualidad, experiencias de comunidades totalmente en línea e internet de las cosas. Todo supone una alerta de vigilancia continua que reúne información permanente de nosotros, pero que ahora no se guarece solo en ello. También nos predice qué deseamos. La alarma del modelo es su pretendida libertad. Elegimos que el smartphone o el smartwatch nos indique cuán bien dormimos o cuántos pasos damos, pero en verdad nos somete al dictado de la cantidad correcta. La resistencia nace de la opresión. La digitalización esconde su esencia represora detrás de un rostro seductor. La dominación se transforma en exitosa al disfrazarse de libertad. Nos somete a mostrarnos tal cual somos, mientras nos homogeneiza. Estamos arribando al infierno de ser todos iguales.

https://www.lanacion.com.ar/la-nacion-revista/hiperfilosofo-ya-no-necesitan-doblegarte-te-convencieron-para-que-te-sometieras-voluntariamente-dice-nid02042022/